Quienes tienen una revelación sobre la gracia y la salvación eterna, minimizan y hasta descreen de las sanidades, milagros y el poder sobrenatural del Espíritu.
Una de las cosas más maravillosas que nos han acontecido en nuestro traslado a Su presencia, es que nuestra geografía ha cambiado. Ya no somos esclavos de las tinieblas, ahora somos hijos de luz.