Él es multifacético como pocos, ataja todo lo que le tiran y más, arquero de la primera de Racing futsal, uno de los arqueros de la selección argentina, entrenador de 2 categorías juveniles y arqueros de Racing, tiene su propia escuela de arqueros, y también forma parte del cuerpo técnico del plantel profesional de fútbol 11 femenino en Racing. Pero eso no es todo en la vida de Marcos Ferreyra, él es un verdadero hijo de Dios y cada vez que tiene la posibilidad, expresa su fe en Jesús con mucho orgullo. 

LC: Empezaste a jugar al fútbol de chiquito. ¿Siempre fuiste arquero?

MF: Empecé en Villa Gonnet, mi club de barrio, cuando tenía solo 4 años. Jugaba con nenes un poco más grandes porque no había chicos de mi edad. Al principio me ponían de delantero, pero no hacía goles, y cuando me ponían de defensor los hacía en contra. Entonces un día me pusieron un par de guantes y me probaron al arco, desde ese momento atajé siempre.

LC: ¿Cómo empezaste con el futsal?

MF: Primero empecé jugando en cancha de 11, y a los 13 o 14 años me ofrecieron ir a jugar futsal. Hice las dos cosas al mismo tiempo por unos años hasta que decidí jugar solo futsal, y veo que no me equivoqué.

LC: ¿Cómo fue tu primera convocatoria a la selección juvenil?

MF: Tenía 16 años, yo jugaba en las divisiones juveniles de Racing, y publicaron una lista en redes sociales en donde estaba mi nombre. Fue algo hermoso porque no lo esperaba. Cualquier jugador que patea una pelota desde chico sueña con poder pisar el predio de Ezeiza, entrenar y concentrar donde lo hace Messi y defender la camiseta de su país, por eso fue una alegría inmensa.

LC: Hace dos semanas te llegó la convocatoria a la selección mayor, con la posibilidad de ir al próximo mundial en Lituania que se disputará en septiembre. ¿Qué significa para vos?

MF: Justo estamos pasando un momento difícil como familia porque hace unos días falleció mi tío, y sé que más allá de mi satisfacción personal, esta noticia les trajo un poco de alegría a mis padres, mi hermano y mi abuela.

LC: ¿un sueño deportivo pendiente?

MF: Gracias a Dios pude cumplir varios de mis sueños, pero me gustaría poder salir campeón del mundo con la selección.

LC: Tenés un sentir especial por los chicos con discapacidad, ¿por qué?

MF: cuando yo tenía unos 7 u 8 años, vi una noticia, resulta que no dejaban pertenecer a un club de barrio a un chico que tenía síndrome de down. Eso me golpeó muchísimo y no lo olvidé nunca más. Desde ese momento, tengo como sueño poder crear algún día una escuela deportiva para chicos con capacidades diferentes. Se me infla el pecho por cada uno de ellos y me enseñan todo el tiempo con su amor, bondad, ganas de salir adelante y de superarse todo el tiempo. 

LC: Sos el entrenador de arqueras de la primera de fútbol femenino de Racing. ¿Cómo es esa experiencia?

MF: Bastante complicado, realmente no esperaba ser entrenador de un equipo profesional, y fue un desafío muy grande para mí porque yo acepté el cargo con tan solo 19 años y la arquera titular tenía 32. La verdad es que las chicas son muy profesionales y me llevo magnífico con todas las arqueras que pasaron por el club. Dos de esas arqueras son jugadoras de selección y es un privilegio haberles ayudado. 

LC: El hecho de ser entrenador con solo 20 años, ¿te ayudó a crecer más rápido?

MF: En realidad, para ser arquero tenés que estar preparado para sobreponerte a la adversidad y a los errores propios todo el tiempo. Pero sin duda, el ser entrenador de juveniles y el formar parte de un cuerpo técnico profesional me ha ayudado en el desarrollo de mi personalidad, y me sirvió para que, en algunas ocasiones, pueda transmitir un mensaje a mis compañeros, aun siendo más joven que ellos.

LC: En 2018 quedaste afuera de JJOO de la juventud por una lesión. ¿Te enojaste con Dios?, ¿qué aprendiste de esa situación?

MC: Fue una tristeza enorme porque yo estaba en la selección desde hacía 2 años, y habíamos entrenado muy duro casi 2 meses, y fracturarme dos dedos de la mano faltando tan poco fue muy duro para mí. Me sentía fracasado, estaba triste, y hasta pensé en dejar, de hecho falté a los siguientes entrenamientos, pero gracias a Dios y al apoyo de mi familia me pude levantar y seguir. No me enojé con Dios, me enojé conmigo mismo por dejar de buscar a Dios en ese momento difícil.  

“Luego de perderme esos juegos me pasaron varias cosas negativas, pero aprendí que aún en las situaciones más difíciles debo seguir dependiendo de Dios”.



LC: ¿cómo conociste a Dios y quién es Él para vos?
MF: conocí a Dios por medio de mi abuela. Ella es un ejemplo para mí y me gusta compartir esta fe con ella, poder orar juntos. Hace poco, me tocó a mí comunicarle la muerte de su hijo, y si bien fue triste, no podríamos haberlo sobrellevado sin Dios.

 “Dios para mí lo es todo, y todo lo que hago, lo hago en su nombre, por Él, para Él y gracias a Él. Pongo todos mis sueños, aun los deportivos, en Sus manos”.


LC: Glorificas a Dios cada vez que podés ¿Por qué lo haces?
MF: La verdad es que me sale naturalmente porque siempre soy de brindarle una palabra de apoyo a un compañero y entonces eso da pie para que me pidan que ore por ellos. Incluso, mucha gente que le tocó transitar el covid también me pidió oración, lo cual es un privilegio para mí.


LC: El ambiente del fútbol no es fácil. ¿Recibiste burlas por ser cristiano?
MF: Sí, a veces algún que otro chiste, pero yo no le doy importancia. Mis compañeros a veces me ven orar o con la Biblia, y yo me muestro así porque quiero que vean en Quien creo y a Quien sigo. Quiero que vean que soy muy bendecido por la novia, la familia y los amigos que tengo, de poder trabajar de lo que me apasiona, y que cada logro en mi vida es gracias a Él. Así lo manifiesto en cada entrevista, en cada publicación y en cada oportunidad que tengo. No nos puede dar vergüenza glorificar a Dios.