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Carlos Annacondia, 40 años de ministerio y fidelidad en Cristo

Hicimos un repaso de los comienzos de toda una vida de servicio del evangelista, y él nos compartió en exclusiva acerca de las claves que lo ayudaron a permanecer.

Varias generaciones reconocen este apellido, es que durante cuatro décadas Cristo fue revelado a muchas personas a través de él. En numerosas campañas, cruzadas y encuentros el evangelista Carlos Annacondia presenta el mensaje de Jesús, en donde muchos reciben milagros, sanidades, señales pero por sobre todo se llevan consigo la decisión más importante que es seguir a Cristo.

Carlos se entregó al Señor junto con su esposa, Maria Revagliatti, en una pequeña reunión en el año 1979. Annacondia era un destacado comerciante e industrial metalúrgico de la ciudad de Quilmes, que con una familia integrada por 4 hijos por ese entonces gozaba de una buena posición económica; sin embargo, en su interior abundaba el temor y vacío, pero todo cambió cuando se encontró con Jesús. La decisión de seguirlo impactó y cambió por completo la vida de Carlos de tal forma que a los días de haber ocurrido este encuentro personal con Dios comenzó predicar y orar por amigos, familiares y clientes. Al poco tiempo, todos los empleados de la empresa también se convirtieron al Señor.

«Dios se revela a nosotros cuando lo conocemos. El día que escuché por primera vez predicar el Evangelio no fui a convertirme, ni me imaginaba, pero escuché un mensaje y escuché la voz de Dios claramente porque yo tenía la empresa, tenía mi trabajo y un montón de cosas que me agobiaban, y yo a veces sentía como que necesitaba algo que no tenía. Yo recuerdo que el día que acepté a Jesús fui por curiosidad, pero tenía necesidad«.

Imagen tomada del periódico en papel La Corriente Del Espíritu de 1997

«Entonces de pronto como que Dios me habló a mí y a mi esposa y me dijo ‘preocupado, afligido por tu vida, preocupado por tu negocio, temor por tus hijos, temor por tu casa, temor por la vida y por la muerte’. Temor, eso es lo que había. Y de pronto esa voz y eso sonaba en mi oído. Me dijo ‘entrégame tu corazón, yo voy a guardar tu casa, tu empresa, tus hijos y yo me voy a ocupar de todo, pero entrégame tu corazón’, y ese día pasó algo, cuando yo llegué a mi casa, tiré a la basura todas las cosas que podían ofender a Dios», comparte Carlos Annacondia a La Corriente y añadió «Dios no me obligó, Él me propuso y yo acepté».

El 12 de abril de 1982, mientras leía la Biblia en Ezequiel 37, vivió una experiencia en la que entendió que Dios le habló diciéndole «todo aquello que me pediste te lo doy. Comienza a predicar». Semanas después, un 30 de abril de 1982, daría inicio a su ministerio evangelístico en la ciudad de La Plata con un equipo con el que recorrió localidades en donde ocurrían manifestaciones extraordinarias como milagros, sanidades y liberaciones. 

Para el año 1984 las campañas lideradas por Carlos superaban los cuarenta días ininterrumpidos donde aproximadamente 90.000 personas manifestaban su fe en el Señor. Estos eventos produjeron un impacto de gran medida en Argentina, ya que en los posteriores años, la cantidad de personas que asistían a cada una de las campañas era de 100.000, hecho en sí mismo nunca antes visto en la historia de la predicación del Evangelio en la Argentina.

Su particular estilo de “guerra espiritual” abiertamente confrontando a satanás y sus fuerzas espirituales fue y es una de las marcas características de su ministerio. El ministerio brindó el espacio para que multitudes se entreguen a Cristo, sean sanadas, liberadas y decidan morir a sí mismos para que Cristo more en ellos. Durante los últimos 40 años el evangelista Carlos Annacondia predicó el Evangelio en los cinco continentes.

Compartió a nuestro medio acerca de cómo Dios impulsó y sostuvo el ministerio que le encomendó en los años ochenta. «Yo creo que en la vida de un ministro la familia tiene que aportar, apoyar, y realmente mis hijos nunca me reclamaron, mi esposa mucho menos. Y eso sabiendo que yo me pasaba 30, 50, 60 días sin volver a casa, en los viajes. Bueno, de hecho creo que gran parte de todo esto lo tuvo mi familia, que me apoyó y que todo tiempo y de alguna manera me estuvo sosteniendo los brazos para poder seguir adelante», comentó Carlos, y recalcó «el centro de todo se llama Jesús».

Carlos Annacondia y su esposa y compañera María Revagliatti

«Si Él no hubiera estado no hubiera podido haber hecho nada»

Carlos Annacondia

«Mi esposa y mis hijos comprendieron que no estaba papá, pero esperaban a papá que venga para estar con ellos. Hay que calcular que son nueve niños, nueve hijos los que tuvimos. Claro, ella estaba en casa y yo no estaba. Pero ella y mis hijos sabían lo que yo estaba haciendo. Eso tiene mucho que ver, que realmente una familia sea la que se compromete con Dios, porque si uno está comprometido y el resto no, es muy difícil la obra», añadió Annacondia.

El evangelista también enfatizó que desde el principio lo sostuvo la oración «yo creo que desde que me convertí Dios me puso un espíritu de oración, y creo que la oración tiene mucho que ver en todo esto, en buscar a Dios, el tiempo con Dios y también la familia, porque es importante que además de un hombre de oración, una mujer de oración haya una familia de oración», comparte Annacondia, y dejó en claro que la intercesión de su familia fue clave en su ministerio, «yo creo que eso tuvo mucho que ver porque mientras yo estaba afuera de casa evangelizando, mi familia estaba orando».

Contó que en un momento de su vida, con largos años recorridos, consideró que quizás ya era tiempo de descansar un poco ya que sus campañas eran muy desgastantes, con 50 o 60 días, al aire libre, con frío, calor y todo tipo de climas extremos. Pero la respuesta de Dios cambió sus planes.

Imagen de la una campaña evangelística por el año 1998/ Imagen extraída del periódico La Corriente Del Espíritu

«Uno piensa en aflojar un poco luego de muchos años, yo pensaba eso, ‘bueno, creo que el tiempo de viaje es un poco, que haga menos campañas, que sean menos días’, pensando en reducir la tarea».

«Entonces estaba orando y de pronto siento que Dios me dice ‘no te detengas, hay una generación que no vio y tiene que ver lo que yo puedo hacer’. Creo que esto también es para inspirar a otros que se mantienen haciendo la obra de Dios, para decirles ‘no se detengan, el Evangelio debe ser publicado a los cuatro vientos, no frenen el Evangelio, en los parques, en las plazas, en los trenes, en los hospitales, ahí necesitan oír hablar de Jesús'».

«Yo creo que Dios nos dio dones y armas para predicar el Evangelio hasta el último día de nuestra vida. Nosotros no podemos dejar de empuñar esas armas porque para eso Dios nos avisó ‘Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura'», citó el evangelista.

La Corriente del Espíritu estuvo presente desde la década de los 90 acompañando y tomando registro de las cruzadas y campañas del evangelista, y honra al ministerio que hasta el día de hoy continúa predicando sin cesar el mensaje de salvación, el de Jesús, la Palabra de vida que produce el milagro más grande que es vivir en Cristo hasta el final de los días.

Imagen de la tapa del periódico La Corriente Del Espíritu de 1999.

«Y estas señales seguirán a los que creyeren: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas, quitarán serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les dañará; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó la diestra de Dios. Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, obrando con ellos el Señor, y confirmando la palabra con las señales que se seguían. Amen», Marcos 16:17-20.

Rodrigo Acosta
Rodrigo Acosta
Escritor, redactor, músico, productor y compositor argentino. Forma parte de la banda Fila 9 desde el año 2016 como bajista y segunda voz.

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