Jesús fue la persona más ocupada del mundo. Pero nunca se lo vio desesperado, preocupado, deprisa y sin tiempo para lo importante. ¿Cómo hizo?
La vida no solo de Jesús, también la de sus discípulos estaba ocupada. Se la pasaban de viaje en viaje, atendiendo gente y dispuestos a entrar a casas de desconocidos para largas charlas mientras multitud de personas esperaban afuera. A pesar de la agenda impredecible, no vemos a Jesús ansioso, irritable, frenético o distraído, sino todo lo contrario.
¿Cuál es la diferencia entre estar ocupado y estar a las corridas en la vida, en el trabajo y en los negocios?
Estar ocupado es tener muchas reuniones y una agenda colapsada. Estar a las corridas es estar cancelando algunas reuniones y forzar a las siguientes a retrasarse.
Estar ocupado es tener familia, trabajo y ocupaciones. Estar a las corridas es no tener tiempo enfocado y priorizado en ninguna de las anteriores.
Estar ocupado es tener muchas cosas en la mente. Estar a las corridas es ponerse mal por haber elegido una mala fila en el supermercado, y lamentarse porque la otra fila fue más rápido y por esto quedarse sin margen de tiempo para hacer algo más.
Estar ocupado es llevar 3 estudios bíblicos a la vez. Estar a las corridas es tener tantas cosas que no podés tomarte tiempo para escuchar la voz de Dios entre estudio y estudio.
¿Cómo podemos estar ocupados sin estar a las corridas? Debemos ser buenos en analizar el costo de nuestro tiempo.
En Marcos 11:11-15 vemos a Jesús entrando el primer día al templo. Como era de noche y ya había hecho varias cosas, decidió irse. Recién al otro día se “enojó” e hizo su tarea de limpiar el templo. ¿Por qué no lo hizo la noche anterior? lo podría haber hecho tranquilamente.
Supongo que no lo hizo porque el día anterior ya había sido completado de cosas, y tuvo la sabiduría de dejarlo para el día siguiente. De esta forma vemos a Jesús analizando el costo del tiempo y decidiendo que agregar algo a su día ya ocupado lo hubiese convertido en un día a las corridas.
¿Cómo ser eficientes en la gestión del tiempo, a la manera de Jesús?
La gran mayoría de libros que hay en el mercado promulgan la idea de cumplir una serie de pasos A, B y C para luego tener paz y una agenda ordenada. Es decir, hacer tal o cual cosa a fin de poder tener paz a la hora de administrar el tiempo. Y, en general, ninguna dice lo difícil que es tener paz.
Lo que aprendí de Jesús en la Biblia es totalmente opuesto. En Lucas 8:22-23 Jesús se durmió mientras los discípulos navegaban. En ese contexto se desencadena una tormenta de viento e inunda a los discípulos. Ellos estaban tranquilos en la orilla del lago, quietos con Jesús, hasta que de repente las cosas se descontrolaron. El bote estaba inundado, como muchas de nuestras agendas y lista de tareas. En el versículo 24 aparece Jesús, y todo se calma.
La solución a nuestros problemas en la gestión de tareas y del tiempo (el don más valioso que nos regaló Dios), es encontrar primero a Jesús, para luego cumplir con los pasos A, B y C.
Nuestra tarea es la de redimir el tiempo que nos fue dado. Como Timothy Keller dijo, “los cristianos están solemnemente obligados a no perder el tiempo. ¡La mayordomía del tiempo es un mandato!»
Pablo Baldomá Jones es miembro de Profesionales y Empresarios Cristianos (PEC), una comunidad de profesionales y empresarios cuya misión es empoderar a cristianos en su trabajo. Pablo es fundador de Celerative.com, plataforma tecnológica que permite contratar, gestionar y pagar a talento que trabaja de forma remota en tecnología y desarrollo de software, con clientes en 4 continentes y equipo trabajando desde 12 países.