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¿Cómo apoyar a las personas con autismo en mi iglesia?

Pensando apoyos o ajustes para los niños con autismo en la iglesia.

En las comunidades de fe cristianas, en edificios grandes o pequeños, en las casas o en las plazas, la gente se reúne, canta, aplaude, habla, escucha y pasa un tiempo determinado en un espacio. Todas esas variables se van configurando en cada lugar según las costumbres o posibilidades.

Estas variables pueden ser muy confusas para las personas dentro del espectro autista, ya que no son rígidas y pueden cambiar. A muchos niños con TEA no les gustan los cambios de rutina, de persona o de lugar y les abruman la cantidad de estímulos del ambiente. Por ello, es importante comprender cómo procesan la información de su contexto, para darles apoyos para que puedan acompañar y disfrutar las actividades en y con la iglesia; y no padecerlas.

Entonces podemos proponer para los niños:

APOYOS SENSORIALES: Los niños con TEA pueden ser hiper o hipos sensibles en diferentes áreas. Por ejemplo, a muchos les molesta la luz, y a otros no. Una gran cantidad sufre por los ruidos o ciertas frecuencias sonoras, pero no todos. Por eso es importante no encasillar y pensar que porque conocimos a un perfil de niño todos deben ser iguales; es más, no hay perfiles iguales sino patrones de comportamiento o afectación que son los síntomas del autismo y cómo varían tanto.

Se usa el término “espectro” autista justamente para desarrollar esa idea de que pueden ser diferentes e incluso el mismo niño ir cambiando y moverse en el espectro con características diferentes según la edad. El área sensorial es compleja en el autismo. Lo más útil o práctico en la iglesia, es ofrecerle o mostrarle al niño opciones para “la calma” sensorial. Entonces, podemos tener a disposición una caja de la calma con juguetes sensoriales o anti stress, ofrecerle canceladores o protectores auditivos, ir a un lugar más tranquilo, con menos estímulos, por un tiempo así puede regularse, hacer un rincón de la calma con almohadones y una tienda para que pueda refugiarse de la luz y estímulos por un tiempo. Así como también bajar el volumen del audio, de los micrófonos o instrumentos.

APOYOS COGNITIVOS: Usando apoyos visuales que son herramientas para ayudarles a comprender lo que sucede o va a suceder, ayudarles a comunicar sus necesidades o compartir sus pensamientos, generar mayor independencia y bajar la ansiedad. Estos apoyos o ayudas pueden ser fotos, pictogramas, diseños hechos a mano, palabras escritas, horarios o agendas, objetos o tableros para seleccionar opciones. Estas herramientas ayudan a reducir el estrés que viven muchos niños con TEA por no saber cómo comunicarse o no entender lo que sucede.

Según el nivel de comprensión de cada niño, se pueden armar y ponerlas a su disposición. Por ejemplo: si va a ingresar a la escuela bíblica o el momento de instrucción cristiana con los niños, se le puede armar con imágenes dibujadas a mano, o con pictogramas, todos los momentos que van a suceder. 1) cantar, 2) orar, 3) escuchar a la maestra, 4) pintar y 5) despedirse.

APOYOS EMOCIONALES: Ayudar a la familia y cuidadores de los niños con TEA, puede ser recibido con gran gratitud. Se puede ayudarles siendo amables, sin miradas de desprecio cuando los niños hacen berrinches o gritan; ayudarles con el cuidado de los niños para que puedan escuchar o participar de las actividades menos tensos o preocupados por el comportamiento de ellos; ayudarle dándoles devoluciones alentadoras.

Podemos preguntarles a los padres, abuelos, tíos o cuidadores cuál es la mejor manera de ayudarles con el niño, qué cosas le gustan o cuáles le desagradan,  así configuramos las actividades a sus necesidades; por ejemplo: si tiene miedo a los globos (por la hipersensibilidad auditiva) y no quiere ir a fiestas o lugares con globos, no los ponemos en nuestros eventos.

APOYOS ESTRUCTURALES: los niños con autismo no necesitan configuraciones de apoyo edilicias, sino que necesitan “rampas emocionales”. Puentes de empatía hacia ellos y sus familias para poder encontrar su espacio y disfrutar del crecimiento espiritual en comunidad, como lo hacemos todos.

Con amor y preparación podemos desarrollar ambientes confortables donde los niños con TEA  y sus familias puedan ser libres, y puedan aprender y acercarse a Jesús; que puedan sentirse parte de la hermosa y multiforme familia de Dios.

Viviana Obermann
Viviana Obermann
Licenciada en psicopedagogía, especializada en autismo y neurodesarrollo, coordinadora de tratamientos psicoeducativos por más de 18 años. Especializada en diagnóstico diferencial para autismo en niños pequeños y adolescentes. disertante en jornadas y congresos educativos. Autora del libro: "Autismo y La Iglesia", de e625.

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