La iglesia se moviliza para ser esperanza en los momentos más oscuros de la humanidad, como es el caso de quienes sirven en los países cercanos a Ucrania para ayudar a quienes están sufriendo las consecuencias de la invasión rusa.
Somos misioneros junto con mi esposa en Letonia. Nuestro principal ministerio en estos momentos es entrenar líderes para la plantación de iglesias en los países de la ex-URSS. Tenemos equipos en Rusia, Ucrania, Lituania, Estonia y Rumania y, Dios mediante, seguiremos creciendo en el futuro. También somos pastores de una iglesia de habla rusa en la ciudad de Jelgava.
Frente a la guerra estamos recibiendo información directamente de nuestros amigos en Ucrania. Ellos son pastores y abrieron un centro de refugiados; recientemente nos enviaron fotos de ellos y un informe de la situación que se vive allí. Ellos también fueron refugiados cuando comenzó la guerra en el este, y tuvieron que moverse más al centro del país.
Dios los está cuidando ya que ahora están empezando a caer bombas en la ciudad donde viven. La iglesia es fuerte en Ucrania, y en las ciudades donde no hay conflicto están todas las congregaciones enfocadas en ayudar a los desplazados.
La iglesia que lideramos en Letonia es de habla rusa, por lo tanto, está formada por gente de Ucrania, Rusia y Bielorrusia. Más de la mitad de la congregación tiene familiares en Ucrania, así que comenzamos por traerlos a ellos. Ya han llegado algunos familiares, y estamos trabajando para que vengan otros, estamos buscando lugares de hospedaje, alimentos, etc. Nuestra congregación es muy generosa, por eso podemos enviar dinero a los pastores de Ucrania.
Estamos reuniendo dinero entre las iglesias y organizando viajes a la frontera Ucrania-Polonia para llevar la ayuda y trasladar a los que salen del país como refugiados.
De todas formas, ya han llegado varias familias desde Ucrania y se esperan en las próximas horas y días que lleguen muchos más. El gobierno de Letonia está esperando el ingreso de unas 10.000 personas en estos momentos, pero se calcula que el número de desplazados será de unos 4 a 5 millones.
Nuestro objetivo como iglesia siempre será seguir predicando el Evangelio, no detener el trabajo misionero en las aldeas y prepararnos para recibir una oleada de desplazados; hay mucho para hacer en ese sentido.
Queremos compartir una breve carta y algunas fotos de nuestros amigos Oleg y Svetlana Skytsky, en la que relatan sus primeros días de guerra en Ucrania.
“Amigos, ha llegado el momento de las pruebas para Ucrania. El 24 de febrero, a las 4:00 de la mañana, las tropas rusas atacaron nuestro país. Hay ataques de tanques en las ciudades de Ucrania, los aviones lanzan bombas y cohetes que destruyen Kiev, Járkov, Jersón y Sumy. Algunos asentamientos, como Stanitsa Luganskaya, Volnovakha y otros, han sido prácticamente borrados de la faz de la tierra por el bombardeo de cohetes y artillería. Hay miles de refugiados en el país. Las iglesias cristianas de Ucrania y del mundo entero, nuestro pueblo, salieron en defensa del país en este momento. Todos hacemos un aporte para ayudar a Ucrania. En Vinnitsa recibimos refugiados de diferentes partes del país, les damos alojamiento por la noche, comida, oramos y ayudamos en todo lo que podemos. Creo que en este momento difícil la iglesia es como una lámpara en la cima de una montaña, es como la sal para una sociedad que no tiene esperanza. Gracias, amigos del DNM, por sus oraciones y disponibilidad para acoger a los refugiados y servirles. ¡Dios los bendiga! Sigan orando por Ucrania”. Oleg y Svetlana Skytsky
Los autores
Somos Daniel y Damaris Pedraza. Misioneros de la Unión de las Asambleas de Dios desde el año 1993 en la ex URSS. Vivimos 5 años en Minsk, capital de Bielorrusia, y luego el resto en Letonia.