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Lucas Leys: «Tener una cultura evangélica no nos hace cristianos»

El autor y Doctor en teología, Lucas Leys pasó por nuestros estudios para dialogar con Sebastián Liendo sobre el estado actual de la iglesia evangélica.

Renovación

Sebastián Liendo: En nuestra conversación en Expolit vos dijiste que la renovación de la iglesia no venía por ponerse jeans o camperas de cuero, sino que venía por la renovación del espíritu y por revestirse del nuevo hombre. Muchas veces, algunos líderes quieren agradar a una generación, pero nunca se ven en un mismo sentir o en una misma mente ¿Qué es lo que le falta hoy en día a la Iglesia para vivir esa renovación, y no pensar que la renovación viene por las formas?

Lucas Leys: Tristemente, la iglesia contemporánea cree que la renovación pasa por lo estético y por lo cúltico. Por ejemplo, se piensa que  renovar la iglesia es: antes usábamos himnario y ahora usamos pantalla. Lo mismo ha pasado con la ropa, porque antes era obligatorio usar traje, luego nos sacamos la corbata y ahora es obligatorio usar jeans rotos. Pero eso es estético, eso es el camuflaje en la iglesia, esa no es la esencia de la iglesia. Lo cúltico tampoco define a la iglesia.

Lo que hacemos en el templo es un aspecto nada más de lo que es la Iglesia. La Iglesia no es un culto semanal en el templo. La iglesia es una familia a la cual pertenecer. Y la familia convive toda la semana, no una hora por semana. Entonces, tenemos que redefinir varias ideas que vienen de la mixología del siglo pasado y que las heredamos sin cuestionarlas demasiado.

Tenemos que reconstruirnos y desmenuzar lo que hacemos para permanecer respetando la esencia mientras cambiamos las formas, porque las formas no tienen nada de malo. El problema es creer que eso es solo lo que la iglesia debe renovar. Lo que debe renovar es el Espíritu, porque siempre debemos vivir en una continua renovación espiritual con el Señor, tener una relación dinámica con Él, pero luego si hay que ir actualizando la estrategia de la iglesia porque no se reduce a cómo actualizamos el culto, sino cómo concebimos el cumplimiento de la misión

Sebastián Liendo

Hay un elefante en la sala

SL: Hay un concepto que vos planteaste: “un elefante en la sala», que es como decir: “hay un elefante en la sala y ¿nadie va a hablar de esto?, está ocurriendo algo gigante, algo súper relevante en este lugar y estamos todos ignorándolo”. ¿Cuál es el elefante más grande que se está esquivando?

LL: Es la fuerte divergencia entre asistentes y discípulos. Tenemos un montón de evangélicos no cristianos en nuestras iglesias, es decir, gente de cultura evangélica, gente que asiste a un templo evangélico pero que no ha rendido realmente su vida a Cristo.

SL: No es lo mismo ser evangélico que ser hijo de Dios. 

LL : Yo hago una divergencia entre evangélico y cristiano. Si es cristiano evangélico, genial. El problema es si es evangélico sin ser cristiano, porque lo que nos salva es Cristo. Entonces, si somos evangélicos pero no somos cristianos, por más que tengamos cultura evangélica, evitemos los vicios y vayamos al templo, estamos en problemas. Y eso es el resultado de un evangelio «Aspirina» que se predicó por 30 años, en el que el punto a conseguir era que se sientan bien en el culto.

Entonces pensamos que: “no hay que producir culpa, porque hay que hacer sentir a los miembros mejor, hay que predicar un evangelio motivacional”. Y la gente acepta a Jesús sin dejar el mundo. Cuando digo el mundo me refiero a los valores del mundo, el consumismo, el egoísmo, el vivir solo para mí, para acumular cosas, todo eso que nos consume desde adentro y nos llena de ansiedad.

Tristemente, el evangelio de la «Aspirina» no lo soluciona, porque la única solución es la transformación total que produce la conversión. Y la conversión empieza en el arrepentimiento, cuando decimos: «Yo solo no puedo, necesito a Dios, no necesito motivarme para ser mejor sino que soy un pecador desesperado, necesitado de la gracia de Dios y no hay nada ajeno. Necesito su ayuda porque no soy un campeón, sino que necesito al campeón, necesito a Jesús.

Lucas Leys

Una versión pirata de Iglesia

SL: En una escena Acab quiere agarrar el viñedo para convertirlo en una huerta y es muy interesante porque la huerta es para consumo personal y el viñedo es para exportación. Y Dios termina mandando al profeta Elías a decirle: “todo lo que va a pasar ahora por hacer esto lo van a pagar tus hijos, tus hijos van a tener un fruto de muerte por lo que hiciste”. O sea está hablando de un fruto. La palabra siempre hablaba de lo que es el Evangelio del reino, es decir, ya en el Antiguo Testamento y en el Antiguo Pacto todo era una sombra de lo que había de venir y estaba hablando de los frutos.

Hoy la iglesia vive agarrando lo que es para exportación, que es el Evangelio, el llamado de id a hacer discípulos, id y manifestar la gloria de Dios y expresar la gloria santísima que es estar en Cristo y la expresión de Cristo en nosotros y de repente lo convertimos en una huerta, para nuestro propio consumo. Un lugar donde les decimos “vengan y siéntense en casa acá, consumiendo lo que nosotros mismos producimos”.

LL: Muchos se quejan y dicen: “me trataron mal, por eso prefiero no congregarme, porque igual tengo acceso a Dios y Él está en todas partes. Pero la Iglesia es imperfecta porque está hecha de personas y las familias también son imperfectas. Entonces no puedo divorciarme de la familia y divorciarme de la iglesia simplemente porque otras personas son imperfectas porque primero que nada, yo soy solo soy imperfecto.

SL: No necesitamos menos de Dios que nadie.

LL: Nosotros no estamos graduados del pecado de los cristianos y de la imperfección. O sea, en nuestra imperfección confiamos en la gracia de Dios y tenemos que dar gracias a Dios. Y es verdad, hay comunidades enfermas. Existen iglesias que no han representado ser Iglesia. De hecho, así como hay evangélicos no cristianos, tengo que decir, hay iglesias evangélicas que tengo dudas de que realmente sean cristianas.

Por eso, creo que algunos se han alejado de una iglesia pirata creyendo que se alejaron de la iglesia, pero en realidad nunca conocieron la Iglesia. Se alejaron de una copia pirata que conocieron una vez que les fue predicada con un montón de clichés evangélicos que no produjeron la transformación y se van decepcionados por una mentira. No se van decepcionados del evangelio. Por eso creo que hoy hay gente que se ha alejado de las iglesias porque conoce una versión pirata de las iglesias y no conoce el verdadero evangelio.

Sebastián Liendo

Volver a la senda original

LL: La clave está en volver a la senda antigua. Pero atención, no a la senda antigua del siglo pasado. Hay algunos que creen que volver a la seda antigua es volver a la senda de su infancia, pero la senda antigua no tiene 100, o 50, o 30 años, tiene miles de años.

Hay que volver al texto bíblico y desmenuzar qué es sagrado y qué es contextual, que es central y qué es periférico, cuáles son los valores de Jesús y cuál es la aplicación contextual de esos valores. Y la aplicación contextual de los valores siempre debe ser actualizada, pero los valores siempre deben ser preservados.

SL: Cuando Jesús trataba temas doctrinales, Él citaba las Escrituras, pero cuando eran temas gubernamentales con los fariseos, Él decía más en el principio no era así, porque Él estuvo en el principio.

Las sendas antiguas es lo que Jesús decía más al principio. Es habitar en su plenitud. Es volver al Edén y a la gloria de Dios.

Lucas Leys y Sebastián Liendo en el estudio.
Redacción
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