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Enzo Barrios: “Jesús cada día me muestra un poco más de su amor”

Enzo Barrios nació en La Paz, Entre Ríos, hace 26 años, y es deportista de duatlón y triatlón, un deporte de pruebas combinadas que reúne tres disciplinas como natación, ciclismo y pedestrismo. Actualmente, es estudiante del profesorado de educación física. “Mi primer acercamiento a Jesús lo tuve a los 8 años, edad en la que iba a la iglesia porque me llevaban mis papás”, comentó el atleta. Sin embargo, al crecer tomó otros caminos.

Con respecto a la etapa que siguió a la niñez, Enzo comentó: “Tuve toda una adolescencia dentro de la iglesia, sirviendo, pero por distintas cuestiones me alejé a los 15 años, creyendo que Dios no tenía nada para mí, y que yo no tenía nada que a Él le pudiera interesar. Mucho tiempo probando cosas del mundo, desobedeciendo a mis padres; lo único que pasaba por mi cabeza era salir los fines de semana y alcoholizarme hasta no saber cómo volvía a mi casa. Pero pasó el tiempo, y todo eso que me «llenaba» dejó de llenarme”.

En plena pubertad, el entrerriano se sintió incompleto. “Dejé de salir, dejé de creer en mí y en las personas; me sentía solo. Los pensamientos de que mi vida no tenía sentido empezaron a aparecer. Un día, escuché a mi mamá orando por mí y fue algo que me chocó, me produjo inquietud; empecé a asistir a los grupos de crecimiento de la iglesia, pero, a la par, seguía haciendo mi vida”.

Barrios en medio de una competencia

“Me fui a visitar a mi hermano mayor; me sentía muy triste, aceptando que mi vida no tenía sentido, que no servía para nada. Esa noche me acosté y no podía dormir; empecé a llorar sin parar. Recuerdo que era de madrugada, y le mandé un mensaje a mi líder diciéndole que orase por mí, porque estaba cansado, quería cambiar y necesitaba a Dios. Luego de enviarlo, dije: «Señor, te necesito», y pude sentir que me abrazaban, y la paz acompañaba ese abrazo”.

Llegó 2018, y fue un año clave en la vida de Enzo, cuando Jesús salió a su encuentro. “Antes me sentaba a leer la Biblia y no sabía lo que leía, pero pasó algo muy loco después de ese encuentro con Dios. Un fin de semana, me fui a La Paz (estoy viviendo en Paraná desde 2016). Estábamos en la celebración de los jóvenes y se me hacía raro ver a muchos chicos de mi edad felices, cantando canciones para Dios, saltando, porque para mí la idea de pasarla bien era salir al boliche, escuchar música, tomar alcohol, bailar. ¿Por qué estaban tan bien haciendo cosas sanas?”.

Además, agregó: “Esa noche estábamos en la ministración y pasé al altar, diciendo: ‘Señor, acá estoy’. Cuando volví a mi silla, me quedé parado y le dije a Dios: ‘Bueno, Jesús, si realmente tenés algo para mí, si realmente te importo, si realmente estoy en tus planes, quiero que me hables, porque mi vida no tiene sentido, porque no quiero seguir viviendo de esta manera, porque nada de lo que hago me llena”. Terminé de decir eso, y apareció uno de los líderes que yo no conocía, y empezó a decirme muchas cosas de parte de Dios y que solamente había hablado con Él”.

Pasó el tiempo, y Jesús cada vez se hacía más presente en la vida de Enzo. “Yo estaba queriendo volver a hacer triatlón y duatlón porque era lo que me encantaba. Recuerdo que estaba la posibilidad de poder comprar una bicicleta para hacer el deporte, y lo habíamos puesto en oración. Lo hablé con mi mamá, pero ella me dijo que no, ya que una bicicleta era muy costosa. Entonces me frustré, me puse triste y me fui a mi pieza. Pero me dije: “No puedo quedarme así, enojado, tiene que haber otra salida”.

El entrerriano corriendo una carrera en tierras argentinas

Prosiguió su relato: “Recuerdo que me senté en mi cama y le dije: ‘Dios, para lo único que me siento útil es para hacer este deporte, pero si no está en tus planes, te pido que me enseñes a hacer algo que sí lo esté’. Otro día, al entrar a mi pieza, me encontré con la bicicleta arriba de la cama, con un cartel con mi versículo lema, Josué 1:9: ‘Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas’”.

Su trayectoria con el deporte comenzó en ese campeonato escolar: “Me acuerdo de que gané esa vez y obtuve una beca por un año en la escuelita privada de duatlón y triatlón que había en La Paz. Fui campeón argentino de duatlón en triatlón. Pero luego, por problemas económicos, volví a hacer fútbol; entendí la situación y seguí, hasta que un día decidí volver a entrenar, y ahora sé que lo hago bajo un propósito, que si bien no tengo en claro qué es lo que quiere hacer Dios a través de mí en el deporte, confió en que hay propósito”.

Actualmente, está disputando la temporada del campeonato entrerriano que organiza la Asociación Entrerriana de Triatlón, con el anhelo de competir y viendo la posibilidad de conseguir algunos sponsors. Fue deportista destacado de Paraná en 2018, y al año siguiente, subcampeón argentino de duatlón. Como la final se hizo en La Rioja, necesitó reunir fondos, lo cual en parte logró vendiendo alfajores de maicena y pastelitos. 

Finalizando esta entrevista, Enzo compartió unas palabras para aquella persona que quiere seguir a Cristo en medio del deporte: “Yo te diría que puedas ser vos mismo. El consejo que te daría es, primero que nada, afirmarte en Jesús y conocer todas estas cosas que son demostraciones de amor de parte de Dios. Que Él te cambie, te ayude a ser más paciente, más humilde. Todas esas cosas son detalles de amor que Dios nos da. Incluso, se puede predicar a Dios sin necesidad de nombrarlo todo el tiempo. Hablando menos y actuando más.

Luciano Peiteado
Luciano Peiteado
Periodista, redactor y conductor de radio. Trabajo con adolescentes en Presencia de Dios. Contratado por el Cielo para llevar a Jesús a las personas.

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