No siempre dimensionamos el impacto que tienen nuestras acciones, pero lo que hagas hoy influye en el mañana y afectará a tus hijos, a la próxima generación.
Todos hemos recibido promesas de parte de Dios sobre nuestros proyectos, destinos, propósitos, ministerios, creer en ellas es una gran fuente de motivación para hacerlas realidad.