Dentro de la Bitácora de las Emociones, el enojo es sorprendentemente un recurso portentoso; esta emoción que se presenta con un plus de energía nos informa acerca de una frustración o un deseo que estoy experimentando y que encontró un obstáculo, el cual puede ser real o imaginario

Este estado canalizado de manera adecuada nos ayuda a poner límites a las situaciones que nos desagradan y a encontrarles soluciones; nos sirve para autoafirmarnos ante las frustraciones de la vida, nos ejercita en el perdón y nos lleva a cerrarle definitivamente las puertas al enemigo. 

Las personas que lo expresan de manera negativa, con agravios, descalificaciones, agresiones, etc., nos hablan de personas que no están pudiendo gestionar sus emociones eficazmente; que temen expresar su enojo de manera asertiva ante los conflictos, lo reprimen y se lo terminan bebiendo como un veneno.

Tu historia importa…

Posiblemente tu estilo de crianza, la forma incorrecta en que tus padres manejaban sus relaciones, los conflictos o lo que les desagradaba, marcaron patrones en tu infancia y hoy tiendes a resolver con enojo negativo todas tus decepciones. O quizás no te validaron como lo necesitabas, te ninguneaban, no tenían en cuenta tus opiniones y ahora consideras que expresándote de manera agresiva es la única forma que te van a hacer caso, te van a escuchar y a respetar más. ¡Eso no está bien!  Y siendo honesta contigo, no lograrás mucho, te harás daño a ti misma y a las personas que te rodean, tal como lo hicieron contigo.

La invitación

Inevitablemente los conflictos y las discordias vendrán ya que son parte de la vida, pero el pelear es opcional. La Biblia nos enseña que vale enojarse, pero a la vez nos insta a que, si vamos a hacerlo, no lo hagamos ofendiendo.Por eso quiero compartirte una invitación que podrá cambiar tu vida relacional cuando experimentes esta emoción de manera negativa.

Dios te invita a “evaluar tus conductas”

A valorar cómo te enojas y a considerar cómo detener esos patrones destructivos, de manera tal que, si notas que algo debe ser corregido, puedas “volverte nuevamente al Señor” (Lamentaciones 3:40)

Algunos caballitos de batalla para tiempos de conflictos son: Inhala – exala – confía. Tenemos la capacidad de poder gestionar nuestras emociones, de modo que podemos contar hasta diez antes de caer en un desborde emocional por situaciones externas que nos desagradan. Considera que, “aunque con enojo te arranques el pelo, ¿se destruirá la tierra por eso? (Job 18:4). ¡Definitivamente no!  Así que, en vez de enojarte de esta manera, podrías optar por transformar ese enojo en una oportunidad de confianza a Dios:

Porque así dice el Señor omnipotente, el Santo de Israel: “En el arrepentimiento y la calma está su salvación, en la serenidad y la confianza está su fuerza…”. (Isaías 30:15). Tienes que calmarte en principio y confiar en Él, para empezar a ver el obrar de Dios sobre las circunstancias que vos no podés manejar.

“Mata al perro para que se calme la rabia”: Hago una aclaración, amo los animales, jamás le haría daño a ninguno; pero por favor entiéndeme esta expresión en el contexto ya que he podido darme cuenta de que una de la principales fuentes del enojo en las relaciones, son “los malentendidos” y nosotras las mujeres somos expertas en crear contenido ideativo y ponerles color a las percepciones.

Deja de suponer teorías, “mata el perro” y simplemente expresar tu frustración, aclara y cierra la puerta al enojo tóxico, manéjate con hechos; así “cuando ustedes digan “si”, que sea realmente si y cuando digan “no”, que sea no. Cualquier cosa de más, proviene del maligno. (Mateo 5:37

Saca bandera blanca”: es un símbolo universal que se utiliza en las guerras; se sacan cuando una de las partes del conflicto desea expresar rendición o una solicitud de acordar con el oponente, es una petición a que cese el fuego y las hostilidades.Posiblemente, al igual que yo no te guste la palabra “rendición”, quizás puedas evolucionar en la gestión de tus enojos considerando que “a veces”, en “determinadas circunstancias es conveniente sacar bandera blanca, “perder para ganar”.

Esa rendición podría significar pasar por alto la ofensa, dejar que las cosas caigan por su propio peso, perdonar, dejar pasar un lapso para reestablecer el equilibrio nuevamente, en fin… pero lo más importante es que lo hagas para guardar tu corazón, el cual es fuente vida”.  (Proverbios 4:23)

Y una cosa más querida amiga… ¡Esto es super importante!, cada vez que sacas bandera blanca y rindes tu enojo a Dios, el enemigo ya no te puede tocar, ¡no le está permitido abrir fuego contra ti! ¡Toda su artillería resulta inútil!, la bandera blanca te hace inmune. ¡Eso es maravilloso!

Dios te bendiga con el regalo de la paz que Jesús te dejo: “Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo. (Juan 14:27)

Lic. en Teología. Diplomada en Psicología Cristiana. Coach ontológico. Estudiante avanzada de Lic. en Psicología. Es mamá de dos hijos, Valentina y Gabriel y junto a su esposo José son pastores de la iglesia Vida con Propósito de la ciudad de Villa Carlos Paz.