Hay una película, una de mis favoritas, de drama romántico, cuya trama gira en torno a un amor imposible de dos jóvenes que se enamoran en unas vacaciones de verano. Ella proviene de una familia de la alta sociedad, y él, de una clase social baja de trabajadores.
Obviamente los padres de ella pensaron que era un simple amor pasajero, y que el enamoramiento iba a terminar pronto. Pero estaban muy equivocados, ellos vivirían uno de esos amores que sería para siempre.
Sus padres se opusieron, se mudaron de ciudad y le ofrecieron a su hija la vida que ellos querían para ella. Por muchos años lograron su cometido, ella conoce a otro hombre y cuando están a pocos días de casarse, simplemente no puede hacerlo, porque recuerda a su primer y único amor que dejó en el pasado, y va en busca de él.
La película se llama: “The Notebook” o más conocida como “El diario de una pasión”. De hecho, se llama así porque es él quien, ya de viejitos, le cuenta a ella su historia de amor, que él mismo llevaba registrada en un diario, porque su amada esposa sufría de una enfermedad que hizo que perdiera la memoria de toda su vida pasada.
¿No es super romántico esto?
A veces pensamos que el amor lleno de pasión y arrojo solo lo encontramos en las películas de Hollywood, que de hecho generalmente muestran una clase de amor que no existe. Pero olvidamos que cada uno de nosotros tiene su propio diario que nos cuenta de una gran historia de amor, pasión, y entrega.
La Biblia narra, desde Génesis hasta Apocalipsis, la más maravillosa historia de amor de un Dios soberano, creador de todas las cosas y amante de una raza hecha de barro, a la cual busca constantemente redimir, por una simple y absurda razón: “Por que nos ama”.
Quiero contarte sobre “el diario de un amor redentor” que está narrado en las Escrituras. Muchas veces pasamos por alto varios detalles de esta historia. Quizás no entendemos lo que cuenta el narrador, pero creeme que es fascinante. Se trata sobre un drama romántico entre un hombre y una mujer.
UN AMOR INESPERADO LLEGA DE LA MANERA MENOS PENSADA
En un reino muy pero muy lejano, llamado “El reino del norte”, aproximadamente 200 años después que se dividiera en dos Israel, para ser específicos hablo de los años 755 al 719 A.C, el reino del norte estaba siendo gobernado por uno de los reyes más malvados que hasta ese momento existieron, que fue “Jeroboam II”, seguido por 6 reyes malvados, que gobernaron la nación hasta su destrucción en el año 722 A.C por el reino de Asiria.
Jeroboam II era un rey nefasto, perverso e idólatra, que llevó a la nación muy lejos de Dios, pero muy cerca de las abundantes riquezas y paganismo.
En este contexto vivía un joven muchacho, bien parecido, con una carrera brillante como predicador. Él era un profeta, su oratoria era increíblemente poética y fascinaba a todos sus oyentes con ella. Todos sabían y comentaban que este muchacho iba a llegar muy lejos, porque había algo muy especial en él.
Tal vez las pretendientes no le faltaban, era el predicador soltero del reino, el se paraba en las plazas y enseñaba sobre la palabra de Dios. Muchas muchachas lo admiraban. Seguramente él pensaba en casarse con una buena mujer, sierva del Dios Altísimo, que formaría una hermosa familia y serían de gran ejemplo para el pueblo.
Es probable que sus padres ya tuvieran una bella dama en mente, que sería hija de alguien muy importante para que su muchacho pueda complir con su ministerio. Pero no fue exactamente así como sucedió.
Lo primero que Dios le dijo a Oseas fue lo siguiente: «Ve y cásate con una prostituta, y ten hijos con ella, porque los israelitas me abandonaron, y se comportaron como prostitutas». Oseas obedeció y se casó con Gómer, la hija de Diblaim. Ella quedó embarazada y tuvo un hijo. (OSEAS 1:2-3 TLA)
Un amor inesperado llega de la manera menos pensada a la vida de Oseas, después de que este joven predicador accediera al pedido de su Dios.
Seguramente Gómer sería una mujer muy atractiva y sensual, muchos hombres la querían, pero simplemente para una noche de pasión. Sin embargo el profeta la elegiría para amarla toda su vida.
¡Qué increíble esta escena! Quizás a muchos les parecería super romántico, el gran caballero eligiendo por esposa a una campesina, el príncipe casándose con cenicienta.
Pero no, no es ficción, es la vida real, y no podía terminar simplemente con un “y vivieron felices para siempre”.
Estamos hablando de que Dios le pidió a un “hombre santo” casarse con una mujer de mala vida, con un prontuario terrible. La gente que escuchaba y admiraba a Oseas ahora lo criticaban y menospreciaban. Su mensaje dejaba de tener “autoridad”, nadie le creía lo que profetizaba, porque ahora él era el hazme reír del pueblo. Todos decían: “¿cómo Dios va a bendecir semejante cosa?” otros quizás decían: “si fuera profeta de verdad sabría cual es la voz de Dios y quién es realmente Dios, el supremo santo que detesta el pecado de inmoralidad”. Que absurdo, porque ellos mismos eran los inmorales que habían sido infieles a Dios con otros dioses. Pero así es la gente: cruel, y religiosa, exigen de uno cosas que ni ellos pueden hacer, como diría Jesús mucho más adelante.
Oseas comenzó a perder su popularidad, credibilidad, y su imagen pública quedó pisoteada por el absurdo pedido de un Dios que comenzaba a no poder entender.
Al poco tiempo, y como todos suponían, Gómer comenzó a exigirle a su esposo riquezas, cosas que veía que otras mujeres tenían y ella no. Oseas, al final de todo, nunca pudo ser ese gran predicador que todos especularon que sería, así que sus ingresos también bajaron.
Gómer sabía que volviendo a su antigua vida iba a poder disfrutar de los lujos que sus amantes le ofrecían: joyas, buena posición, riquezas, asistir a grandes fiestas, estar con gente de la alta sociedad. Así que decidió retomar su vida pasada y engañar a su esposo.
Ella se iba con la excusa que iría al mercado y no volvía por muchas horas, o decía que visitara a un pariente y ya no volvería por las noches a su hogar. Gómer eligió no volver más con su esposo ni con sus hijos, abandonó su hogar por mucho tiempo. Supongo que Oseas sospechaba lo que ocurría, ¿pero qué haría? Si la acusaba de infiel, aunque ya todo el pueblo lo sabía, ella sería condenada a muerte quizás, por ser infiel y por abandonar a sus hijos. A pesar de todo, era su esposa y él la amaba.
¿Qué pasaría en el corazón de Oseas? Seguramente él comenzó a comprender la magnitud del verdadero amor de Dios. ¿Cómo podía seguir amando a alguien que lo traicionó con cual hombre se le cruzó? Al igual Dios, ¿cómo podía seguir amando a un pueblo que había preferido confiar en otros dioses?
Por lo general, Dios usa lo que no entendemos para moldear nuestra fe. Él usa el silencio y el desierto para hablarnos con un lenguaje diferente, el del dolor profundo que destruye por completo al corazón.
O como bien lo dice el mismo Oseas 2:14: “He aquí yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón”.
Y entonces sucede otra vez lo inesperado:
¿Te explico con detalle cómo sucedieron los hechos?
Gómer cayó en lo más bajo, si alguien pensaba que ser una mujer como ella podía ser lo más denigrante para alguien, siempre se puede estar en peores condiciones. En realidad, sus amantes se cansaron de Gómer, quizás fue una de esas noches donde simplemente era considerada como un objeto, cuando se acordó del buen esposo que tenía y como él la trataba con amor y respeto. Tal vez ese extraño recuerdo la hizo despertar, porque los demás hombres no eran como Oseas. Ella ahora estaba con alguien que simplemente la quería por diversión. Quizás se rehusó a algún pedido, y aquel hombre no le iba a tolerar nada, así que decidió venderla como esclava.
A la mañana siguiente, de estar en una casa de lujo pasó a estar en el suelo del mercado central, siendo ofrecida al mejor postor.
Imagino en qué estaría pensando Gómer, ¿cómo se sentiría? Ella habría tenido la oportunidad de su vida si hubiera permanecido con Óseas. Esa era realmente su fortuna, no lo que otros hombre le daban. En realidad su esposo era quien le dió absolutamente todo lo que ella como mujer necesitaba, pero ahora ya lo ha perdido todo. Lo arruinó por completo, no había vuelta atrás… “Mira a donde llegaste con tu pecado y debilidad”, ella misma se mortificaba.
Todo el pueblo sabía quién era ella, y la menospreciaban, denigraban e insultaban. Nadie quería pagar mucho por ella, les parecía una pérdida de dinero invertir en una mujer así.
Pero alguien le avisa a Oseas lo que está sucediendo en el mercado, el mismo Dios le dice qué hacer, y él sin dudarlo corre hacia su destino. Al fin la encuentra después de tanto tiempo. Al fin la verá de nuevo.
Tal vez ensayó en sus noches oscuras y de tortura qué le diria a su esposa infiel cuando la viera de nuevo, cómo le reprocharia su abandono, su falta de moral, y tantas otras cosas más.
Pero él la vio en el suelo del mercado, atada sus manos, sucia, con dolor en su mirada, rodeada de gente perversa y mala. La vio y lloró…
Se llenó de compasión, la contempló en su condición más baja y la amó. Oseas la redimió, pagó una suma altísima por su rescate y le regaló nuevamente la libertad.
Me encanta esta escena, porque en otras traducciones se habla de que Oseas renovó sus votos con su esposa diciéndole: “Tú serás mía y yo seré tuyo para siempre”.
La historia dramática de Oseas y Gómer es la historia del gran amor que Dios sentía aún por su pueblo infiel. A pesar de la traición, y de cómo Israel prefería cualquier cosa que no sea Dios, Él amaba a Israel, y a pesar que el Reino del Norte sería destruido, Él no dejaba de amarlos, y les promete un futuro diferente, donde un nuevo rey del linaje de David los gobernaría para siempre, apuntado a Jesucristo, el Mesías.
Pero esta historia no es solamente para los Israelitas, de hecho el narrador concluye la historia con una conclusión final diciendo:
El autor trata de decirnos que la poesía de toda esta profecía no está encadenada al pasado, ésta revela profundas verdades acerca del carácter de Dios, de sus propósitos, y de la naturaleza humana.
Y aunque Dios debe y trae su justicia ante la maldad de los seres humanos, su propósito final es devolvernos a Su gloria. La historia de Oseas y Gómer es nuestra historia con Dios.
Todos nosotros fuimos Gómer, o mejor dicho, aún lo somos. Estamos incluidos en este Diario de un amor redentor. Le hemos fallado a Dios tantas veces, hemos vuelto a nuestra vida pasada una y otra vez. Al principio creíamos que podíamos dejar el pecado cuando nosotros quisiéramos, pero no es cierto, una vez que el pecado te atrapa, no quiere soltarte más. Terminamos lejos de nuestro amado, nos extraviamos tras los placeres de este mundo: llamese sexo, drogas, alcohol, pornografia, tener amigos que sean cool, ser exitosos, etc. Nos buscamos nuestros propios salvadores, y no buscamos al verdadero Salvador.
El punto central de todo esto es que al igual que Gómer, muchos hemos caído muy bajo, y hemos llegado a ser esclavos del pecado. Muchos se encuentran como ella en ese mercado, siendo ofrecidos por el pecado, humillados, despreciados.. ¿Sabías qué significa el nombre “Oseas”? “Salvación”. Tiene el mismo significado que el nombre de Jesús.
Toda esta historia trata sobre una verdad: Dios amó de tal manera. Oseas representaba la figura del Mesías, quien redimirá a su pueblo.
Jesus fue quien pagó por tu rescate, y pagó mucho más de lo que alguien podría imaginar, porque lo pagó con su vida. Él es quien redime, el que dice: Tu seras mia y yo seré tuyo para siempre.
Lo increíble de todo esto, es que no solo él nos amó primero, sino que también su amor es inmutable, nada de lo que hagamos puede generar que su amor mengue.
El nacido de nuevo puede que no lo entienda todo, pero algo si sabe: ahora somos de Él y nada fuera de Él satisface.