El tabaco en la iglesia es un tema del que también se debe hablar.
Hace poco compartía con un grupo de adolescentes mi experiencia con el tabaco y les decía:
“El aroma que más recuerdo de mi infancia, no es el de las comidas, o los perfumes que usaban en casa, sino el del humo del tabaco que fumaban mis papás.
Una vez, estábamos con mi hermano jugando a que fumábamos, tenía 8 años y mi hermano 10. Habíamos quedado solos en la casa, no sé si mis padres dormían, pero de los que estoy seguro es que estaban inmersos en una aguda depresión.
En algún minero mi papá se levantó y nos encontró con la colilla de los cigarros encendidos, mientras jugábamos a que fumábamos.
Mi papá se enojó tanto, que no solo nos retó, sino que nos puso en penitencia por unos días.
Pero a decir verdad, había quedado muy confundido, no entendía por qué mi papá se había enojado tanto por algo que él mismo hacía desde que yo tenía uso de razón.
Es más, sus besos me dejaban ese aroma, toda mi ropa olía a humo de tabaco y sólo estaba imitando a mi papá. Esta fue una de las primeras veces que fumé, pero no fue el único escenario. Más adelante, como a mis 10 años volví a repetir la experiencia, pero ahora fue en el club donde practicaba fútbol. En una travesía, le quitamos el paquete de cigarrillos al presidente del club y los fumamos en un lugar secreto que teníamos en el club.
Más adelante con 12 años, tras haberme mudado de barrio y cambiado de colegio, me encontré que en mi curso de 6to grado, el 50% de mis compañeros fuma cigarrillos al menos 3 veces por semana”
Tras esta experiencia personal, pudimos hablar del tema y para sorpresa de los líderes, muchos de los preadolescentes y adolescentes presentes habían vivido situaciones similares.
Debemos entender que el consumo de tabaco atraviesa a todas las edades, clases sociales e instituciones. Es por eso que resulta fundamental que en la iglesia también hablemos del consumo de tabaco y vapeadores.
Hacer foco en la prevención antes y durante la adolescencia, resulta fundamental, ya que la edad promedio del inicio de consumo es a los 16 años (SEDRONAR).
El inicio del tabaquismo en adolescentes responde a una combinación de factores sociales, familiares, personales y ambientales.
Entre los principales se destacan:
- Presión de grupo: Influencia de amigos o pares que consumen tabaco.
- Entorno familiar: Padres o familiares fumadores incrementan la probabilidad de iniciación.
- Marketing y publicidad tabacalera: Incide especialmente en jóvenes, creando una imagen aspiracional del consumo.
Algunos factores personales:
- Deseo de aparentar madurez.
- Baja autoestima y falta de contención emocional.
- Pocas actividades recreativas.
- Deseo o curiosidad por experimentar.
Una pregunta que nos deberíamos hacer es:
En mi congregación: ¿ya se habló del consumo de tabaco o vapeadores?
Podríamos asegurar que la comunidad de fe pretende ser un espacio de contención y protección en la vida de los preadolescentes. Aun así, no podemos asegurar que estos temas se abordan, aunque todos saben que fumar es perjudicial para la salud, no deberíamos conformarnos con eso.
Podríamos citar muchos versículos:
- 1 Corintios 6:12
“Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.” - Romanos 12:1
“Presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios.” - 2 Corintios 7:1
“Limpiémonos de toda contaminación de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.”
Estos versículos y muchos otros nos ayudarán a reforzar los conocimientos, fortalecer las convicciones y promover las conductas que le agradan a Dios. Pero no deberíamos dejar de preguntarnos…
¿Qué otros mensajes reciben los adolescentes en el resto de los espacios que transitan, tanto físicos como virtuales?
¿Qué dicen del tabaco sus compañeros del colegio, sus redes sociales, sus artistas favoritos y sus amigos?
La información y la influencia ejercida a través de las personas que lo comunican resultan fundamentales en las decisiones que toman los adolescentes. Si un máximo influencer sale a hablar bien del tabaco, muy probablemente sus seguidores se vean incentivados a consumir.
Al igual que si recomiendan no hacerlo.
El tabaco y los vapeadores son más frecuentes en la vida de los adolescentes de lo que deberían.
Es por eso que como iglesia no los debemos evadir, ni postergar, sino más bien hacer como hacía Jesús: hacerle frente a los temas difíciles.
¿Cómo se puede empezar a prevenir el consumo de tabaco entre los adolescentes?
Hablando del tema de manera responsable.
¿Qué deberíamos tener en cuenta a la hora de generar este tipo de conversaciones?
- Estar dispuestos a escuchar lo que el grupo necesite o desee decir en relación al tema.
- No censurar la palabra, más bien escuchar con atención a cada uno de los que se expresan.
- Procurar que la palabra circule y todos puedan decir lo que piensan y sienten al respecto.
- Respetar a cada uno de los que participen, aun cuando no estemos de acuerdo con lo que dicen.
- No esperar comentarios correctos o incorrectos, más bien celebrar que se hayan animado a hablar.
El Día Mundial Sin Tabaco no es una oportunidad para señalar el problema, sino para remarcar la importancia de la prevención.
Matías Kornetz
Las acciones preventivas son sin dudas el camino a transitar. Debemos aprovechar cada 31 de mayo para imaginar un mundo sin tabaco, pero debemos trabajar de forma intencional los otros 364 días del año, para promover la salud y prevenir el consumo de sustancias como lo es el tabaco.
«Jesús no esquiva los temas difíciles, sino que los aprovecha para seguir edificando y acompañando a la madurez de cada uno de sus seguidores».