Pueden llamarse como turrones, barritas, tabletas de chocolate y cereales. Las podemos llamar de cualquier forma que nos guste o que las podamos hacer. Lo interesante es que son súper adaptables al formato y al momento del día que se preste mejor para disfrutarlos. 

En mi caso, yo opté por bomboncitos, porque tengo un molde de silicona que le puede quedar muy bien y, además, seguro me sirven también para decorar una torta que tengo que entregar en estos días. ¿Qué necesitamos?

INGREDIENTES:

  • 200 gramos de chocolate blanco
  • 1 paquete de galletitas oreo

PROCEDIMIENTO
1) Derretimos el chocolate a baño maria o en el microondas, siempre con intervalos de 30 segundos para asegurarnos de que no se nos queme. El chocolate es muy sensible.
2) Una vez que el chocolate este bien derretido y sin grumos, le agregamos las galletitas en trozos pequeños y revolvemos.
3) Por último, distribuimos la mezcla en el molde que tengamos y llevamos a la heladera por unas horas.

TIPS:

  • Si no tenemos molde específicamente para hacer barritas o bombones, podemos usar cualquier otra cosa que nos sirva como molde, por ejemplo, una cubetera. Ojo, si usamos algun molde muy profundo, agreguemos papel film en la base, para asegurarnos de poder sacar nuestro chocolate luego de estar listo y refrigerado.
  • Es recomendable rellenar nuestros moldes con no más de un dedo de espesor, para que sea accesible a la hora de poder morderlo.
  • Si no tenemos nada que sirva como molde, no hay de qué preocupar. Simplemente, con una cuchara, formamos montoncitos en una bandeja, sobre papel manteca.
  • Asi como en este caso le sumamos galletitas, podemos sumarle cualquier otra cosa, como, por ejemplo, frutos secos, cereales de chocolate, pequeños pedacitos de malvaviscos, etc.
  • Un dato interesante es que, si llegaran a sobrar, lo podemos guardar por bastante tiempo en un lugar fresco para que no se derrita.

No veo la hora de poder desmoldar para mostrarles cómo queda. Las diferentes texturas que hay entre el chocolate y los cereales lo hace muy divertido al paladar.

Como siempre, y como dice algún cuadro que tengo en casa, “Juntos, siempre es mejor”. Así que no desaprovechemos estas oportunidades de domingo para cocinar juntos y en familia. 

A veces, con pocos ingredientes, podemos obtener un gran resultado, algo distinto y novedoso. Y ahora, que algunos días se van poniendo un poquito más fresquitos, ¿a quién no le gusta tomarse un cafecito acompañado de un buen chocolate?

Soy mamá de Alma, ella es la luz de mis ojos. También soy esposa de Ezequiel, a quien volvería a elegir una y mil veces para pasar el resto de mi vida. Trabajo apasionadamente en mi casa, haciendo repostería, o como más me gusta decir, haciendo cosas dulces. Sueño con tener un espacio propio donde pueda explotar aún más este talento que Dios me dio.