Adaptada del libro “Hacia Rutas Salvajes” de Jon Krakauer, esta película explora la vida real de Chris McCandless, un joven que, teniéndolo todo, decidió quemar sus pertenencias y emprender un largo viaje hacia Alaska, en busca de la Felicidad.
La película dirigida por Sean Penn, recopila el increíble trabajo periodístico de investigación que realizó Jon Krakauer, quien estaba fascinado con la vida y trágico final de un tal “Alex Supertramp”, como se hacía llamar Chris McCandless, un jóven brillante que luego de graduarse de la universidad abandonó su familia, bienes materiales y donó todo su dinero a caridad para viajar rumbo al norte, acompañado de miles de libros que cautivaban su amor romántico por la aventura.
Esta película no se incluye dentro de un catálogo de películas cristianas, pero contiene un fuerte mensaje acerca del amor, la verdadera felicidad y de Dios.
Una película con spoilers
Este film no está relatado de forma cronológica, sino que comienza por el final, con la muerte del protagonista en medio de una montaña, solo. El libro comienza de la misma manera, ya que el fin del largometraje es mostrar el “cómo” de su muerte y el “por qué”.
Una película que debate sobre el concepto de Felicidad
Hacia Rutas Salvajes nos muestra un lado no explorado del viajar y las aventuras, planteado fuera del romanticismo. Es común ver videos e imágenes en las redes de personas que dejaron su vida para viajar por el mundo, conocer nuevas tierras y aventurarse a lo desconocido, y a nuestros ojos, la idea es preciosa ¿Por qué no? Libres de horarios, de responsabilidades y de la rutina.
Ahora bien, es necesario entender que eso jamás va a poder llenarnos si no estamos en quien lo llena Todo.
Alex, apodo que se puso el protagonista bautizándose como un aventurero, se siente vacío, sin propósito y sin poder resolver sus problemas en su propia familia, por lo que decide escapar. Su enfoque estaba en él y en su “felicidad”. Él representa a una creación que clama por un Dios que nos basta, ya que en la película se lo ve envuelto en miles de encrucijadas emocionales cuando se da cuenta al final de su viaje que todo ese tiempo lejos de casa, escondido en el mundo, solo lo había llevado a entender que “la felicidad solo es verdadera si es compartida”, frase que dejó escrita en su diario minutos antes de morir, acompañada por un montón de reflexiones más en las que nombra a Dios repetidas veces, pidiéndole perdón y gracias.
La historia nos muestra como su cariño y personalidad logró ganarse el corazón de cada persona a la que conoció, pero también el dolor que dejó, al mostrarles que el único protagonista de esa historia era él, abandonando sin avisar las compañías, el amor y los consejos que recibió a lo largo de su viaje por parte muchas de las personas que le aconsejaban dejar de escapar.
Esta película se puede ver en Amazon Prime
Para leer luego de verla
La película nos cautiva con imágenes y música increíbles que nos llevan a seguir las aventuras de Alex de cerca, pero en el fondo podemos sentir ese vacío y esa búsqueda insaciable de plenitud que el joven aventurero no alcanzaba encontrar.
El punto clave de la película se da cuando el viajero conoce a Rob, un anciano cristiano que se encariña tanto con Alex a tal punto de sentirlo como el hijo que nunca tuvo. De todas las personas con las que se cruzó, Rob fue quien impactó más su vida cuando le hizo entender que él necesitaba a Dios para perdonar, “Cuando perdonas, amas. Y cuando amas, la luz de Dios brilla en ti”. Esta sería la última charla íntima que ellos tendrían antes de que Chris McCandless decida adentrarse en la montaña y perder la vida por intoxicación.
A través de esta historia podemos reflexionar en que por más que busquemos y recorramos los confines de la tierra tratando de hallar la libertad y la felicidad, esta nunca será real si ese vacío sigue latiendo en nuestro interior y no abrazamos la paz, la felicidad y la plenitud que se encuentra en Dios a través de su Hijo. Esa es la mayor aventura y podemos empezar a vivirla en casa para luego llevarla a donde vayamos.