mail

Suscribite a nuestro boletín

La fe se evidencia en la acción

Una persona sana puede estar cuarenta días sin comer alimentos sólidos, siete días sin beber agua, cinco minutos sin respirar, pero no se puede estar un segundo sin tener fe.

La fe es un don de Dios que nos permite traer al presente hechos que habrán de suceder en el futuro, ver como ya cumplidos, sueños que aún no se han concretado. Es la sintonía de conexión con el ADN de nuestro Padre Dios, quien nos entrega la capacidad de creer y actuar en consecuencia.

El escritor del libro a los Hebreos, resalta en el capítulo 11, texto 6:

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

Es imprescindible tener fe, para poder estar en la presencia del Señor y agradarle.Todos quienes hemos creído en Jesucristo como Señor y Salvador de nuestras almas, hemos recibido una medida de fe. (Cf. Romanos 12:3b). Esa fe inicial debe ser alimentada para que pueda crecer y desarrollarse. La nutriente por excelencia para este crecimiento es leer y oír la Palabra de Dios. (Cf. Romanos 10:17).

«El apóstol Santiago nos confronta al señalar que la fe no puede quedar limitada a un hecho emocional o intelectual, debe ser puesta en evidencia por medio de una acción»

Rafael Pedace

Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. (Santiago 2:17).

Son incontables las situaciones en las que distintas personas y en diferentes épocas activaron su fe, con acciones que llegaban a límites extremos, y con esa fe en acción, lograron quedar registrados como ejemplos para nosotros. Mencionaremos sólo algunos ejemplos:

  • Una mujer viuda en Sarepta, con un hijito pequeño. Sólo le queda un puñado de harina y unas gotas de aceite. Apenas lo suficiente para cocer una pequeña torta y echarse a morir con su niño. El profeta Elías le dice: cuece la torta y dámela a mi primero, y no faltará harina en tu tinaja ni aceite en tu vasija hasta que haya pasado todo el tiempo de esta hambruna. (1ª Reyes 17:13).
  • Jesús está con sus discípulos observando el momento de entrega de las ofrendas. Una mujer pobre y viuda, entrega en el alfolí dos blancas. (Marcos 12:1-4). El Señor le dice a sus discípulos esta viuda pobre ha dado más que todos los demás, porque de su pobreza entregó todo el sustento que tenía.
  • Abraham recibe una orden irracional de parte de Dios, de ofrecer en sacrificio a su único hijo Isaac, quien había llegado a su vida en su avanzada vejez. El pedido de Dios no tiene lógica, pero Abraham obedece y se dispone a entregar todo, su hijo de la promesa.

El común denominador de estos ejemplos es que se dispusieron a entregarlo todo. La fe de ellos no se limitó al ámbito de sus emociones, tuvo una demostración cabal de creer que Dios merecía ser creído y que iba a recompensar la fe puesta en acción.

En estos tiempos turbulentos, de nubarrones en el cielo y escasa visibilidad en el camino a transitar, imitemos su fe puesta en movimiento. Junto a una incontable nube de testigos, desde el cielo nos están animando y diciendo:

“más el justo por su fe vivirá” (Habacuc 2:4b).

Pongamos nuestra fe en acción, creamos en la fidelidad de las promesas que el Señor nos ha dejado como legado e incorporémonos a la pléyade de beneficiarios de los resultados de quienes activan la fe con hechos concretos.

Rafael Pedace
Rafael Pedace
Pastor. CEO & Fundador de Todo Música S.A. Integrante de comunidad PEC.

Otras

CRISTIANAS

hola
Enviar Whatsapp
error: Gracias por interesarte en las publicaciones de La Corriente, para su uso o difusión, por favor escribirnos a [email protected]