“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender”, Alvin Toffler.
Durante estos últimos años hemos visto las necesidades de cambio que requiere este tiempo para las personas, empresas, instituciones, y aun para nuestro país.
Tengo absoluta certeza de que mantenerse vigente, logrando los resultados para los cuales hemos sido llamados, en los distintos ámbitos donde nos desenvolvemos, demandará de un ejercicio constante de aprender y desaprender. Negarnos a esta realidad nos pondrá en un umbral muy peligroso y riesgoso: Haremos esfuerzos, sacrificaremos tiempo y recursos, con una alta probabilidad de que terminemos frustrados.
Es difícil, pero inevitable asumir que muchas de las “formas y conocimientos” que utilizamos en otro tiempo y que fueron determinantes para nuestros éxitos, hoy ya no lo sean. Desaprenderlas y reaprenderlas es el desafío.
Rodolfo M. Galloni, empresario cristiano
Quizás hay que replantear objetivos y metas, revisar estrategias, cambiar métodos y, por sobre todas las cosas, no subestimar la tecnología disponible, que es el eje fundamental de los cambios. El logro de esta tarea dependerá de cuán receptivos, curiosos y dispuestos estemos a mirar el porvenir sin la limitación que representa estar condicionados por el pasado.
En otra oportunidad pude compartirte tres claves que considero esenciales para este tipo de desafíos; una de esas claves era flexibilizar. Soy de la generación del “siempre lo hicimos así”. Actualizarnos nos exige flexibilizarnos y repensar nuevas formas de actuar y hacer. Normalmente las reformas vienen acompañadas de oportunidades de mejora. Negarse es una necedad inexplicable.
El futuro exige cambios. como cristianos, debemos tener muy claro que nada de lo nuevo, aprendido o por aprender, puede poner en juego nuestros valores. Lo que está en juego es una nueva forma de liderar, gestionar, comunicarnos o hacer las cosas.
En el proceso de flexibilización, de desaprender y de reaprender, nos encontraremos con desafíos para los cuales las herramientas con las que contamos no sean las mejores. Y esto nos lleva a tener que crear y recrear nuevas herramientas.
Rodolfo M. Galloni, empresario cristiano
La creatividad es clave. Muchas fueron y son las veces que me encuentro falto de creatividad o sin muchas ideas, lo cual me suma un nuevo desafío: la constante recurrencia y dependencia de Dios. No hay nada más divertido y dinámico que tener que estar en constante diálogo con el director creativo de este mundo. ¡Si hay algo que abunda en nuestro Dios es la creatividad! No dudes en recurrir a Él, en busca de nuevas ideas, en busca de inspiración, de creatividad. Al fin y al cabo, el ideó todas las cosas, y siempre, siempre, siempre, sus ideas son mejores que las nuestras.
Entonces, desaprender y reaprender… ¿Es difícil? ¡Sí que lo es!; ¿Es opcional? ¡No, es necesario!; ¿Podremos lograrlo? Depende de nosotros.
Ser buenos cristianos y tener conocimientos son condiciones necesarias, pero no suficientes. Para cerrar el círculo virtuoso, dependerá de la actitud y sabiduría con que abordemos los cambios.
Oremos a nuestro Padre Celestial para que nos muestre su propósito en este tiempo y nos provea de las herramientas para cumplirlo.
Dios te bendiga
Rodolfo M. Galloni
Integrante PEC – Profesionales y Empresarios Cristianos
Gerente General de Ilolay