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La Biblia, el primer libro impreso a gran escala

Preludio

A pesar del paso del tiempo la Biblia sigue siendo el ejemplar más vendido del mundo, en 2021 superó los 100 millones de compras en 100 países con traducciones en 23 idiomas. Algunos pueden decir casualidad, pero los datos históricos y nuestra fe demuestran lo contrario.

Y aunque la Biblia no fue el primer libro impreso con métodos manuales, sí lo fue a nivel masivo, mediante el sistema de tipografías móviles. Esta hazaña dio lugar a uno de los eventos más importante del mundo moderno, inauguró el comienzo de la “Edad de la Imprenta”.

Se estima que el primer volumen de las Sagradas Escrituras se comenzó a preparar después de 1450 y los primeros ejemplares estuvieron disponibles entre 1454 y 1455. Fue nombrada “La Biblia de Gutenberg”, Johannes Gutenberg, inventor de la imprenta moderna. Pero, también es conocida como la Biblia de 42 líneas, porque se refiere al número de líneas impresa en cada página y fue usado para diferenciarlo de la edición posterior de 36 líneas. También le dicen la Biblia de Mazarino, edición Vulgata, impresa por Johannes Gutenberg en Maguncia, Alemania, en el siglo XV.

La imprenta fue el invento que aceleró la transición entre la edad media y la moderna.

Contexto en el que nace la gran bestia de metal

Hasta ese entonces, los libros eran difundidos por medio de copias manuscritas de monjes o frailes devotos dedicados a una vida de oración y de transcripciones de ejemplares por encargo del propio clero o de reyes y nobles.

También se utilizaba la xilografía para publicar panfletos políticos, publicidades, etiquetas y algunos trabajos de pocas hojas. Este método consistía en poner el texto sobre una tablilla de madera, en la que se incluían dibujos y signos (de manera manual y estática). Una vez confeccionada la plancha, se acoplaba a una mesa de trabajo, también de madera y se calaba la plancha con tinta negra, roja o azul, para aplicar el papel y distribuir la tinta con un rodillo.

Este método tenía varios problemas, primero, el desgaste de la mano de obra, por otro lado; la poca duración de las planchas de maderas, los costos eran muy elevados para producir pocos ejemplares y la durabilidad de los moldes limitaba el número de copias.

Los impresores se encargaban de fabricar su propio papel y lo sellaban con su propia marca de agua para diferenciarse de sus colegas y competidores. Un trabajo forzado y artesanal.

En ese contexto, Johannes Gutenberg diseñó una verdadera innovación para su época. Su invento era tan eficaz y revolucionario que era capaz de reproducir varias copias de la Biblia en menos de la mitad del tiempo que tardaba el más rápido de todos los copistas del mundo. Y para mayor asombro su calidad era igual o superior a los manuscritos de la época.

La imprenta es un ejército de veintiséis soldados de plomo con el que se puede conquistar el mundo”.

Johannes Gutenberg

La reforma aprovechó el pase de gol y supo definir

Tan solo cincuenta años después, surgiría una de las reformas doctrinales más relevante hasta nuestro días. Y la imprenta jugó un papel determinante para que eso sucediera.

La producción de la Biblia dio comienzo a la impresión masiva de textos en Europa y todas las copias de Gutenberg estaban vendidas, aun antes de que se completara la impresión.

Ya para el año 1500, el acceso a los textos impresos había cambiado rotundamente la manera comunicacional de las sociedades occidentales. Ahora, la lectura no era relegada a un sector elite y pudiente sino que brindó la facilidad de obtener información de manera más rápida y confiable.

Esta nueva manera de permanecer actualizado generaba que los pueblos se unieran en la crítica generalizada a las autoridades, políticas y religiosas.

Es allí que la Reforma protestante se encuentra con estos elementos a su favor y en el que Martín Lutero aprovecharía la rápida difusión que le otorgaba la imprenta para distribuir sus 95 tesis de Wittenberg.

La revolución francesa también se vio agradecida y beneficiada por la imprenta de Gutenberg.

Cabe hacernos esta pregunta ¿Qué hubiera sido del mundo sin esta magistral invención?

Johannes Gutenberg ¿de que planeta viniste, barrilete cósmico?

Pese a tan magna invención, hay muy pocos datos sobre este personaje misterioso. Se sabe que era orfebre, y provenía de familia de comerciantes. Nacido en Maguncia, Sacro imperio Romano Gérmanico, actual Alemania y antes de la imprenta, solo hay registros históricos que estuvo envuelto en un escándalo y afrontó un proceso judicial por haber formado una sociedad con Hanz Riffe para desarrollar ciertos procedimientos secretos.

Johannes Gutenberg, creador de la imprenta.

Estadísticas y conclusiones finales

Difícilmente un libro se mantenga en el podio por mucho tiempo, ni hablar, por más de quinientos años permanecer invicto y acumular records de impresiones, generación tras generación.

Veamos que dicen los números;

Don Quijote de la mancha; 500 millones

Historia de dos ciudades; 200 millones

El Señor de los anillos; 150 millones

El Principito; 140 millones

La Biblia; 7 mil millones de copias según la Biblioteca Británica y extranjera.

Un libro infinito

Podemos concluir que este libro sagrado tiene algo que otros libros tal vez no tienen y, eso diferente es la eternidad. Este libro no son palabras estáticas sino más bien una persona en constante movimiento, Jesús. El verbo que se hizo carne y habitó entre los hombres, está escondido detrás de cada carácter, relato e historia narrada en la Biblia. Por eso cuando leemos este ejemplar no leemos palabras sino, salvación.

Cómo dijo el gran escritor Jorge Luis Borges “hay un libro que es capaz de soportar una infinita lectura; son las Sagradas Escrituras y lo digo yo que no soy un creyente”.

Emiliano Ruiz
Emiliano Ruiz
Emiliano Ruiz nació en Buenos Aires, Argentina, en 1985. Cursó las carreras de Comunicación Social y Ciencias Políticas. Actualmente cursa la carrera en correción de textos. Autor de los libros La ventana de los sueños y Debajo de la Piel.

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