El domingo 5 de junio hombres armados atacaron la iglesia de San Francisco en la ciudad de Owo, en el estado de Ondo, el gobierno informó la muerte de 50 cristianos, entre ellos varios niños y adultos que participaban de la ceremonia. A su vez, se especificó que otras 61 personas resultaron heridas.
Los cristianos celebraban la fiesta Pentecostés, pero de repente se escuchó una explosión fuera del edificio, y de forma repentina hombres armados entraron al templo disparando a todos sin motivo alguno y se escaparon. Algunas personas que pasaban por el lugar también murieron al ser alcanzadas por balas perdidas.
El gobernador de Ondo, Arakunrin Oluwarotimi Akeredolu, prometió atrapar a los culpables, pero aún no se registraron detenidos. «Nuestros corazones están tristes. Nuestra paz y tranquilidad fueron atacadas por los enemigos del pueblo. Es una pérdida personal, un ataque a nuestro querido Estado«, expresó el directivo.
El legislador Adeyemi Olayemi de la ciudad afirmó en una entrevista con el periódico «El Guardian» que el incidente debe ser obra de los extremistas fulani, que reaccionaron a las restricciones impuestas por el gobierno estatal al pastoreo en Ondo y en los bosques locales. Estas restricciones fueron establecidas por el incremento de secuestros en el estado y la falta de seguridad rural en toda Nigeria.
“Pase lo que pase, este país nunca se rendirá ante la gente malvada y malvada y la oscuridad nunca vencerá a la luz”
Muhammadu Buhari, presidente de Nigeria
El reverendo Augustine Ikwu, secretario de la Iglesia Católica en Ondo, reveló en un comunicado que el ataque «dejó a la comunidad devastada. Nos dirigimos a Dios para consolar a las familias de los que perdieron la vida». Además, se definió, “en este punto en la historia de nuestro querido país Nigeria, necesitamos la intervención definitiva de Dios para restaurar la paz y la tranquilidad”.
La nación este tiempo tuvo muchos episodios de persecución de forma consecutiva. En mayo musulmanes quemaron viva a la joven cristiana Deborah Yakunu en Sokoto, al noroeste de la nación, acusada de ofender a Mahoma. También en el mismo territorio varios hombres armados secuestraron a dos sacerdotes y dos niños. Luego otros dos líderes cristianos fueron capturados en Katsina, al norte del país y aún no fueron liberados.
La semana pasada también el líder de la Iglesia Metodista de Nigeria fue capturado junto con otros dos pastores en el sureste del país. Actualmente, estos últimos fueron liberados tras el pago de un rescate equivalente a 240.000 dólares.
Los musulmanes y cristianos en la nación son víctimas de la violencia extremista, desde Puertas Abiertas se reveló este año que Nigeria está en el lugar 7 de la lista de persecución a cristianos. De todas formas, el ministerio en su página afirmó “los cristianos tienden a convertirse cada vez más en un objetivo específico de los terroristas que pretenden eliminar el pluralismo social y religioso característico de la región”. Animamos a seguir orando por esta situación, que haya paz y el Evangelio se siga expandiendo.