Ya no alcanza con festejar una vez al año el nacimiento del Salvador, sino que debemos tomar conciencia de la necesidad de este incremento de su vida en nuestro ser interior
Los valores del Reino de Dios son totalmente diferentes a los de este mundo, incluso muy distintos a los de la cultura que muchas veces existe en la iglesia.
A menudo existe la tentación de darle la espalda a la comunidad cristiana en general y correr hacia el barranco de Elías o el desierto de Juan el bautista: ese lugar donde estamos solos con la voz de Dios.
Constantemente nos sorprenden y conmueven las noticias en las que se ve vulnera la integridad de niños y adolescentes, pero a la vez sabemos que estas tragedias pueden evitarse.