El inicio del verano trae consigo no solo el aumento de la temperatura sino la mayor participación a eventos sociales, la exposición al aire libre, las vacaciones escolares y muchos otros factores que tienden a modificar nuestra rutina. Esto nos hace proclives a ciertos descuidos relacionados a la alimentación y, en consecuencia, la salud. Por eso hoy te dejamos diez recomendaciones para que te cuides y cuides a otros durante esta temporada. 

Durante el verano, con las altas temperaturas, aumentan las probabilidades de padecer algunas enfermedades. Especialmente los bebés, niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas son más propensos a sufrir cuadros de intoxicación o deshidratación. 

Además, en esta época del año quemamos menos calorías dado que nos exponemos a mayor temperatura. Por eso, te dejamos nuestros consejos a la hora de planificar tu rutina de alimentación:

1. Mantenerse hidratados

Es imprescindible aumentar la ingesta de líquidos en verano ya que con el calor el organismo pierde mucha agua. Hidrátate bebiendo dos litros de agua al día, jugos, limonada, infusiones, refrescos no azucarados. Trata de evitar las gaseosas, jugos en polvos o bebidas alcohólicas. 

2. ¡No saltear comidas!

Es preferible realizar cinco comidas al día ligeras que comer en exceso tres comidas. No hagas ayuno ni te saltees horarios. Incluye variedad de alimentos y trata de evitar frituras o procesados altos en calorías. Hazte una rutina y respeta tus horarios. Por lo general, en el verano nos levantamos más tarde y cambiamos nuestros cronogramas, no importa: arma tu calendario veraniego y guíate por eso.

3. Frutas y verduras, las mejores amigas

¡Tenlas en cuenta en todas tus comidas! Contienen mucha agua, vitaminas, minerales, fibra y su digestión es muy ligera. Mejor tomarlas en crudo ya que de esta manera sus nutrientes no se pierden. Además, son ideales para viandas o picoteo entre comida. ¿Quién no disfruta de choclo playero o una manzana refrescante en una tarde de calor?

4. Evitar comidas abundantes y calientes

Los guisos, las salsas con mucha grasa, las pastas en exceso, las carnes no magras, etc., es mejor dejarlas para el invierno cuando nuestro cuerpo necesita un alto contenido calórico para protegernos del frío. Si puedes, también reduce la ingesta de carne vacuna y cerdo que son las más difíciles de digerir. 

5. Primeros platos

Las entradas son un buen aliado para controlar nuestra hambre, especialmente después de actividad física o de disfrutar de la pileta o el mar.  Es recomendable ingerir alimentos nutritivos pero no pesados: sopas frías, ensaladas, pasta con verduras, tostadas naturales con vegetales, etc. De esta manera podremos darle tiempo a nuestro estómago para que se sacie y no devorarnos todo en el primer plato. 

6. Formas de cocinar

Cocinar de manera sencilla es también un secreto para cuidarnos: a la plancha, parrilla, en crudo, al vapor… Las cocciones sencillas por lo general conservan mejor los nutrientes y son de fácil digestión. Además, ¡te ahorras el calor de prender el horno!

7. Hidratos de carbono

Durante el verano también es necesario consumir hidratos de carbono ya que nos aportan energía. Es importante incluir en nuestra alimentación ensaladas de pasta, añadir legumbres a las ensaladas, pan en las comidas o cereales en el desayuno. No caigas en el error de comer ensaladita todo el día, nuestro cuerpo necesita estar fuerte y sano para afrontar el calor y las actividades variadas. 

8. Más frutos de mar

El pescado contiene más agua que la carne y su digestión es más rápida. Además, los ácidos grasos esenciales del pescado azul ayudan a nutrir la piel desde el interior. Los frutos del mar, en general, son grandes aliados para aportar hidratación y saciedad en el cuerpo. 

9. ¿Y los postres?

En época de mucho calor el postre ideal sería un yogur o helado de yogur, helados a base de agua, frutas frescas o frutas congeladas. Si vas a consumir tortas y panificados, intenta que sean a base de ingredientes naturales y frescos. 

10. Actividad física

Incrementar la actividad física: para no aumentar de peso, debemos aumentar las calorías que gastamos y la forma más saludable para lograrlo es mediante una actividad física que sea suave o moderada y siempre regular, al menos 3 a 4 veces por semana. 

Intenta buscar una actividad que te guste y no te aburra: salir a caminar, bailar, trotar, hacer rutina con peso, etc. ¡Lo importante es moverse! Evita los horarios de mediodía para no exponerte a posibles golpes de calor o baja de presión. Lo ideal es entrenar temprano en la mañana o por la tarde/noche. 

La idea es disfrutar del verano y aprovechar esta estación y todo lo que nos ofrece. Cuidar de nuestro cuerpo y nuestra salud es la mejor manera que tenemos para compartir momentos gratos y generar recuerdos imborrables, desafíate a ser creativo y encontrar nuevas formas de alimentación. ¡A divertirse de manera consciente!  

Camila Luis
Lic. en Comunicación Social. Actualmente trabajo en Google dirigiendo el equipo de atención al cliente de Latinoamérica. Escribo desde que tengo memoria y actualmente me interesa mucho el área de salud, bienestar y belleza. Espero que mis notas sean útiles para que nos sintamos mejor y mejoremos nuestro estilo de vida.