Líderes y pastores, hace doce años, están compartiendo de Cristo en la Unidad Penitenciaria 39 Ituzaingó, Buenos Aires, Argentina
Raúl Cuadro junto a Ariel Mora, ex presidiario, están a cargo de la misión de llevar la Palabra de Dios a los doce pabellones, de los cuales actualmente, cinco de ellos ya son cristianos. En cada uno tienen líderes que realizan la tarea de discipular todos los días; además, en conjunto con la iglesia tienen fechas especiales de bautismos y reuniones de alabanzas.
El pastor Cuadro cuenta que junto a su esposa Teresita pastorean en la Iglesia Puerta de Paz de Ituzaingó, que queda a cinco cuadras del penitenciario y sentían que era su asignación por cercanía. “En mi caso, no sabía cómo podía ser posible este servicio y oramos para que el Señor trajera a alguien que tuviera esa experiencia. Fue ahí que a los pocos meses llegó a nuestra congregación Ariel Mora, un varón que conoció al Señor en el penal de Sierra Chica y había sido evangelizado por un amigo mío, Alberto Benavides”, revela el líder.
“Ariel llega a nuestra congregación diciéndome que tenía un llamado del ministerio carcelario. Es así que reconocimos que Él era una respuesta a nuestras oraciones y de ahí comenzamos a trabajar desde hace 12 años en el servicio Penitenciario de Ituzaingó”, detalla Cuadro.
Él comenta que las actividades cristianas son todos los días, pero que el ministerio va una vez por semana, actualmente son cuatro, Raúl, Ariel, el pastor Romero de otra congregación y el pastor Marcelo Salazar de la Iglesia Luz de los Siglos. «Antes de la pandemia éramos 15, pero luego se establecieron más requisitos para el ingreso, pero Dios no frena la obra«, plantea Cuadro.
“vemos la obra del Señor en todos los hombres del pabellón, en su accionar y cómo Dios llega a sus vidas”.
Raúl Cuadro, pastor y encargado del ministerio penitenciario.
La pandemia frenó el ministerio por dos años, pero cuando se dieron algunos permisos volvieron. “Antes teníamos la posibilidad de realizar cultos unificados en el salón de usos múltiples con 280 hombres, pero pos pandemia esto quedó limitado y ministramos de manera individual a las 400 personas que involucran los cinco pabellones”.
“Lo que parecía que era una limitación, porque no nos permitían reunirnos todos juntos de forma presencial, ahora el tener los discipulados individuales el trabajo fue mucho más efectivo y realmente estamos impartiendo a Él y su Gracia”, comenta el pastor. También nos relata que la semana pasada se realizó el primer bautismo del año con más de 30 personas que dieron este paso de fe.
Las reuniones se realizan en forma separada en cada pabellón. “Así ministramos la verdad presente de Cristo. Ahora es uno a uno, impartiendo vida para que ellos tengan una experiencia viva y real con el Señor”.
El pastor plantea que “cuando realizamos el bautismo, las autoridades ingresaron y sacaron fotos, por primera vez fueron sin custodia”. Cuadro explica “la obra de Cristo está sucediendo, vemos la mano de Dios y a Cristo reflejado en la vida de las personas del pabellón, que no se pelean. Vemos personas transformadas, en actos, actitudes y la convivencia, es un nuevo espacio donde queda manifestada realmente la vida de Cristo, donde ya no hay ninguna de las situaciones que se vivían antes”, declara Cuadro.
También detalla “vemos un pabellón cristiano donde no están presente las drogas ni faltas, entonces las autoridades pueden entrar sin custodia y sin armas. Vemos hombres que están cambiando”.
Raúl cuenta “estoy llevando adelante un trabajo de discipulado en el pabellón 11 de la Unidad 39 y donde estoy discipulando a los líderes de célula, en total 17 hombres que sistemáticamente estamos discipulando para ser luz en otros. Es un cambio muy profundo, porque es sacarlos de un sistema legalista, religioso, de imposición, para llevarlos a conocer la manifestación de la vida de Cristo en sus vidas, esta es la base que experimenten el estar en Cristo y tener su mirada en lo eterno”.
“El trabajo del Ministerio Carcelario es un trabajo de siembra”.
Raúl Cuadro, pastor y encargado del ministerio penitenciario.
El ministerio carcelario de Ituzaingó cuenta que comenzó con la iniciativa de Ariel, “él conoció al Señor estando preso en Sierra Chica y de ahí que el Señor puso su carga en su corazón con respecto a lo que es el llamado y ministerio carcelario”, dice Raúl. Pero revela “en mi caso, cuando me preguntan si tengo el llamado al ministerio carcelario, mi respuesta es no, porque considero que nosotros estamos respondiendo a una asignación”.
Raúl explica «nosotros no vamos a predicar para que se llenen nuestras congregaciones, no vamos a predicar para traernos los diezmos. Es un trabajo totalmente de siembra». Además, plantea «la cárcel está a cinco cuadras de la iglesia y encontramos nuestra asignación en servir y trabajar en un lugar donde hay personas privadas de la libertad, pero todos tenemos que anunciar que hay una nueva vida en Cristo de parte de otras congregaciones y ministerios en estos momentos en todo lugar.
“Ir a predicar a las cárceles no es un ‘llamado’ específico sino que es parte de la asignación de la Iglesia, como dice la Biblia en Romanos 10:14”.
Raúl Cuadro, pastor y encargado del ministerio penitenciario.
El ministerio penitenciario se sorprende de cómo la mano de Dios los acompaña en cada momento y cada actividad. “Vemos la manera en que Cristo se ve reflejado en el trabajo que estamos haciendo, este año hemos podido experimentar algo que no lo habíamos podido experimentar en los años anteriores, vemos cada vez más personas transformadas en sus vidas”, detalla Raúl.
El pastor nos adelanta que en los próximos días estarán comenzando a realizar este trabajo de discipulado con otros pabellones a pedido de las autoridades carcelarias. “Las autoridades han visto este trabajo y lo han tomado como un trabajo modelo de lo que se está realizando en ese lugar”, revela Cuadro.
