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Nuevos fragmentos de la Biblia hallados en Israel impactan a los arqueólogos

Continuaremos desmantelando el pasado a través de los nuevos descubrimientos históricos que nos ayudan a comprender el contexto de los relatos bíblicos.

Hace una semana publicamos una nota acerca de los rollos del Mar Muerto en la que mencionamos algunos sucesos recientes que marcaron un antes y un después en la historia y en la arqueología, todo esto nos acerca más a saber en qué contexto fue escrita la Biblia.

Se trata del descubrimiento arqueológico de pergaminos bíblicos en el desierto de Judá, el territorio que se extiende entre el Estado de Israel y Cisjordania.

Un minucioso trabajo de excavación llevado a cabo por la Autoridad de Antigüedades de Israel, al que consideran uno de los hallazgos más importantes realizados a mediados de 2021.

En esta compleja operación salieron  a la luz nuevos fragmentos de pergaminos bíblicos que datan de hace 2.000 años. La escritura de estos manuscritos están principalmente en griego y contienen porciones de los doce profetas menores, en particular Zacarías y Naum.

Fragmentos de los rollos descubiertos

También se descubrieron otros objetos antiguos, como unas monedas extrañas de la época de Bar-Kokhba, un líder judío que dirigió la revuelta contra los romanos entre el 132 y el 135 d.C. Otro descubrimiento fascinante fue un esqueleto infantil de 6.000 años de antigüedad, probablemente femenino, envuelto en tela y momificado.

Esqueleto descubierto en las cuevas

No obstante, hubo un hallazgo que dejó boquiabiertos a los investigadores, se trata de una gran cesta intacta que data de hace 10.500 años, sin dudas, la canasta más antigua del mundo, hasta el momento.

Canasta de 10.500 años descubierta en La Cueva de Los Horrores.

Marcello Fidanzio, profesor de ambiente bíblico en la Facultad de Teología de Lugano y director del Instituto de Arqueología y Cultura de las Tierras Bíblicas, habló sobre el significado de este sensacional descubrimiento.

«Durante las dos revueltas algunos refugiados se escondieron en las cuevas porque eran perseguidos por los romanos”dice Fidanzio, “En este caso concreto nos referimos a una cueva con un nombre dramático, ‘La Cueva de los Horrores’, es llamada así por unos 40 hombres, mujeres y niños que murieron aquí de hambre y sed. En este lugar, durante su huida, habían traído algunos de sus objetos más preciados: posesiones, utensilios de la vida cotidiana y textos escritos: documentos y textos bíblicos«.

Monedas halladas en las cuevas.

Este descubrimiento es importante para los científicos, «después de los grandes descubrimientos de los años cuarenta y cincuenta, especialmente en Qumrán y en el desierto de Judá, no había vuelto a ocurrir nada parecido en relación con los textos bíblicos«, explica el director del Instituto de Arqueología y Cultura de las Tierras Bíblicas de Lugano, Esta es una nueva página en la historia de las excavaciones arqueológicas”, agrega.

«Es algo que nos apasiona a los estudiosos de la Biblia«, confiesa Fidanzio, «pero también interesa mucho a los israelíes, que subrayan que esta investigación está ligada a su identidad y a la historia de su presencia en la tierra de Israel«. Por eso no es gratuito que la Autoridad de Antigüedades de Israel haya dado especial importancia a la campaña de excavación.

Este evento es importante para los textos bíblicos porque son una prueba de lo que los estudiosos llaman fluidez textual, la época en que el texto de la Biblia aún no era estable y único. Sólo más tarde las Escrituras fueron canonizadas, fijadas y luego transmitidas con gran fidelidad hasta nuestros días, sin embargo los fragmentos de la “Cueva de los Horrores” representan un momento todavía constitutivo y gracias a ellos podemos captar una etapa que condujo al texto definitivo.

«Estos descubrimientos nos introducen en un momento extremadamente fascinante de la historia: aquel en el que la Biblia encuentra su forma y se constituye«. Entre las muchas características que se desprenden del estudio de los fragmentos, surge un detalle: en el texto griego, las cuatro letras impronunciables del nombre de Dios están escritas en paleo-hebreo, la antigua escritura que se utilizaba en la época del Primer Templo (hasta el 586 a.C.).

«Ya existía en aquella época, como en los pergaminos utilizados en la época de Jesús, un gran respeto por el impronunciable Nombre de Dios, por eso escribirlo con otro alfabeto es una estrategia del escriba, destinada a inducir al lector a centrar su atención en esas letras. Es decir, es un punto del texto que requiere gran respeto y sacralidad», concluye Fidanzio.

La historia continúa revelando la fidelidad de los textos bíblicos y nos lleva a reflexionar en la importancia que tuvieron estos, no solo en la vida de los Judíos, sino en la de todos aquellos que acceden a la palabra de Dios y hoy pueden hacerlo desde cualquier parte del mundo, encontrándose con Cristo, el único capaz de traer revelación y salvación a nuestras vidas.

Rodrigo Acosta
Rodrigo Acosta
Escritor, redactor, músico, productor y compositor argentino. Forma parte de la banda Fila 9 desde el año 2016 como bajista y segunda voz.

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