El jugador de fútbol americano de la Universidad Estatal de Ohio, Kamryn Babb, atribuye su victoria más significativa a Cristo. Nacido en Columbia, Missouri, Estados Unidos, asistió a la iglesia desde niño, donde tuvo su encuentro con el Espíritu Santo durante un campamento infantil de las Asambleas de Dios a los 7 años.
A pesar de mudarse a St. Louis a los 8 años, Babb nunca olvidó el impacto de ese encuentro con el Espíritu Santo. Al mismo tiempo, descubrió su pasión por el fútbol americano, dándose cuenta de que su talento era un regalo de Dios.
Con el correr de los años y dada su habilidad en el deporte, reconoció que era obra de Dios. El atleta recibió ofertas universitarias y, en su tercer año de secundaria, se comprometió con la Universidad Estatal de Ohio. A pesar de sufrir una lesión del ligamento cruzado anterior en su último año de secundaria, se recuperó y siguió jugando.
Lamentablemente, Kamryn sufrió otras tres lesiones similares. En ese momento, esta mala experiencia lo llevó a reconsiderar su fe. Cuando se dirigía al aeropuerto después de su tercera lesión, se encontró con un conductor de Uber que le predicó y lo llevó a un nuevo encuentro con el Espíritu Santo. Kamryn sintió la presencia de Dios de manera profunda, como cuando lo conoció cuando era niño.
El deportista experimentó una gran transformación espiritual, admitiendo que finalmente entregó su vida a Dios. Regresó a la iglesia, donde fue testigo de una comunidad ferviente, y después de meses de lucha interna, decidió vivir una vida comprometida con Cristo. A pesar de la adversidad, incluida una cuarta lesión del ligamento anterior cruzado, Babb perseveró.
En 2022, anotó su primer touchdown en un partido contra la Universidad de Indiana y dió gracias a Dios en el campo. Este momento lo puso en el centro de atención, permitiéndole compartir su fe con una audiencia más amplia. El jugador recibió numerosas oportunidades para hablar en iglesias de todo el país.
Por último, Kamryn Babb planea asistir al seminario de Liberty University y está comprometido a dedicar su vida al servicio y al ministerio. Su inspiradora historia ilustra que la fe y la perseverancia pueden superar los desafíos y llegar a los corazones de quienes te rodean, señalando a todos la importancia de la espiritualidad en sus vidas.
En una de sus publicaciones en Instagram el deportista escribió: “El Dios al que sirvo no se parece a nadie ni a nada más. Estoy agradecido por cada persona que trajo a mi vida. Él es fiel y abre camino cuando parece que no hay camino. En un mundo donde la esperanza es necesaria, Jesucristo es el camino de la verdad y de la vida. Él es mi amor y nuestra única esperanza. Él está vivo y quiere ser conocido por ustedes”.