La esperanza de la presencialidad hacía eco en el anhelo de los reencuentros nacionales, poder juntos cantar, orar y escuchar a Dios hablando a nuestros corazones era algo esperado.
A lo largo de la historia de la humanidad nos hemos servido de las diferentes herramientas disponibles en cada época para hacer nuestro trabajo ministerial con mayor eficacia.
Nos proponemos metas a lograr el próximo año, haciendo algo diferente y mejor que el anterior, de manera de no ver solo las crisis sino invertir para la eternidad.
Para Jesús la grandeza y el poder no se medían por el número de personas que servían a un líder sino por la medida en que el líder estaba sirviendo a la gente.