Las mujeres, ¿somos complicadas? No, derribemos ese mito.
“Antes muerta que sencilla”, reza el conocido proverbio, haciendo alusión al tiempo que pasamos las mujeres mejorando nuestro aspecto físico. Muchas de nosotras somos culpables de haber enunciado esta frase más de una vez, muchas otras lo han hecho su lema de vida y no necesariamente desde una perspectiva estética.
La verdad sea dicha, en el imaginario colectivo está la idea de que las mujeres somos complicadas. Si decimos sí, es no; si no pasa nada, en realidad pasa de todo ( y mejor alejarse). Y si decimos: decide tú, en realidad no tenemos la más mínima intención de mostrar nuestro malestar cuando la elección termina siendo contraria a nuestra opinión.
No solamente esta idea está en el imaginario social. Hay estudios científicos que confirman que existen diferencias biológicas y fisiológicas entre el cerebro femenino y masculino. Este es el caso del trabajo publicado en enero de 2014 por un grupo de investigadores de la Universidad de Pensilvania y el Hospital de Niños de Filadelfia, EEUU.
Estos investigadores estudiaron el cerebro de 949 jóvenes de entre 8 y 22 años. Ellos observaron que los hombres tienen, por ejemplo, cerebro más grande, más materia blanca y ventrículos más grandes. Mientras que las mujeres cuentan con un cerebro y ventrículos más pequeños y más materia gris.
Sin embargo, estos rasgos no hacen a un sexo mejor que otro. Pero son la explicación biológica de lo que luego vemos expresado en el día a día en nuestras relaciones, en la toma de decisiones y en maneras de enfrentar la vida.
Esas diferenciaciones biológicas influyen en la manera de conectar ideas, procesar información y relacionarse con el entorno. Los hombres son más lineales en su pensamiento. Las mujeres conectamos mejor ambos hemisferios, y eso nos da una capacidad multitarea valiosísima.
No es lo mismo ser compleja que complicada
Ahora, quiero hacer honor a nuestra naturaleza: que las mujeres seamos complejas, que conectemos todo con absolutamente todo, no quiere decir que seamos complicadas. Paso a explicarte la diferencia: alguien complicado tiende a hacer las situaciones más difíciles. Si un tema es simple, lo enmaraña, y si algo ya era intrincado por naturaleza, se torna aún más escarpado o por momentos imposible. ¡Huye de las personas complicadas!
Por otro lado, la raíz etimológica de la palabra complejo está conectada con trenzar , enlazar y creo que aquí está la llave que abre todas las puertas: Nuestra complejidad es parte de nuestra naturaleza, estamos hechas de muchas piezas que necesitan encajar en el lugar correcto y para lo cual se requiere tiempo ( y en cantidad!).
Solamente cuando se tienen todas las piezas juntas en el lugar correcto se puede observar el paisaje, el diseño, las formas, los colores, etc. Antes de esto, son solamente piezas separadas sin unicidad ni propósito en sí mismas.
Veamos también que a la vez está en nuestra esencia desde la Creación, la voluntad de conectar, de enlazar con otros , unirnos con los demás.
Donde hay una mujer encuentras amistad, amor, sacrificio , hogar, belleza, creatividad , risas, lágrimas, paciencia y ¡cuántas cosas más!!: todo eso junto, no necesariamente en ese orden. Esto no implica que seamos perfectas, al menos no de este lado de la eternidad. Sin embargo, desde el origen fuimos concebidas como la solución al primer “ inconveniente “ con el cual se encontró Dios a la hora de terminar su creación.
Génesis 2:18 dice explícitamente que vio Dios que el hombre estaba solo y que eso no era bueno. Y ahí aparecimos en escena nosotras, mis queridas amigas, como la solución al primer problema jamás encontrado. Y la ocurrencia de Dios fue tan maravillosa que hasta Adán quedó sorprendido y dijo: “¡Esta vez tengo a alguien que es carne de mi carne y hueso de mis huesos!” (Génesis 2:23, TLA). Tenemos la misma esencia, pero cumplimos distintas funciones.
¿Te has puesto a pensar cuántas veces las mujeres tenemos esa capacidad de darle una vuelta a las cuestiones más impensadas? ¿Cuántas veces somos las incondicionales, las que siempre vamos a dar hasta que duela? Dime si no conoces a alguna amiga o familiar que se haya animado a intentarlo una vez más contra todo pronóstico. Es muy probable que te encuentres reflejada o recuerdes a alguien con estas características.
¡Esto es fabuloso y parte de nuestro diseño original! Si te das cuenta de que en vez de ser parte de la solución eres parte de alguna situación problemática alrededor tuyo, pide a Dios sabiduría y comienza a creer quién eres: La respuesta de Dios, diseñada especialmente para este tiempo, con la capacidad de ser compleja, pero simple y a la vez profunda. Luego de tu autoevaluación, si alguien te acusa de que eres complicada, puedes responder con mucha altura: compleja si, complicada no.