Un correcto significado nos conecta con el verdadero valor de las cosas. Es imposible darle valor a algo que no significa nada para mí.
No es lo mismo el significado que tienen mil dólares para mí, que lo que puede significar la misma cifra para un multimillonario. Seguro que, si los dos perdemos esa cantidad, yo lo sufriría bastante, por todo lo que supone para mí ganar ese dinero; en cambio, el multimillonario no se preocuparía de nada, porque para él esos mil dólares no representan un monto importante.
Las pérdidas ponen en evidencia el real significado de las cosas que tenemos. Si yo perdiera un caramelo no voy a llorar, pero si mi hija pierde un dulce es capaz de dar vueltas toda la casa para volver a encontrarlo, ¿por qué?, porque el significado que tenemos de aquella golosina en nuestro contexto particular determina el valor que tiene para cada uno.
Recuerdo una anécdota que asustó a toda mi familia en casa, cuando aún vivía con mis padres. Soy el hijo del medio, es decir, tengo un hermano mayor y otro menor. Todos dormíamos en la misma habitación. Para esta etapa de la vida, mi hermano mayor trabajaba, yo estudiaba en la secundaria (preparatoria) y mi hermano menor estaba en sus primeros años de escuela, aún era muy inocente con apenas 6 años. Mi hermano mayor estaba ahorrando en dólares y los tenía guardados en su cajón de ropa interior. Pero, cierto día, mi hermanito pequeño los tomó para jugar en la calle, añadiendo muñequitos y autitos. Cuando el mayor llegó de trabajar y vio que sus dólares estaban desparramados en la vereda ¡casi muere del infarto! Para mi hermano menor, esos billetes tenían el mismo valor que un autito o un juguete… para mi hermano mayor, esos billetes significaban meses enteros de trabajo duro. Claramente, el significado y el valor que estos billetes tenían para uno y para otro era totalmente diferente.
El trato, manejo y conducción que tenemos refleja el significado y valor de la vida que hemos adquirido por gracia. ¿Qué valor le hemos dado al evangelio? ¿Qué valor tiene Cristo para nosotros?
La cruz altera nuestros valores
La cruz no solo tiene la particularidad de traer una resignificación, sino también de provocar una alteración de los valores. Solo la cruz puede provocar un cambio de valores significativo en una persona. Los valores no son impuestos, brotan desde la raíz de los significados. Podemos decir que el valor es el fruto del significado.
Quiero que juntos podamos leer con atención las palabras de Pablo a los filipenses. Allí descubriremos la alteración de valores que experimentó Pablo por causa de haber sido traspasado por la cruz.
No olvidemos quién había sido Pablo, un perseguidor de la iglesia, por causa de su profundo rechazo a Jesús y a sus seguidores. Recordemos que Pablo se llamó a sí mismo el principal de los pecadores, lo cual no pretendía ser una exageración ni un vuelo de oratoria. Fue un hecho, una realidad. Pablo se sentía el principal de los pecadores. ¿Quién puede alterar los valores de un “Saulo de Tarso”? Solo la cruz y el fluir de la Gracia de Dios.
Él les hablaba a los filipenses de que la confianza debe estar basada en lo que Cristo hizo por nosotros y no en nuestros esfuerzos porque, de ser así, él tendría muchas más razones que los demás. ¿Por qué? Él lo dice de la siguiente manera:
Fui circuncidado cuando tenía ocho días de vida. Soy un ciudadano de Israel de pura cepa y miembro de la tribu de Benjamín, ¡un verdadero hebreo como no ha habido otro! Fui miembro de los fariseos, quienes exigen la obediencia más estricta a la ley judía. Era tan fanático que perseguía con crueldad a la iglesia, y en cuanto a la justicia, obedecía la ley al pie de la letra. Antes creía que esas cosas eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún valor debido a lo que Cristo ha hecho, Filipenses 3: 6-7 NTV.
La revalorización es algo que solo Cristo puede hacer en una persona. Todo lo que Cristo hace en nosotros lo hace comenzando desde un cambio de valores, de esa manera, lo que era ganancia ahora es pérdida, y lo que era pérdida ahora es ganancia. Así opera el reino de Dios. Ustedes podrán recordar la parábola del tesoro escondido: un campo sin valor alguno terminó teniendo un valor altísimo por causa de lo que había sido hallado en él.
El reino del cielo es como un tesoro escondido que un hombre descubrió en un campo. En medio de su entusiasmo, lo escondió nuevamente y vendió todas sus posesiones a fin de juntar el dinero suficiente para comprar el campo, Mateo 13:44 NTV.
El cambio de valores es producido por lo que hemos hallado. Un real encuentro con su vida cambia absolutamente todos nuestros valores, y es entonces que estamos dispuestos a dejarlo todo por causa de lo que hemos hallado.
Así que no puedes convertirte en mi discípulo sin dejar todo lo que posees, Lucas 14:33 NTV.
La cruz precede al discipulado, porque se supone que un cambio de valores es necesario primero para luego entregarme a la vida discipular, de tal manera que solo alguien que no acepta la cruz podrá asistir a reuniones discipulares sin dejarse discipular, porque ser un discípulo es la evidencia de un cambio de valores.
Antes creía que esas cosas eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún valor debido a lo que Cristo ha hecho. 8 Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor... Ya no me apoyo en mi propia justicia, por medio de obedecer la ley; más bien, llego a ser justo por medio de la fe en Cristo, Filipenses 3:7-14.
- La cruz hace despreciable lo preciado. Lo mencionamos anteriormente; la cruz produce un cambio de valores. Ahora el único valor es conocerlo más a Él, y por este conocimiento estamos dispuesto a renunciar y desechar todo lo que nos impide avanzar en la experiencia de su amor.
- La cruz define lo que es basura y lo que es tesoro en mi vida.
- La cruz me lleva a una real experiencia con su vida mediante la comunión. Ahora ser uno es mucho más que una información, es una experiencia cotidiana.
- La cruz cambia nuestro punto de apoyo, de nuestra justicia a su Justicia. Ahora estamos en el eje de las posibilidades de la fe.
- La cruz me lleva a poder experimentar el poder de la resurrección. Este poder se experimenta mediante la impartición de vida a los demás.
- La cruz me permite sufrir con él y experimentar su muerte, para así poder experimentar su vida mediante la resurrección.
- La cruz me permite adentrarme en la perfección, dándonos así claridad cotidiana del objetivo (expresar a Cristo).
- La cruz me hace emerger como ejemplo para los que vienen detrás… nuestra conducta demostrará que no somos enemigos de la cruz. Los enemigos de la cruz son aquellos que “…tienen como “dios” su propio apetito, se jactan en cosas vergonzosas y piensan en esta vida terrenal…” (v.20)
La cruz, y solo la cruz, tiene la potencia de resignificar y revalorizar todo lo que poseemos.