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Disfrutar el paso de los años ¿es posible?

El deseo humano por intentar mantenerse en una juventud eterna nos ha acompañado a lo largo de la historia; la vejez es vista de manera negativa, cruel o poco satisfactoria, en muchos casos pareciera que envejecer te deja automáticamente fuera del disfrute de la vida.

Muchas personas sufren tanto el paso de los años que hasta ocultan su edad; no lo mencionan en las redes, eluden el tema en los cumpleaños o contestan con evasivas a la pregunta. Sin embargo, ese temor a envejecer funciona como una profecía autocumplida, en donde este edadismo, que representa el prejuicio, los estereotipos o la discriminación hacia las personas debido a su edad, se vuelve en contra de ellas mismas, generando los síntomas que tanto temen. 

Por lo general, las personas que sufren por el paso del tiempo “envejecen peor”, acarrean trastornos del estado de ánimo, como depresiones o ansiedades agudas, tienen mucho más deterioro cognitivo y se vuelven más apáticas, además de que se aíslan de sus seres queridos para no confrontar.

Es necesario que comprendamos que la vida en sí es un viaje en constante cambio y cada etapa del ciclo vital que atravesamos, desde el nacimiento hasta la última hora de nuestra vida, nos presenta desafíos y metas para alcanzar. 

Las fases de la tercera edad

En este último período del ciclo vital, que muchos autores llamaron “tercera edad”, es donde hoy quiero centrarme. La tercera edad es una etapa de la vida que cubre un proceso de evolución que puede llegar a ser muy largo, comprende muchas variaciones y muchas variables a tener en cuenta. Por esto mismo se la ha categorizado en 3 fases.

  1. La pre-vejez (55-65) es la antesala, en donde las funciones cognitivas comienzan a disminuir, es frecuente en esta etapa que los patrones de sueño se alteren y disminuya significativamente el número de horas que se necesita dormir cada noche. En muchas familias comienza a aparecer el síndrome del nido vacío, o cierta nostalgia de experiencias vividas.
  2. La segunda fase es la llamada vejez propiamente dicha (65-79), en esta fase se consolida el debilitamiento de las funciones cognitivas y de las funciones biológicas. Aparecen los problemas posturales y físicos, el debilitamiento de los huesos, pérdida de me moria, entre otros.
  3. La tercera y última fase es la ancianidad (más de 80 años), esta fase supone un cambio cualitativo tanto en la evolución física como psicológica. Es una fase en donde se acentúan todos los síntomas relacionados con el debilitamiento de las funciones cognitivas, físicas y psicológicas.

La vejez es la última etapa del ciclo vital; por lo general, y según nuestra experiencia clínica, acarrea sentimientos de vulnerabilidad, de tristeza y, en muchas personas, un miedo profundo al final del camino.

¿Cómo acompañar a nuestros familiares mayores, cómo incluirlos dentro de la dinámica familiar? Son las preocupaciones más comunes que existen hoy en los adultos. Cómo hacer para generar puntos de conexión en la familia y convertirnos en ese puente que enlace las diferentes etapas que cada miembro del grupo atraviesa.

Es importante adquirir la habilidad para aceptar la vejez de nuestros propios padres, aprender de su experiencia y cultivarnos en esa sabiduría. 

Creo firmemente que el primer paso es dejando de lado el propio hedonismo que esta sociedad nos quiere ofrecer como un estilo de vida; aceptar que la vejez es una de las etapas más desafiantes y la oportunidad de poner en práctica la experiencia adquirida. 

En la tercera edad la creatividad puede llegar a tomar su expresión máxima y en conjunto con la experiencia acumulada, los adultos mayores pueden conquistar lo que se propongan. Es importante saber que sin importar qué etapa hoy estés atravesando, el incluir a los adultos mayores en tu vida la enriquecerá por completo.

La Biblia presenta la vejez como una parte natural y esperada del proceso de vivir en este mundo. Es un honor ser anciano, porque normalmente en esta última fase están consolidadas la sabiduría y la experiencia, como dice en Proverbios 16:31 “Las canas son una corona de gloria que se obtiene por llevar una vida justa”. El amar y abrazar esta etapa del ciclo vital hablaría de la integridad que has alcanzado en las fases anteriores. 

Desde @cti.psicología acompañamos a las personas que quieran aprender a cultivar sus recursos y ponerlos al servicio de las próximas generaciones. Entendemos esta etapa como decisiva, en donde el adulto maduro puede reunir toda experiencia vivida y transformarla en una experiencia satisfactoria para ayudar a los que siguen. Aquellos que lo logran podrán disfrutar de la plenitud que hay en la ancianidad. 

¡Nos vemos en la próxima!

Débora Pedace
Débora Pedace
Fundadora y directora del Centro Terapéutico Integral. Psicóloga Clínica (UCA). Trabaja con adultos, parejas y familias. Posgrado en Centro Privado de Psicoterapias. Diplomatura en Terapia Cognitiva Conductual (Centro de Terapia Cognitiva).

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