Juventud Evangelica Bautista Argentina (JEBA), viajó a la provincia de Chaco, allí realizaron el primer campamento con comunidades , evangelismo en las casas y vieron la posibilidad de crear más pozos de agua en el pueblo.
Decenas de jóvenes viajaron desde el 22 al 24 de junio al norte argentino para compartir a Cristo. La experiencia del viaje fue coordinada por Mariano Moreno y Mariano Cardozo, Juan Pablo Tabares, miembro de la mesa directiva de JEBA, junto a Misiones Nacionales y Acción Comunitaria de Confeba.
Los jóvenes viajaron desde Buenos Aires hasta la localidad de Miraflores, en el noroeste de la provincia de Chaco. Juan Pablo Tabares detalla que en el camino tuvieron la posibilidad de hablar de Cristo a unas personas que cortaban la ruta, lo que les permitió llegar luego al destino. Este fue el primer momento de evangelismo camino a la provincia, en donde pudieron tocar música y hablar de Cristo a todas las personas.
Al llegar a destino se sumaron a la misión voluntarios locales para visitar a los habitantes de distintas comunidades vecinas, entre ellos wichis. También dieron donaciones como medicamentos, zapatillas, golosinas y material bíblico provistos por ediciones Kairos y Cruzada a Cada Hogar, voluntarios del programa ‘Argentina Contá Conmigo’.
“Todo nuestro trabajo es a la par de las iglesias locales, no trabajamos solos, sino como parte de la Iglesia de Cristo”, explica Tabares. Él plantea “la tarea fue intensa, pero la vitalidad de los visitantes hizo que fuera extraordinaria”.
El primer día se dividieron en dos grupos, unos recorrieron el Lote 44 y otros el barrio sur en Miraflores. Algunos junto al pastor Mariano Corvalán de la Iglesia local de La Familia, organizaron un pequeño campamento en Comandancia Frías, llevando hasta allí algunas mercaderías, y, el resto del contingente, junto al pastor Roberto Gil, fueron a distintos parajes con el Mensaje de Cristo y fortalecieron aspectos del trabajo social.
“La ayuda social es una forma; pero lo principal es anunciar el evangelio de Jesús”.
Juan Pablo Tabares
Esta actividad a cargo de JEBA, quienes nuclean a Misiones Nacionales y Acción Social, junto a Confeba, invitó al equipo de “Agua por Vida”, con Ruth y Diego, quienes también evangelizaron en África, y al “Centro del cielo”, una asociación sin fines de lucro que recibe a jóvenes adultos con diversas discapacidades.
En conjunto, Tabares cuenta “sorprendimos a niños obsequiando golosinas y entregando más de 230 pares de zapatillas a estrenar, medicina para los centros de atención y material bíblico”. Además, desde el equipo de “Agua por vida» se tomaron distintas muestras de suelo, y fauna, para analizar, y en un tiempo no muy lejano, presentar y desarrollar en los parajes del Impenetrable un proyecto para proveer agua a los lugareños.
“Estamos en fase de desarrollar la solución al problema. Posiblemente sea, crear pozos de recolección de agua de lluvia en cada uno de los parajes del impenetrable, la iglesia local atiende 18 parajes de los cuales solo 5 tienen este tipo de pozos”. reveló Tabares.
Además explica “queremos llevar a cabo perforaciones en cada uno de los parajes, y poner a punto una sala de emergencias médicas. Todo esto está en evaluación. Estamos en vías de preparar el proyecto para desarrollarlo en los próximos meses, con grupos de trabajo más reducidos”.
Tabares plantea que la mayoría de las personas de la comunidad solo hablan su dialecto, por lo que fue todo un desafío también la realización del primer campamento. Él reveló “todavía estamos contabilizando datos de personas que aceptaron a Jesús, pero creemos que fueron más de 350 personas, con testimonios de casos puntuales desde una persona estaba escapando del suicidio y recibe el Evangelio, y hasta el caso de un chofer de micro que llevo a un grupo de jóvenes y terminó aceptando a Cristo”.
“El punto de gran diferencia está en el estilo de vida que estas personas llevan y cómo se ve diferenciado en nuestra velocidad al momento de vivir”, reveló Tabares. “Dejan en evidencia la vorágine en la que estamos inmersos, el tiempo en Lote 44 parece que está todo en un ‘Slow motion’ constante. Y éramos nosotros los que teníamos que bajar la velocidad si es que queríamos lograr un acercamiento”, detalló. Además, planteó “hablar lento, dar tiempo a los silencios porque estos no molestan, y la comunicación gestual pasa a tener una prioridad vital”.
Tabares contó que este programa de JEBA de “Experiencias Misioneras” ya existente hace tiempo, también se realizó en Mocoretá Corrientes, “se llamó “M10” porque estaba basado en el suceso bíblico detallado en Mateo 10. Él detalla “allí, Jesús impulsó a unos inexpertos discípulos para que hicieran sus primeras armas en lo que luego sería su gran comisión. Debían ir de a grupo (de dos en dos) y sin ninguna herramienta, solo lo básico. Lo mismo intentamos replicar, todos con una misión: Predicar el evangelio de Jesús de distintas maneras”.
Una actividad misionera llena de Cristo que permitió llevar la Palabra de Vida a personas y pueblos no imaginados por ellos pero si planeados por Él. Ellos afirman que lo que sucedió ese fin de semana será un antes y un después para muchos lugareños y para los jóvenes voluntarios. Y Tabares concluye “es un tiempo de estar juntos, de tender una mano, de enseñar y aprender, y compartir el Evangelio”.