Quienes tienen una revelación sobre la gracia y la salvación eterna, minimizan y hasta descreen de las sanidades, milagros y el poder sobrenatural del Espíritu.
Muchas veces este enemigo silencioso solo tendrá el propósito de desanimarte, frustrarte, decepcionarte de las personas y hasta de vos mismo. Hasta llegar al momento de querer abandonar tu llamado y ministerio.