Todo comenzó durante el aislamiento obligatorio, y quizás en ese momento no dimensioné toda la repercusión que tendría. Mi nombre es Elías Rosa y ésta es la historia de cómo decidí mostrar a Jesús.

El evangelismo personal “face-to-face” nunca fue mi fuerte. Es justamente la etapa inicial, el romper el hielo, lo que más se me dificulta hacer cuando me encuentro frente a alguien.

Pensando en todo eso, el año pasado había visto una cuenta de Instagram de un chico que compartía carteles hechos en cartón en los que escribía frases polémicas o indirectas. Y fue ahí cuando decidí hacer lo mismo, en un primer momento la idea era traducir sus carteles, pero eso pronto cambió.

La primera frase que publiqué fue de contenido cristiano y tuvo tal impacto que sentí de parte de Dios que Él no me estaba guiando a hacer eso para traducir contenido, sino para crear y confrontar con los mensajes que fuese levantando a lo largo del tiempo.

Tengo que reconocer que el proceso de publicación ha sido más desafiante y difícil de lo que yo anticipé.

En primer lugar, las frases para los carteles no siempre fluyen como uno espera, es decir, pensar en un cartel implica pasar tiempo buscando ideas, quizás leyendo libros, parafraseando pasajes bíblicos, mirando prédicas, etc. Quizás por eso también ha habido períodos largos en los que la cuenta se ha mantenido pausada, en los que las frases no surgían, en los que me sentía sin ideas.

En segundo lugar, generar un contenido implica no perder el enfoque de por qué hago lo que hago; y esto creo que es uno de los mayores desafíos, el recordar que no se trata de manejar un número de seguidores o cosechar likes, sino de transmitir el mensaje del Evangelio y hacerlo de la forma más responsable posible.

Abriendo un poco mi corazón, he tenido momentos en los que me he sentido desanimado, quizás por no generar ideas o por los comentarios que se han generado a raíz de lo que decidí empezar a hacer. Sin embargo, he podido ver, con el paso del tiempo, que en realidad este proyecto no fue un accidente, no surgió de alguien que estaba aburrido, sin saber qué hacer.

Esta tarea surgió del corazón de alguien que quería que en las redes sociales se levantara un mensaje distinto, y ese alguien es Dios, quien nos da la creatividad suficiente para generar contenidos que edifiquen, desafíen y confronten.

Otro paso importante en esta decisión ha sido el de cambiar el nombre de mi cuenta y eliminar, por así decirlo, mi identidad del perfil, con el objetivo de hacer público el pseudónimo “El chico de los carteles”; y resulta interesante ver que hoy día mis amigos y conocidos ya no se refieren a mí por mi nombre sino por el de la cuenta.

Considero pertinente resaltar que mediante los carteles decenas de personas se han comunicado conmigo para manifestar el impacto que alguna frase ha tenido en sus vidas, lo desafiante que resultó o lo bien que les hizo leer eso en ese determinado momento.

 Sin lugar a dudas, esta idea nació de Dios y considero que Él aún tiene mucha creatividad para dar a todo aquel que quiera compartir su mensaje, y si vos sos uno de esos que ha estado con una idea rondando en su cabeza, te aliento a que la puedas llevar a cabo. Animate a abrazar y materializar las ideas y los sueños de Dios para tu vida.