Me convertí a Cristo en una campaña evangelista de Carlos Annacondia en San Justo, Buenos Aires, en 1986. Fui liberada de odios y restaurada para la gloria de Dios. Luego empecé a congregar en Isidro Casanova, en la iglesia de la UAD pastoreada por el pastor Tomas Sosa, después inicié mi preparación teológica en el Instituto Bíblico donde me gradué en 1995.

El servicio en la iglesia local lo hice durante 14 años, y luego salí al campo misionero. Dios me habló a través de Isaías 49:6 que Él me había llamado para ser luz a las naciones, confirmándome la misma palabra en varias oportunidades, no solo para enviar sino también para ir como misionera, empezando por Colombia.

2001 al 2004 estuve en Bogotá sirviendo y apoyando al pastor Jimmy Guavita en la formación de jóvenes a través del Ministerio Castillo del Rey y así en la evangelización de la niñez; cientos de niños fueron alcanzados.

2005 al 2013 Dios me llamó a servir en Antioquia, Caldas, donde se conformó la Fundación Misión de Amor para la restauración de jóvenes en situación de calle y en condición de adicciones.

Lo más difícil de las misiones fue tener que dejar el primer país al que fui llamada y donde estuve 13 años sirviendo; despedir a los maravillosos hijos espirituales, a los hermanos, la iglesia… no fue fácil salir de allí, pero estoy agradecida a Dios por lo que me permitió hacer por su gracia en ese lugar.

«Vi a Dios obrar milagros con los recursos financieros necesarios para el sostenimiento de las iglesias plantadas y la fundación. Vi el milagro de provisión realmente en forma sobrenatural».

También vi a las personas liberadas de las drogas por el poder de Dios. Jóvenes que antes formaban parte de grupos armados, pandillas y sicarios transformados, siendo libres de ataduras de odio, venganzas y adicciones.

Al empezar a servir en la plantación de iglesias comenzando de cero y sabiendo que Dios añadiría los que habrían de ser salvos, se pudo fundar la Iglesia CFC a las Naciones y desarrollar liderazgo para alcanzar a los pueblos y aldeas. El Municipio de La Pintada, en Antioquia, no tenía iglesias cristianas, y allí establecimos dos casas de Dios.

Luego del cuarto periodo de labor en Colombia, regresé a Argentina con el llamado a ir a Europa. Se abrió una puerta eficaz donde pude sumarme a la visión de extensión para España y los pueblos de Cantabria, trabajando desde 2016 hasta 2019 en la formación de obreros y líderes.

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América en la formación de líderes en España

Dios me llamó a ayudar en la creación de un equipo de misiones que hoy está apoyando proyectos en Asia y Europa, también en Paraguay y pronto en Burkina Faso (África). Dios está llamando una generación que impacte hasta lo último de la tierra.

Desde hace año y medio comencé a servir preparando equipos de movilización en el Distrito a través de la intercesión misionera. Jóvenes y niños están siendo, como nunca antes, llamados por Dios a ser parte.

La autora

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América Mejía

Es una argentina llamada a servir a Cristo como misionera, trabajó en Colombia en la evangelización de niños, en la restauración de personas con adicciones y en situación de calle; estableció iglesias y hoy colabora en la creación de equipos de misiones y la formación de líderes en España.