Desde nuestros estudios de La Corriente hasta Miami, el compositor y predicador, Sebastián Liendo conversó con el músico, pastor y músico Seba de Montreal. Los dos reflexionaron acerca de conceptos como la salvación, nuestro paso por la Cruz y sobre la forma de evangelizar y llevar el mensaje como hijos de Dios.
La salvación
Seba de Montreal: Creo que el problema del afán de llenar la iglesia de con buena intención salvar a mi vecino del infierno, es decirle cosas bonitas, pero nunca confrontarlo con la realidad. A mí no me sirve que la gente venga a la iglesia solo para llenar una banca si no quiere arrepentirse de sus pecados. Gloria a Dios si viene. Pero en la iglesia la palabra arrepentimiento siempre, siempre tiene.
¿Cómo disfruto de la salvación? Donde abunda el pecado. Sobreabunda la gracia. O sea, celebro mucho la gracia por el pedon. Por eso, en la casa de Simón la mujer estaba llorando. Y Jesús dijo a Simón Al que mucho se le perdona, mucho ama. ¿Qué quiere decir? Que hay que mucho. Entendió que es mucho su pecado. El que es más consciente de su pecado, mucho más ama a Dios. Porque hizo un cálculo correcto de la deuda y la gratitud es infinita.
¿Qué nos debe convocar a nosotros? La verdad de que Cristo nos salvo y que estamos en el Amado y que vamos a cantarle a Él. Punto. Basta de hacer un circo o un espectáculo para llenar sillas. ¿Sabes qué? Tenes 100 sillas, en el templo se llenan 20 porque 20 son los que realmente aman vivir en Cristo y disfrutan de esta gracia inmerecida. Entonces alabemos con ellos en la congregación de los santos.
Pero creo que todo el error comienza desde cómo evangelizamos porque la gente tiene que venir a Jesús porque están perdidos y porque son responsables de sus pecados. Y ellos tienen que rendir cuentas a Dios de cada pecado, si es que no están en Cristo, que es nuestro abogado.
Dios habla a sus hijos
Sebastián Liendo.: La voz de Dios no es para los entendidos, para los iluminados, tampoco es para los profetas. El privilegio de la voz de Dios es para los hijos y para todos los que están en el Hijo. Porque Dios le habla a su propio Hijo y estando en Él es una voz audible. Lo que vos estabas diciendo recién es la diferencia entre vivir para Dios, a que Dios viva la vida en vos. Porque vos podés vivir para Dios toda tu vida, tocar la guitarra para Dios toda tu vida. Pero si no lo hace el Padre en vano trabaja en lo que hacen, es en vano.
El mensaje que nadie quiere escuchar
Sebastián Liendo: Algo que quiero que vos hables y comentes porque me tocó a mí escucharte, es que vos no fuiste sano por una oración, sino porque escuchaste el mensaje de la cruz, porque entendiste que la cruz no era suficiente solamente para sanar tu descanso, sino que era suficiente para salvar, o sea, para llevarte a Dios, que es infinitamente más grande que eso. Me encantaría que vos puedas comentar sobre eso.
Sebastián Liendo: Nuestro Propósito es estar en Cristo. Por eso, Pablo, casi todas la cartas dice en Cristo estoy, somos todo en Cristo. En Cristo soy en Cristo somos No salgas de ahí. No intentes vencer al diablo. Olvídate de eso. No intentes presentarte delante de Dios, sino en Cristo. Ese es el mensaje. Que se ha perdido. La gente no quiere hablar de esto y creo que la respuesta es que conocer la verdad te hace libre.
Pero si no conocemos la verdad, no hay experiencia que te libre. Te pueden mantener un tiempo emocionalmente optimista, pero sin el conocimiento no hay libertad. Yo deje de ver pornografía por conocer la verdad. No por una experiencia, que tuve un montón. Seminarios, retiros, libros para ver cómo dejaba la adicción, pero conocí la verdad. El conocimiento de la verdad entró en mi mente y me capacitó para obedecer. Por eso el conocimiento. Es es muy importante.
La verdad de la Cruz de Cristo
S.L.: Es tremendo por qué es lo que permanentemente cantamos o lo que permanentemente estamos diciendo como congregación a veces? Estamos invocando alguien que no conocemos y por eso estamos hablando hasta incorrectamente, cantando correctamente. Nuestras canciones constantemente hablan de que venga, que necesitamos que llueva, que baje, que nos llene. Y son cosas que ya ocurrieron cuando Cristo resucitó. Entonces no vivimos hablando desde para una plenitud, sino desde una plenitud.
O sea, nosotros vivimos en el nuevo pacto donde Cristo lo ha hecho todo y nosotros vamos, es como cuarto cerrado y se va abriendo la puerta y de repente comienza a abrirse un poquito, y entra un poquito de luz y cada vez que hay más conocimiento de la puerta se va abriendo más y hay un poco más de luz y vas viendo más el panorama y ya no te manejas más por los sentidos, por lo que ves, por lo que sentís porque ahí es donde ocurre la imaginación.
Cuando no hay certeza me lo imagino y cuando me lo imagino las cosas toman otro tamaño. Pero cuando se abre la puerta, te encontrás con lo que Jesús dice «Yo soy la puerta, yo soy la luz». Hay una frase muy conocida que a la oscuridad no hay que golpearla, hay que prender la luz. Cuando se prende la luz, entonces la oscuridad huye. Por eso quería preguntarte «¿El pueblo de Dios sigue pereciendo por falta de su conocimiento? Sí, y vuelvo a tocar el tema de del error.
S.M.: Si. El error lo cometemos nosotros desde el día uno en que evangelizamos. Jesús y los discípulos hablaban de la manera correcta diciendo «arrepentíos». ¿Por qué yo te voy a hablar de la cruz? porque estás muerto, porque por tus pecados sos esclavo del pecado. La manera correcta de llegar a la cruz de Cristo para realmente recibir la salvación de forma adecuada.
Es tener una perspectiva correcta de mis pecados. La manera correcta de disfrutar la salvación es entender que la deuda no la puedo pagar, porque si yo me siento no tan sucio es porque hago un par de buenas obras. Primero, la ley de Dios bien leída nos tiene que confrontar con nuestra realidad. La ley de Dios no salva pero la ley de Dios me obliga a ir corriendo a la cruz que no me pudo salvar por mi astucia.
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Sebastián Giménez, es un pastor y compositor argentino que emigró a los estados unidos a los 19 años junto a su familia. Es el segundo de los 5 hermanos que integran la banda Montreal. Siendo un diseñador grafico reconocido y tocando con el grupo musical fuera y dentro del país donde reside, su vida fue marcada por un punto crucial que lo llevó a replantearse su relación con Cristo, por lo cual comenzó un eterno viaje de descubrimiento y reencuentro con Dios. Está casado con Jessica Archuleta y tienen dos hijos, Leah y Valentín.