El nombre de Rich Mullins resuena en la historia de la música cristiana contemporánea como el de un artista que trascendió las estructuras convencionales con su autenticidad, su devoción y su profundo talento. Con canciones que marcaron generaciones, como Awesome God (Asombroso Dios), y una vida entregada a Dios, Mullins dejó un legado imborrable que sigue inspirando a creyentes alrededor del mundo.
En esta nota, vamos a contarte un poco de la vida y trayectoria de un músico que, marcado por una dura infancia, logró contagiar a los demás el amor de Dios, consiguiendo el gran cariño de muchos, como el reconocido compositor Brennan Manning, quien mencionó en uno de sus libros: «Aún extraño a mi gran amigo».

Michael W. Smith ha considerado a Mullins como uno de los artistas más influyentes. De hecho, el mismo Smith incluye Awesome God en su repertorio, convirtiéndola en un clásico de la música cristiana.
Un inicio marcado por la música y la fe
Nacido el 21 de octubre de 1955 en Richmond, Indiana, Richard Wayne Mullins creció en un hogar cristiano donde la música ocupaba un lugar central. Desde pequeño, mostró una inclinación por la composición y el piano, talentos que más tarde lo llevarían a convertirse en una de las voces más influyentes de la música cristiana.
A pesar de haber nacido en una casa en la que la reunión de los domingos formaba parte de la costumbre y orar antes de comer y dormir era una rutina sana, no tuvo la mejor infancia, siendo rechazado por su padre, un hombre de campo curtido por la vida y, en ocasiones, maltratado él mismo. Eso lo llevó a generar odio en el pequeño Rich hacia su padre.
Rich Mullins luchó toda su vida con inseguridades paralizantes, alcohol, depresión y más, mientras también era reconocido como un genio artístico que alcanzó la fama y la fortuna en la música cristiana antes de alejarse de ella.
Una de las características de Mullins era su fanatismo por las Escrituras y la persona de Jesús. Sin embargo, era rebelde y lidió con las debilidades de su vida con una honestidad y una transparencia que con demasiada frecuencia faltan en las iglesias y los artistas de hoy.
Estaba decidido a vivir su fe de una manera que fuera trascendente. Mullins ganó un salario justo basado en lo que ganaba el estadounidense promedio, a pesar de tener unos ingresos mucho mayores gracias a su música. Sin embargo, lo donó a obras de caridad y a iglesias. Se esforzó por hacer música desde el corazón y, a pesar de la presión que conlleva alcanzar el éxito musical, se negó firmemente a hacer música simplemente para ser popular.

La lucha constante con las adicciones al alcohol y el odio ferviente hacia su padre era algo que lo cargaba de manera pesada sobre sus hombros. Así, sin esperarlo mucho, se cruzó con una persona muy amada por personas como Rich, aquellas personas que algunos llamaban «andrajosos». Se trataba del mismo Brennan Manning, quien formó una amistad fuerte con el artista y fue quien lo llevó a entender el camino del perdón y a transitar su lucha con las adicciones, materia que Manning conocía bien.
Muy pocos, con la posible excepción de los fanáticos incondicionales de Mullins, realmente conocen y entienden este lado de su vida. La película Ragamuffin logra plasmar un poco de esa realidad. La película, que recibió el sello de fe de la Fundación Dove debido a su fuerte mensaje redentor, puede hacer que algunos cinéfilos cristianos se sientan un poco incómodos debido a sus descripciones honestas, pero nada gráficas, de los vicios y los desafíos cotidianos de Mullins.
A pesar de tantos homenajes y tributos por medio de películas, lo más probable es que a Rich no le hubiera interesado mucho. Le importaba mucho más la gente que la popularidad, y es difícil no pensar que hubiera rechazado completamente hacer una gira tan popular, inspirada y sentida.
Si bien estudió en la Universidad de Cincinnati, su pasión por la música lo llevó a involucrarse en el ministerio y en la composición de canciones para otros artistas. Su gran salto llegó cuando Amy Grant grabó su canción Sing Your Praise to the Lord, lo que catapultó su carrera en la industria musical cristiana.
El impacto de su música
A lo largo de su carrera, Rich Mullins compuso himnos que se convirtieron en referentes dentro del ámbito cristiano, como Awesome God, una de las canciones más emblemáticas de la adoración contemporánea. Su estilo fusionaba folk, rock y música celta, con letras cargadas de profundidad teológica y una sinceridad pocas veces vista en la música cristiana de su tiempo.
Su pasión por la fe lo llevó a no conformarse con una carrera comercial. A pesar de su éxito, Mullins optó por vivir de manera sencilla, donando la mayor parte de sus ganancias a obras de caridad y dedicando su vida a servir a los más necesitados, especialmente entre los nativos americanos en la reserva Navajo de Arizona.
El 19 de septiembre de 1997, la vida de Rich Mullins se apagó repentinamente en un accidente automovilístico en Illinois. Su muerte dejó un vacío en la música cristiana, pero su legado continúa vivo a través de sus canciones y el testimonio de su vida.
Póstumamente, se lanzó el álbum The Jesus Record, un proyecto que Mullins había estado trabajando antes de su fallecimiento y que reflejaba su profundo amor por Cristo. Aún hoy, su música sigue siendo interpretada en iglesias y eventos cristianos, recordando a todos que la fe genuina trasciende las modas y los escenarios.
Rich Mullins no solo fue un músico talentoso, sino un auténtico comunicador de Cristo cuya vida sigue inspirando a quienes buscan vivir una fe sincera y comprometida.