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¿Cómo conocer a Jesús?

No podríamos conocer a Jesús sin primero haber sido encontrados por Él. Necesitamos primeramente ser hallados en Él.

No podríamos conocer a Jesús sin primero haber sido encontrados por Él. Necesitamos primeramente ser hallados en Él.

Pero entonces, ¿de qué conocimiento hablamos?

No es un conocimiento intelectual, ni mera información. Para conocer a Dios no necesito hacer muchos cursos de teología o leer la Biblia en un año. Obviamente, todo esto es bueno, ya que son herramientas que nos señalan y describen a Dios, pero no son Dios.

Se trata de conocer de forma espiritual

La palabra “conocimiento” tiene que ver con la construcción de una casa, con una unidad. Según el original hebreo ‘YADA’ o ‘YADE’, también en su raíz etimológica, nos encontramos con la palabra revelar, hacer notorio. Para hacerlo sencillo, es como si estuviésemos hablando de los planos de una construcción.

Oséas 4:6 dice “mi pueblo fue destruido por que le faltó conocimiento”.

Pero si ellos conocían la ley, se la sabían de memoria desde niños, ¿por qué fueron destruidos?

La respuesta es sencilla: porque les faltó la edificación de la vida de Dios en ellos, la revelación de los planos, la vida práctica del Espíritu. Esto nos lleva a la conclusión de que al final no estaban dentro de la casa, porque no había construcción.

Dios era la casa, y el que la construye en realidad es Él.

“Por qué, si Dios no construye la casa, en vano trabajan los edificadores”. Salmos. 127:1

Este conocimiento está profundamente vinculado con la palabra “comunión”, que es igual a lo mencionado anteriormente según la palabra hebrea “Chabar” o del griego “Koinonía”. Tiene que ver con una casa en común compartida, un vínculo, una unión.

«Conocer a Dios es tener comunión con Él, estar unido a Él, tener conexión con Él, compartir su misma naturaleza».

Dios no puede comunicarse con nosotros a menos que hayamos sido regenerados. Si no nacemos de nuevo no podemos ver el Reino. Dios es Espíritu, y los que le adoran (los que tienen comunión) deben hacerlo a través del espíritu.

Es una locura creer que alguien no nacido de nuevo puede tener comunión con Dios. Nuestro ser, es decir el alma, no puede conducirnos al Padre, por más que tenga una inteligencia desarrollada, mucho conocimiento e información, tal vez hasta sea muy buena y generosa, quizás está adiestrada y educada, pero nunca dejará de ser carne con un espíritu muerto para con Dios, desconectado de Su gloria.

Abordar todo esto es tan profundo, y como decía el apóstol Pablo: “La palabra de la cruz es locura para los que no creen (aun), pero es poder de Dios para los que se salvan”.

La vida de Cristo se nos es impartida cuando creemos en Él, en su obra completa en la cruz y resurrección, y que, en ambos hechos fuimos incluidos mediante la fe. Es la convicción de saber que cuando Cristo murió “yo morí”, y cuando Cristo resucitó, “yo resucité juntamente con Él”. Es fundamental tener esto en claro, y así poder andar en una vida nueva.

Adoración en la cárcel de Florencio Varela

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En la unidad penitenciaria Nº 31 en Florencio Varela, el grupo de adoración Factor de Cambio llevó música del cielo, convirtiendo la prisión en un espacio de Iglesia.

La Iglesia Ríos de Vida, Quilmes, cuenta con un ministerio carcelario liderado por Luis Alberto y Cristina González. Roberto Zapacosta, Silvia Gonzalez y Laura Leguizamon también forman parte del equipo y hacen posible que aquellos que quieran caminar en el Señor dentro de prisión, puedan hacerlo recibiendo su apoyo y acompañamiento. Ellos llevan la Palabra a la cárcel de Varela. La iglesia que funciona dentro, está conformada por muchas personas que mientras cumplen su condena con la Justicia mientras escuchan el Evangelio y son transformados. Ellos realizan reuniones y cada tanto, tienen cultos especiales. 

El día domingo 4 de agosto, en un encuentro programado por este ministerio, Factor de Cambio junto a Ángel Annacondia, visitaron la unidad penitenciaria y vivieron un tiempo de adoración en donde muchos se entregaron a Jesús. Ocho pabellones con alrededor de 450 personas asistieron al encuentro.

“Lo que más me sorprendió y nos conmovió es ver a aquellas cientas de personas que quizás estaban ahí por haber cometido distintos actos de delincuencia y hasta asesinato, con condenas que incluyen la perpetua, adorando entre lagrimas, rendidos y entregando todo a Cristo”, nos compartía Joan Pradas, vocalista integrante de Factor de Cambio.La única esperanza que tienen es Cristo, lo único que les queda es Cristo. Cuando los veíamos adorar nos transmitían eso”, decía.

“Varias veces hemos ido a tocar a esa unidad, pero esta vez fue diferente. La manera en la que adoraban y se entregaban a Jesús fue muy fuerte”, agrega Joan.

Ellos nos cuentan que además ocurrieron milagros y sanidades, en medio de todo ese clima de Iglesia que se vivió. “La iglesia la conforman personas como todos nosotros, pecadores arrepentidos que en Él somos Uno y adoramos con una misma pasión”, reflexionó Joan.

El domingo se vivió un tiempo diferente y especial, en donde el Mensaje fue transmitido a todos aquellos que como el ladrón de la cruz buscaban redención y un lugar en la casa del Padre.

Tatjana Smith, la nadadora olímpica que agradeció a Dios tras ser medalla de oro

La nadadora sudafricana Tatjana Schoenmaker, ahora conocida como Tatjana Smith, ha ganado la medalla de oro en los 100 m braza en los Juegos Olímpicos de París 2024, con un tiempo de 1 minuto y 5 segundos.

La nadadora sudafricana Tatjana Schoenmaker, ahora conocida como Tatjana Smith, ha ganado la medalla de oro en los 100 m braza en los Juegos Olímpicos de París 2024, con un tiempo de 1 minuto y 5 segundos.

En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Schoenmaker se convirtió en la primera mujer sudafricana en ganar una medalla de oro desde 1996, al llevarse el oro en los 200 m braza y la plata en los 100 m braza.

Conocida como la “chica de oro” en Sudáfrica, Schoenmaker se casó con su prometido, el agente deportivo Joel Smith, en noviembre de 2023, adoptando así el apellido Smith para los Juegos Olímpicos de París 2024. 

Horas después de ganar su medalla, Smith publicó en las redes sociales una foto de una camiseta en la que agradecía a todas las personas y patrocinadores que la apoyaron. En la camiseta se podía leer: “Mi comunidad”.

Los tres primeros nombres que aparecen en la camiseta son “Dios, Jesús y el Espíritu Santo”. Además, en la parte superior de la camiseta, en letras más grandes, se leía: “Por ti, para ti”. 

Diez semanas antes del inicio de los Juegos Olímpicos, Schoenmaker compartió una selfie en las redes sociales expresando su entusiasmo por nadar “para la gloria de Dios y representar a su país”.

No es la primera vez que la nadadora sudafricana habla abiertamente de su fe cristiana. En Tokio 2020, oró a Dios para que “se haga Su voluntad” antes de sus competiciones.

Al igual que en Tokio, donde recogió sus medallas de oro y plata, en París 2024, Schoenmaker también subió al podio con dos aros en forma de cruz.

Más de 2.000 personas fueron bautizadas en las playas de California

El bautismo masivo celebrado en Pirate's Cove Beach, California, con alrededor de 2,000 personas, se destaca como un evento significativo para la comunidad cristiana liderada por el evangelista Greg Laurie y su megaiglesia, Harvest Christian Fellowship.

El bautismo masivo celebrado en Pirate’s Cove Beach, California, con alrededor de 2,000 personas, se destaca como un evento significativo para la comunidad cristiana liderada por el evangelista Greg Laurie y su megaiglesia, Harvest Christian Fellowship. 

Este evento se produce apenas una semana después de la Cruzada de la Cosecha 2024 en el Angel Stadium, que atrajo a miles de fieles y culminó con el estímulo a nuevos conversos a participar en este bautismo público.

La importancia del sitio, Pirate’s Cove Beach, es especialmente notable ya que fue un punto focal durante la Revolución de Jesús de la década de 1970, un movimiento de avivamiento espiritual que tuvo un gran impacto en la región. 

Laurie ve los bautismos recientes y el creciente número de personas que se comprometen con la fe como posibles signos de un nuevo movimiento espiritual similar que está surgiendo en la misma zona.

Con más de 6,500 bautismos en la misma playa en los últimos 12 meses, la iglesia está utilizando un enfoque estructurado para monitorear y apoyar a los nuevos conversos. 

Proporcionan una Biblia para nuevos creyentes, acceso a recursos de discipulado digital y conexión con iglesias asociadas, lo que garantiza que las personas bautizadas tengan apoyo continuo en su viaje de fe.

Esta serie de eventos refleja una renovación del fervor religioso en California, particularmente en la parte sur del estado, y continúa la tradición de los grandes movimientos de avivamiento que han marcado la historia de la región. 

La comunidad cristiana está viendo un resurgimiento en la participación y el compromiso espiritual, lo que sugiere un renacimiento en la fe y un fortalecimiento de la comunidad religiosa en el área.

La Cruzada de la Cosecha y los bautismos en Pirate’s Cove no solo representan un momento de celebración, sino también un testimonio del impacto duradero de la fe en la vida de muchas personas. 

Este renacimiento espiritual está dejando una huella significativa y posiblemente duradera en la región, destacando la importancia de la comunidad y el apoyo mutuo en la práctica de la fe cristiana.

Dejando las excusas: Un camino hacia la obediencia y el crecimiento espiritual

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El Poder de las Excusas

En Jeremías 1:6-8, encontramos una conversación poderosa entre Dios y el profeta Jeremías:

 «Yo respondí: ‘¡Ah, mi Señor y Dios! ¡Soy muy joven y no sé hablar!’. Pero el Señor me dijo: ‘No digas: “Soy muy joven”, porque vas a ir adondequiera que yo te envíe y vas a decir todo lo que yo te ordene. No tengas temor delante de ellos que yo estoy contigo para librarte’, afirma el Señor.» Jeremías 1:6-7 NVI

Esta interacción nos enseña una lección fundamental sobre el papel de las excusas en nuestra vida espiritual. Jeremías, a pesar de su juventud y falta de experiencia, fue llamado a un papel profético crucial. Sus excusas, aunque comprensibles, no cambiaron el llamado de Dios ni la misión que le fue encomendada. Del mismo modo, cada uno de nosotros enfrenta desafíos y llamados que pueden parecer abrumadores. Nuestras excusas, sin embargo, no alteran el propósito de Dios para nuestras vidas. Al abrazar la obediencia y confiar en la guía divina, podemos superar cualquier obstáculo.

 1. El poder paralizante de las excusas.

Las excusas son una forma de resistencia que todos experimentamos. Pueden parecer inofensivas, pero tienen el poder de paralizar nuestro progreso espiritual y personal. Algunas de las excusas más comunes incluyen:

  • La falta de tiempo: «No tengo tiempo para dedicarme a esta tarea o ministerio.»
  • La falta de habilidad: «No soy lo suficientemente bueno en esto.»
  • El miedo al fracaso: «¿Y si no tengo éxito?»
  • La comparación con otros: «Hay otros que pueden hacerlo mejor que yo.»
  • La juventud o inexperiencia: «Soy demasiado joven y no sé cómo hacerlo.»

Estas excusas nos impiden avanzar y responder al llamado de Dios con valentía y fe. En Jeremías 1:6, vemos que incluso un gran profeta como Jeremías tuvo sus dudas.. Sin embargo, la respuesta de Dios fue clara: «No digas: ‘Soy muy joven’, porque vas a ir adondequiera que yo te envíe y vas a decir todo lo que yo te ordene.»

Las excusas pueden ser vistas como mecanismos de autodefensa que empleamos para evitar el dolor del fracaso o la crítica. Sin embargo, en el ámbito espiritual, son barreras que nos impiden experimentar la plenitud de lo que Dios tiene reservado para nosotros. La resistencia al llamado de Dios, motivada por nuestras inseguridades, es una trampa que atrapa nuestro potencial y nos mantiene en la mediocridad espiritual. 

2. Enfocarse en la obediencia, no en el resultado.

Uno de los principios más importantes para superar las excusas es cambiar nuestro enfoque del resultado a la obediencia. La obediencia a Dios debe ser nuestra prioridad, independientemente de los resultados que podamos anticipar. Cuando servimos a Dios, nuestro éxito no se mide por los logros visibles, sino por nuestra fidelidad a Su llamado.

En el mundo actual, donde el éxito a menudo se mide por resultados tangibles y medibles, es fácil caer en la trampa de juzgar nuestra valía y nuestro servicio a Dios por los mismos parámetros. Sin embargo, la Biblia nos enseña que la verdadera medida de nuestro servicio es la obediencia y la fidelidad a Dios, independientemente de los resultados visibles. Este principio nos libera de la presión de producir resultados y nos permite servir a Dios con un corazón puro y desinteresado.

Ejemplo Bíblico: Moisés

Moisés es otro ejemplo clásico de alguien que presentó excusas ante el llamado de Dios. En Éxodo 4:10, Moisés dice: «¡Oh Señor, nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua!» Sin embargo, Dios no aceptó su excusa y le respondió: «¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo, el Señor?» (Éxodo 4:11). Dios le recordó a Moisés que Él es el Creador y que tiene el poder de capacitar a aquellos a quienes llama.

Este relato nos muestra que Dios no se deja influenciar por nuestras limitaciones percibidas. Él ve más allá de nuestras debilidades y se enfoca en Su poder y en Su propósito. Moisés, a pesar de sus dudas y temores, obedeció a Dios y se convirtió en uno de los líderes más grandes de la historia bíblica. Su vida es un testimonio de lo que Dios puede hacer cuando respondemos con obediencia en lugar de excusas.

3. La prioridad de servir a Dios.

Cuando hacemos el servir a Dios nuestra prioridad, las excusas pierden su poder. En lugar de enfocarnos en nuestras limitaciones, comenzamos a ver las posibilidades a través del poder de Dios. Esto requiere un cambio de mentalidad y una entrega total a Su voluntad.

El servicio a Dios no se trata de nuestras capacidades, sino de nuestra disponibilidad. Dios no está buscando personas perfectas; está buscando corazones dispuestos. Cuando ponemos a Dios en primer lugar y priorizamos Su voluntad sobre nuestros miedos y dudas, nos posicionamos para ser usados de maneras poderosas y sorprendentes.

Familias alineadas a lo eterno

En contexto de guerras ideológicas y batallas discursivas, la familia tal vez sea el tópico más frecuentemente utilizado para dividir las aguas. Lejos de ser considerado como un diseño divino, la distorsión humana encuentra respuestas para su evidente estado de crisis en argumentos socio-económicos, que solamente confirman la peligrosa superficialidad con la que tratamos uno de los fundamentos bíblicos más trascendentales para nuestra existencia en esta tierra.

Cómo expresar y multiplicar la vida de Dios en las generaciones

“La revelación de la centralidad de la persona de Cristo nos trae vida y reconciliación, porque Él es nuestra paz, el amor, la vida, y nuestro todo; y esa identidad la comenzamos a incorpar en casa.”

En contexto de guerras ideológicas y batallas discursivas, la familia tal vez sea el tópico más frecuentemente utilizado para dividir las aguas. Lejos de ser considerado como un diseño divino, la distorsión humana encuentra respuestas para su evidente estado de crisis en argumentos socio-económicos, que solamente confirman la peligrosa superficialidad con la que tratamos uno de los fundamentos bíblicos más trascendentales para nuestra existencia en esta tierra.

“¿Por qué las familias cristianas no nos estamos manifestando como diferentes a las no cristianas?” Esto es lo que se pregunta David Firman en su más reciente obra: Familias alineadas a lo eterno. Los hogares cristianos se han transformado en sinónimo de contextos disfuncionales y hostiles. Esto gracias a estadísticas no muy alejadas de la realidad, pues muchos creyentes no buscan soluciones sobrenaturales para sus problemas, por no ser conscientes de la profundidad espiritual detrás de ellos. 

El libro comienza de lleno sin espacio a silogismos: ningún tipo de consejería o asistencia psicológica podrá hacer retroceder las fuerzas de las tinieblas empeñadas en destruir todo lo creado por Dios. Las cuestiones de fondo solo pueden resolverse con una correcta visión de las cosas, pues la familia es un diseño divino creado por Dios, y cualquier concepción desviada de este principio sólo traerá dolor y muerte. 

“Evidentemente, no hemos entendido; no se nos ha revelado la dimensión, tamaño, envergadura e importancia de estos diseños de Dios: el matrimonio y la familia.

La obsesión satánica por la destrucción de la familia encuentra estrategias muy bien escondidas bajo la cotidianeidad de la ignorancia: los anti diseños. Así lo afirma el autor: la falta de una revelación eterna y verdadera de las cosas permite que la naturaleza adámica continúe trayendo corrupción a nuestros hogares. ¿Cuál es la imagen que Dios tiene sobre el hombre y la mujer? Solo hay una respuesta posible para ello, pues no existe división entre lo secular y lo espiritual. Nuestra vida entera debe ser una revelación de lo sobrenatural.

Tanto los patriarcas del antiguo testamento como los pioneros de la iglesia primitiva fueron utilizados bajo el mismo principio. La familia es algo imprescindible para la realización de la voluntad divina en este mundo. El autor nos permite verlo citando historias como la de Noé, David, Timoteo y Priscila. Y es así como concluye en la reveladora visión de un único pacto vigente desde Génesis hasta Apocalipsis: la eternidad del propósito de las familias como representantes de Cristo mismo.

“Necesitamos esa sabiduría divina para proveer, desde la familia, la materia prima para restaurar la vida social.”

Todo lo que suceda en los hogares impactará en la sociedad actual y futura. Es por esto que no podemos permitir que el infierno siga encontrando espacio en nuestras casas. Las evidencias de una vida transformada por el evangelio florecen en el contexto de quienes vemos todos los días y son nuestros más cercanos. Así concluye David Firman en una frase del capítulo 5: “El Cuerpo de Cristo no puede ser edificado más allá de lo que es edificada la familia.” 

Autor de La psicología de Dios (2021), profesor, terapeuta, escritor y conferencista; David Firman expone la urgencia de una restitución de los diseños divinos en las familias contemporáneas. No hay atajos para las cuestiones del Reino. Serán necesarios corazones genuinos que demuestren la revelación de la Cruz en lo más secreto para extender el Evangelio primero dentro de las casas y luego fuera de ellas.

Ficha

  • Título: Familias alineadas a lo eterno
  • Autor: David Firman
  • Año: 2023
  • Páginas: 255

A Punta de Lanza la historia de los cinco misioneros que entregaron su vida por la tribu Waodaoni

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A punta de lanza

La conmovedora historia de los misioneros que dieron su vida con tal de alcanzar con el mensaje de salvación a los Waodani, un pueblo que habitaba la selva ecuatoriana.

¿Cuál es nuestro sentido de responsabilidad frente a los pueblos que nunca escucharon sobre Jesús? ¿Estamos verdaderamente dispuestos a llevar el Evangelio? ¿Qué tal si eso significa perder tu vida por la causa de Jesús? El final del espíritu es un drama conmovedor que moviliza, confronta y desafía.

Basada en hechos reales, relata la historia de cinco misioneros estadounidenses —Jim Elliot, Nate Saint, Ed McCully, Peter Fleming y Roger Youderian— que murieron atravesados con lanzas en manos de los miembros de una tribu ecuatoriana cuando llegaron a su región para hablarles sobre Jesús.

En 1956, los Waodani estaban en riesgo de extinción debido a su forma de vida violenta. Tal era la gravedad del asunto, que el gobierno de Ecuador debatía medidas para frenar las muertes. Esto no fue motivo para que los misioneros retrocedieran en su llamado. Por el contrario, buscaron la mejor forma de contacto con los nativos de la selva: se valieron de un avión y, durante un tiempo, lo pilotearon sobre la aldea para dejarles regalos. Después de varias visitas aéreas, aterrizaron en el lugar, para pronto acabar atravesados por furiosas lanzas el 8 de enero de 1956.

Enero, 1956, cinco misioneros murieron

Si hubiera que resumir este film en pocas palabras, “darlo todo por Jesús” sería la definición perfecta. Y no solo se trató de la entrega total de los cinco hombres que murieron, sino también la de sus familias, que, tras la muerte de los cinco misioneros, decidieron seguir la misión y se fueron a vivir con los Waodani para servirlos. Una muestra de perdón, de amor y de entrega absoluta.

Gracias al ejemplo de los misioneros, que no se defendieron cuando la tribu los atacó, y de sus viudas e hijos que invirtieron sus vidas para servir a la comunidad, los Waodani fueron alcanzados por el amor de Jesús y los asesinatos descendieron un 90%.

Steve and Ginny Saint.

Breve reseña

Luego de consensuar con sus familias, un grupo de cinco hombres deciden hacer contacto con la tribu que habita en la selva ecuatoriana. Como primera acción, Nate Saint y su amigo, sobrevuelan el lugar con una avioneta amarilla y bajan con una soga un balde que contiene regalos para los nativos. Los lugareños se muestran amigables, colocando en el recipiente, a su vez, un presente para los hombres del avión. 

Cuando deciden aterrizar en la orilla del río, ellos y tres misioneros más son atacados brutalmente por la tribu y atravesados con lanzas. Días después y sin noticias de los cinco misioneros, un grupo de investigación se acerca al sitio y encuentran los cadáveres. 

Cuando los familiares reciben la trágica noticia, no abortan la tarea. De a poco, la barrera con los Waodani se va diluyendo y las viudas con sus hijos se instalan en la aldea para vivir con ellos.

Steve Saint, el hijo de Nate, uno de los misioneros asesinados, es un niño cuando llega al lugar. Durante su adultez se va de la aldea, pero la muerte de su tía lo hace retornar. En su regreso, tiene la posibilidad de enfrentarse con el asesino de su padre, Mincayani, un nativo que volvió su corazón a Cristo. El desafío de Steve será conocer la identidad del hombre que mató a su papá y perdonarlo.

¿Dónde verla?

El film está disponible en la plataforma de videos YouTube y puedes verla ingresando aquí. Disfrutálo. Dios te bendiga.

¿Tú me amas?

A lo largo de los Evangelios podemos ver cómo a Jesús le encantan las preguntas. En este mundo de la inmediatez, en muchas ocasiones anhelamos primero la respuesta rápida antes de pararnos en búsqueda por la pregunta acertada. Sin embargo, Jesús ama los interrogantes, sobre todo aquellos que revelan condiciones profundas del corazón que van más allá de una necesidad física. Entre sus centenares de preguntas, únicamente hay una que dirigió a Pedro, uno de su círculo más cercano, y que apunta directamente a la naturaleza de su amor: “Pedro, ¿me amas?” (Juan 21: 15 - 19)

A lo largo de los Evangelios podemos ver cómo a Jesús le encantan las preguntas. En este mundo de la inmediatez, en muchas ocasiones anhelamos primero la respuesta rápida antes de pararnos en búsqueda por la pregunta acertada. Sin embargo, Jesús ama los interrogantes, sobre todo aquellos que revelan condiciones profundas del corazón que van más allá de una necesidad física. Entre sus centenares de preguntas, únicamente hay una que dirigió a Pedro, uno de su círculo más cercano, y que apunta directamente a la naturaleza de su amor: “Pedro, ¿me amas?” (Juan 21: 15 – 19)

¿Cómo reaccionarías tú? ¿Cuál sería tu respuesta si Jesús, el único dador de amor pleno que le llevó al madero, te mirara con sus infinitos ojos de compasión mientras te pronuncia tal pregunta? ¿Qué le dirías? Ahí todos veríamos cómo nuestras palabras pasarían a un segundo plano. En ese momento, nuestras acciones dejarían de pesar tanto como descubrir quién es el centro de nuestros corazones. Es aquí donde Jesús nos abraza, comprendiendo que no habrá amor que supere la altura y precio de su cruz, para iniciar el mayor anhelo del Padre: redimirnos sin importar las veces que le hayamos negado. 

La realidad es que muchos hemos sido Pedro alguna vez. Quizás nos hemos visto en situaciones de dificultad donde, guiados por un profundo temor, nos hemos dejado llevar por una respuesta rápida, una mentira que implique no exponernos por la causa de Cristo o simplemente hemos decidido amarnos más a nosotros mismos. Muy probablemente Pedro, tras negar tres veces a Jesús e inmerso en su propia mentalidad de justicia humana, esperara “una merecida exhortación” o “una lógica respuesta” tras haberle abandonado en su peor momento. Pero todos sabemos que no, Pedro se encontró con tres preguntas, tres interrogantes que restituyeron sus tres negaciones y además, reafirmaron y empoderaron su ministerio.

Recuerdo una conversación con el Espíritu Santo donde no habían respuestas, todas eran preguntas que iban revelando unas tras otras la condición de mi corazón. Fue una de las mejores conversaciones que he tenido hasta ahora con Dios, y parecía como si mis respuestas no se expresaran en palabras, sino en las profundidades de mi alma. De hecho, son preguntas que hasta el día de hoy retumban en mi caminar junto a Él, interrogantes que reenfocan mi vida y llamado: “¿Acaso vale más tu reputación que mi sangre? ¿Acaso vale más el ser visto por la humanidad que la propia cruz? ¿De verdad me amas cómo para sufrir el rechazo de otros por mi nombre?”

Es en instantes como estos, como los vividos por Pedro, donde aún en medio de las mil preguntas que podamos tener, nuestro corazón atraviesa el fuego de su amor, para experimentar la gracia divina que nos sostiene. Es aquí, en su abrazo inmerecido, donde vivimos que todo se trata de Él. Porque al final, aunque nuestra alma en muchas ocasiones ansíe réplicas, debemos recordarle que ya podemos disfrutar de la mejor respuesta: ahora tras cada “¿Me amas?” se esconde una nueva oportunidad para que nuestro corazón contemple la cruz. Es su réplica de amor ya sellada sin importar las veces que le hayamos fallado. 

¿Te sientes Pedro? Dios ha visto toda tu vida, las veces que le ibas a obedecer y las que no, y en su voluntad te ha elegido. Hoy es el día para que te dejes envolver en sus preguntas de amor, para que tu vida quede cautivada por la respuesta viva que sigue haciéndose eco desde hace dos mil años atrás y que hará responder genuinamente a tu corazón. 

Choco: El sicario que se encontró cara a cara con Jesús

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Sin dudas, el testimonio de Gustavo Ruiz Días, alias “Choco”, es digno de ser contado. Una vida llena de violencia, asesinato y delincuencia se vio completamente transformada por una experiencia con Dios, cuando intentó asesinar a un compañero en prisión.

En una de las entrevistas que realizaba para este medio, un pastor me comentó acerca de un hombre que predica el Evangelio en Paraguay y realiza una tarea de ayuda y entrenamiento de fútbol para niños, y que en su antigua vida era famoso. Quizás estás pensando en algún tipo de fama como la de algún artista, músico, actor o influencer, pero Choco pertenecía a otro campo, él era un reconocido sicario.

Ante esto quedé profundamente impactado, y automáticamente pedí su contacto. Días después, me senté en mi escritorio y apreté el símbolo del teléfono. Me atendió una voz mansa, relajada y tranquila. Luego de presentarme, le pregunté si había algo sobre lo que prefería no charlar o que no le pregunte, y me dijo: “No. Voy a contar todo”. 

Esta es su historia:

Choco fue adoptado de pequeño por una familia de clase alta, pero él no formaba parte de ella, ya que su apellido no había sido cambiado. Comía alejado, en un rincón fuera de la mesa familiar y lejos de recibir el cariño de sus padres, recibía golpes y maltrato. Un día, habiendo conversado con un amigo suyo que era cristiano, se recostó en su cama, miró al cielo y dijo: “Dios, si realmente existís, yo te quiero ver”. A pesar de haber hecho esa oración, su vida empezó a desviarse.

“Crecí con rebeldía y ya a los 14 ya empecé a salir de mi casa y a dormir en las calles”, me decía Choco. “Yo quería tener mi dinero, y un amigo me dijo – ¿Vos querés tener dinero?– y yo le respondí que sí, entonces me invitó a realizar un asalto en una joyería. Hicimos el asalto. En un momento me perseguí y creí que una mujer iba a sacar un arma de la caja, por lo que, sin pensar mucho, le disparé en el rostro. Ahí cometí el primer homicidio, a los catorce años, recordaba Choco.

Desde ese momento, Choco inició una vida delictiva, contrabandeando droga, aceptando participar de violentos asaltos, por los que recibió una paga inmensa y comenzó a comprar autos, casas y demás.

Durante 6 años, Choco vivió una vida criminal, que consistía en recibir llamadas con objetivos a eliminar. Una vez realizado el trabajo, recibía su paga y el círculo iniciaba de nuevo. Su mente se había trastornado tanto, a tal punto de que ya no sentía pena por las personas que asesinaba. “Al principio me asusté, pero luego era algo normal. Era como sacar hojas muertas de un árbol”, afirmó él. “En ese mundo era así. Uno tenía que hacer lo que le decían, era parte del trabajo, no tenía que preguntar por qué ni para qué”.

“En esa época ganaba de tres mil a cinco mil dólares por persona”, recuerda Choco. “Estaba loco”, agregó y afirmó que muchos de esos trabajos los hizo bajo los efectos de sustancias.

Una madrugada, la policía lo atrapó en su casa con 30k de marihuana y 2k de cocaína, por lo que fue encarcelado. Lo que él no sabía, es que dentro de la prisión encontraría su salvación.

Si bien el vacío que corría dentro de su cuerpo lo hacía sentir mal, Choco ya estaba acostumbrado a la vida que llevaba. Cumplir la condena por homicidio, contrabando y robo lo llevó a pasar tiempo dentro de la cárcel, habiendo perdido hasta el último centavo con su abogado. Finalmente, llegó al punto de no poder pagarle y que éste lo abandonara, debido a que era imposible liberar a una persona como Gustavo Ruiz Días.

Un día descubrió que habían robado el televisor de su celda. Siendo que casi nadie se había atrevido en el pasado a robarle sus cosas, él estalló en enojo, salió a buscar al culpable y halló su tele en otra celda. Preguntó por ella y los que estaban dentro expusieron al vendedor. Una vez que encontró al responsable, comenzó a desarrollar su plan para asesinarlo.

“Yo invité a tres personas a jugar a un juego de cartas españolas. Entre ellos se encontraba el tipo que iba a asesinar esa noche”, contó Choco. “Esa noche estaba con los puñales en la cintura, esperando el momento indicado. No me había drogado. Se sentaron y comenzamos a jugar”, recuerda el ex-sicario.

“Cuando empezaron a tirar las cartas, me llamó mucho la atención que uno de ellos echó un 1 de oro, 1 de basto, 1 de copa, 1 de espadas. Yo era un tipo que conocía mucho la parte oscura y sabía lo que significaba”, relata Choco.

Él sabía perfectamente lo que eso significaba en el ocultismo y la brujería, ya que había participado de muchos pactos, rituales y ofrendas satánicas. El 1 de oro significaba “ganar o perder”, el 1 de copa “borrachera”, 1 de basto significaba “violencia” y 1 de espadas significa “muerte”. “Son cinco cosas que suceden en un juego de barajas”, me explicaba, “se sientan, conversan, empiezan a tomar, a veces termina con pelea y otras veces con muerte”. 

“Era como si se hubiese activado el código de una caja fuerte y se liberó lo que iba a suceder esa noche”. “En un momento, a las tres personas que estaban delante no las veía. Solo veía a mi víctima, quien estaba de espaldas. De repente, la celda se oscureció y comencé a ver muchísimos ojos de todo tipo y colores que querían entrar dentro de mi cuerpo. Sentí como si entraran dentro de mi piel. Parecían esas bolitas de acero y se movían por todo mi cuerpo”, me describe Choco.

“Empecé a escuchar voces en mi cabeza. Hice un paso hacia atrás, saqué mi puñal y con mucha fuerza llevé el arma para clavarlo en su cabeza, pero de repente, alguien me frenó, sosteniendo mis puños. No lograba ver quien era,  pero podía sentirlo, era algo calentito”, describe Choco.La punta del filo estaba a dos dedos de la cabeza de él y por más fuerza que hacía, no podía clavar el puñal. Los otros tres que estaban ahí se asustaron y salieron corriendo. Las manos no me soltaron hasta que todos los que estaban allí salieron”, recuerda Gustavo.

“Todo eso me puso tan nervioso que estallé en ira y rompí todo lo que había en la celda. Después de haber roto todas las camas, me dirigí a la pared y la arañé con tal fuerza que mis uñas se desprendieron de mis dedos. Empecé a perder sangre. Eran las doce de la noche más o menos. Salí al pasillo y me dirigí al balcón, ya que me encontraba en un pabellón alto de más o menos 12 metros de altura. Me trepé a la baranda y salté con los brazos abiertos para suicidarme. Pero cuando me tiré, alguien me agarró por la remera desde atrás. Cuando me di vuelta, no vi a nadie, pero mi remera estaba estirada. Alguien me estaba sosteniendo”.

Choco hizo una pausa. Había silencio, por lo que preguntó “¿Me escuchás?” y yo le respondí, “Si, perdón, estoy en shock”. Su relato sinceramente me estaba dejando boquiabierto.

“De repente, me tiró hacia atrás y escuché como una voz me dijo- Yo quiero que vayas a la celda 154– . Esta era una celda que estaba hacia abajo”, continuó contando él. “Quise volver a entrar a mi celda, sin querer hacerle caso a la voz, pero seguía sintiendo unas manos que me empujaban hacia afuera, y me empezó a llevar. Yo quería sostenerme de las paredes, pero no podía porque estaba chorreando sangre y estaba perdiendo fuerza. Cuando llegué allí, golpeé tres o cuatro veces hasta que salió un muchacho con una sonrisa. Esa sonrisa me llamó mucho la atención, porque yo desde niño golpeé muchas puertas y nunca nadie me recibió con una sonrisa, y estar en la cárcel y que alguien me reciba sonriente me resultó extraño”.

«desde niño golpeé muchas puertas y nunca nadie me recibió con una sonrisa«

-Pasá. Te estábamos esperando- le dijo esa persona a Choco. “Yo no lo conocía, nunca lo había visto”, afirma él. “Entré y había tres personas más con él y yo inmediatamente pensé que me iban a matar. Pero no aguantaba más, me estaba desangrando, así que me arrodillé, me abracé a mi mismo y ellos pusieron la mano en mi espalda y comenzaron a orar”.

Lo que sucedió después de eso fue sin dudas la experiencia más impactante de su vida: “De repente, me comencé a ver desde arriba y vi mi cuerpo arrodillado y los demás orando por mi. Cuando me di la vuelta, estaba en un lugar diferente. El suelo era de oro puro, a mis lados habían gradas bien grandes y millones de ángeles cantando. Yo ya escuché todo tipo de alabanza y adoración, pero jamás una como esa.”, me describe Choco. “Fue algo tremendo. Comencé a caminar y tenía pilares a mi alrededor con todo tipo de piedras preciosas. Conocía alguna de ellas porque las había robado, pero el resto nunca las había visto”.

“Los pilares eran gigantes y traspasaban las nubes. Comencé a caminar y de repente vi una luz que brillaba enfrente de mí. La luz era tan brillante que mis rodillas empezaron a debilitarse. Llegó un momento en el que quise estar parado pero no pude aguantar. La Biblia dice que toda rodilla de va a doblar ante Él, el que quiera y el que no quiera”, continuó Choco. “Levanté mi rostro y vi una túnica blanca, más blanca que el blanco. Miré al costado y vi dos pies. Al lado de Él había dos ángeles. Ahí le dije toda la basura que yo era, lo que había hecho y escuché una voz que me dijo: “Mi hijo ya pagó el precio, derramando hasta la última gota de sangre por ti”, recuerda el ex sicario.

  • …»se recostó en su cama miró al cielo y dijo “Dios, si realmente existís, yo te quiero ver”…

“La gente dice que nosotros elegimos a Dios pero no, es Él quien nos eligió a nosotros”, reflexionó. “Cuando quise ver su rostro, no pude, porque era más resplandeciente que el sol al mediodía, cien veces más. Vi su mano y tenía una herida. De repente, sentí su sangre entrando dentro de mi ser, y sentí que miles de cadenas se rompían en mí. Literalmente podía oír los grilletes romperse”, contó emocionado. “Le decía -Señor, no me quiero ir- y su voz me dijo – Tenés que volver. Cuando yo te digo que te vas, te vas y cuando te diga que te quedás, te quedás-.

De repente volví en mí y lo primero que hice fue mirar mis manos. La sangre estaba completamente seca y estaba empapado de ella, pero miré mis uñas y estaban en su lugar.

Las personas que habían orado por mi estaban durmiendo en sus camas. Abrí las puertas de la celda y le pregunté inmediatamente a un interno qué hora era y me dijo que eran las 8 de la mañana. Es decir que habían pasado 8 horas desde que había estado en la celda 154. 

Así fue como me convertí. Conocí al Señor sin que nadie me predique el Evangelio”, dijo Choco. A partir de ahí su vida cambió para siempre. Aquél monstruo había quedado atrás. Sus días en la cárcel continuaron, pero él era más libre que las águilas. Comenzó a asistir a los servicios que se realizaban dentro de la cárcel, a predicar el Evangelio y llevó a muchas personas a Cristo. 

Hasta que un día, un sábado a las 3 de la tarde, un carcelero fue a buscarlo a su celda y dijo “Gustavo Ruiz Días, libertad”. “Yo me quedé callado, porque quizás era otro Gustavo, pero se acercaron a mí y me dijeron ‘Llegó tu libertad’”. Yo sorprendido dije -¿Pero quién fue?-, – Tu abogado -, – Pero yo no tengo abogado-, dije. Él me había abandonado».

Salí con lo que tenía puesto y me dirigí a la oficina. Todos los guardiacárceles estaban ahí. Me hicieron sentar y nuevamente pregunté “¿Quién me trajo la libertad?”, por lo que me respondieron otra vez “Tu abogado”. Pregunté inmediatamente cómo estaba vestido y me respondieron que estaba vestido todo de blanco. Pregunté por cómo era su rostro y me contestaron que no pudieron ver su cara y se fue antes que pudieran abrir las puertas. Ellos me contaban esto atónitos y asustados. 

“Ellos me dijeron ‘Leé tu libertad’, cuando agarré el papel y leí vi algo que me dejó asombrado. Estaba la firma del Juez que me había dicho que yo nunca iba a salir, pero lo que más me llamó la atención es que dónde decía abogado había una firma con una Jota. Ahí yo supe quién era mi abogado”, dijo el ex-sicario.

Cómo orar por la crisis en Venezuela

Venezuela enfrenta una profunda crisis política y social, marcada por un reciente fraude en las elecciones presidenciales que ha intensificado la inestabilidad y el conflicto en el país. Las tensiones entre diferentes facciones políticas han llevado a enfrentamientos violentos y una represión generalizada, con informes de violaciones de derechos humanos y abusos por parte de las fuerzas de seguridad. Esta situación ha generado una atmósfera de miedo e incertidumbre entre la población.

Venezuela enfrenta una profunda crisis política y social, marcada por un reciente fraude en las elecciones presidenciales que ha intensificado la inestabilidad y el conflicto en el país. Las tensiones entre diferentes facciones políticas han llevado a enfrentamientos violentos y una represión generalizada, con informes de violaciones de derechos humanos y abusos por parte de las fuerzas de seguridad. Esta situación ha generado una atmósfera de miedo e incertidumbre entre la población.

No solo esto trae problemas sociales, sino también con el fraude que hubo en consecuencia con el resultado de las elecciones, esto ha generado graves problemas económicos, con una hiperinflación descontrolada y una escasez crónica de alimentos y medicinas. 

La infraestructura del país se ha deteriorado, y los servicios básicos como la electricidad y el agua son inadecuados. La desesperación ha obligado a muchos venezolanos a emigrar, buscando mejores condiciones de vida en países vecinos, lo que ha generado una crisis migratoria en la región.

Además, la situación ha afectado profundamente el tejido social y emocional de la nación. Las familias se han visto divididas, la confianza en las instituciones se ha erosionado, y la esperanza se ha desvanecido para muchos. 

La crisis ha aumentado la pobreza y la inseguridad, y la sociedad civil lucha por mantener la cohesión y la solidaridad en medio del caos y la adversidad.

En medio de esta turbulencia, como cristianos, somos llamados a orar por Venezuela. Aquí hay algunas formas en las que podemos orar por la nación:

  1. Oramos para que la verdad prevalezca: Para que la verdad prevalezca en Venezuela, que la luz de Dios ilumine cada rincón oscuro y exponga la verdad en todas las áreas.
  1. Paz y estabilidad: Le pedimos a Dios que traiga paz y estabilidad a Venezuela, que cese la violencia y que el país pueda encontrar un camino hacia la reconciliación y la unidad.
  1. Interceder por los líderes: Oramos por sabiduría, integridad y justicia para los líderes del país. Pedimos que Dios toque los corazones de quienes están en el poder para que actúen con rectitud y en beneficio de la nación.
  1. Orar por protección: Pedimos por protección para todos los ciudadanos, especialmente para los más vulnerables, incluyendo mujeres, niños y ancianos. Oramos por su seguridad y provisión en medio del conflicto.
  1. Oramos por la Iglesia en Venezuela:Que la Iglesia en Venezuela sea un faro de esperanza y consuelo. Pide que los líderes religiosos sean guiados por el Espíritu Santo y que puedan ministrar eficazmente a sus comunidades.
  1. Interceder por un futuro mejor: Oramos con fe por un futuro mejor para Venezuela. Pedimos que Dios levante líderes justos y que el país pueda experimentar una renovación y un avivamiento espiritual.

Finalmente, encomendamos a Venezuela a las manos de Dios, confiando en que Él es soberano y tiene el poder para transformar cualquier situación. Que nuestra fe y oraciones sean un testimonio de esperanza y amor en medio de la adversidad. Amén.

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