Después del movimiento tectónico de 6,4 grados en la escala de Ritcher, los ministerios asisten a los damnificados.
La comunidad de pastores sanjuanina se encuentra trabajando desde ayer a la noche, luego de haberse registrado daños y pérdidas materiales en las congregaciones locales y las viviendas de algunos de los miembros de las iglesias. De manera centralizada, distintos ministerios de la provincia coordinan la asistencia.
El pastor de la iglesia Tiempo Nuevo en Jesús, Pablo Megueles, narra el caso de una familia de serenos que asisten a su congregación y perdieron su vivienda luego de que se derrumbó a raíz de los temblores. “Realmente fue un milagro de Dios que no les haya sucedido nada, podría haber resultado en una tragedia; al salir de la casa pudieron presenciar como toda la estructura se derrumbaba por completo delante de sus ojos, pero el Señor los guardó a ellos y a sus hijos”, cuenta Megueles.
Si bien el gobernador de San Juan, Sergio Uñac, confirmó que no se registró ninguna víctima fatal por el momento, las pérdidas materiales y los daños edilicios de los comercios y hogares aumentan con el paso de las horas. En respuesta a este trágico escenario, más de cien iglesias, pertenecientes al concejo de pastores sanjuaninos, están recolectando alimentos no perecederos y materiales de construcción para asistir a las familias afectadas.
“La gente mayor y los niños quedaron con una sensación de miedo y angustia terrible” detalló Ángel Carrizo y reconoce aliviado que, “gracias a Dios, no hubo mayores pérdidas, más allá de los derrumbes y roturas”. El coordinador del consejo provincial resignifica lo sucedido y asegura que “pese a lo trágico de la situación, este es un buen momento para expresar el amor de Dios a toda la sociedad”.
En la provincia de San Juan, el pueblo evangélico viene colaborando mancomunadamente desde el comienzo de la pandemia y, en esta ocasión, los ministros y la comunidad de fe tomará la iniciativa de ayudar a los más vulnerables.