Entre los muchos dichos y frases cristianas siempre se nos ha hablado de Jesús como modelo perfecto a seguir. 

Perfecto. Qué palabra tan incómoda, sobre todo para nosotros simples-seres-mortales. Es relativamente sencillo asumir que Jesús siendo hijo de Dios alcanzó la perfección en cada área de su vida. No lo es, sin embargo, pasar de una simple aspiración a realmente tener el deseo de llegar a ser “perfectos”. ¿Por qué Dios, conociendo nuestra irrefutable naturaleza caída, puede pedirnos algo así? ¿Realmente es posible llegar a su nivel?

Si nos tomásemos un momento para tan solo observar la tapa más allá de las letras, daríamos cuenta de la perspicaz y simpática metáfora propuesta por la autora: Jesús, como una plomada de albañil. Aquello que dice qué es lo “vertical” y qué no. Quien verifica nuestra estabilidad e indica cuando todo está en perfecta alineación. La plomada expone el desvío rotundo sin espacio a equivocación. Llama a la corrección. Y es solo por ese camino, Jesús, que se llega a la exactitud libre de dudas.

“Yo puedo llegar a ser como Él. Solo existe una persona que puede producir semejante milagro en nosotros. Es el queridísimo Espíritu Santo”.

Joy Dawson

¿Qué significa hacer de Jesús el centro de nuestras vidas? Joy Dawson lo sabe muy bien y no se toma sus palabras a la ligera: la obra redentora de Cristo no solo implicó un camino en vía recta hacia la cruz. Todos y cada uno de los días que Jesús pasó en la tierra sirvieron para dejarnos un modelo a seguir. Ejemplo en carne viva, el Verbo y la Palabra misma caminando entre los hombres. Sí, Jesús era el Hijo de Dios. Pero también era hombre. Renunció a su deidad y dispuso por completo su cuerpo al servicio de todos. Quien niega la humanidad de Jesús, negará asimismo su llamado mesiánico.

“Cuanto más estudio la vida de Jesús, más me entristece ver hasta qué punto se ha distanciado el cuerpo de cristo del programa que Dios nos dio en su Palabra sobre cómo vivir”.

Joy Dawson

La autora no retrocede para confrontar: “¿nos gustaría que nuestras relaciones personales fueran conocidas por todos?” El diario vivir, siendo nosotros linaje de Cristo por la gracia divina, puede dar una imagen correcta o distorsionada de Dios a otras personas. La perfección demandada por Jesús trasciende el moralismo ético por sobre toda frivolidad. Lo vemos cuando notamos que reservó sus palabras más duras hacia los que solo se interesaron en cuestiones exteriores sin dar cuenta de una genuina trasformación de corazón.

“Por tanto, sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto” (Mateo 5:48 LBLA).

Joy Dawson

Cada capítulo nos mostrará una imagen de Jesús como el verdadero y único modelo a seguir para absolutamente todo. Como amigo, como líder, como civil y como predicador de la buena noticia. El libro no cae en la redundancia, se trata de una obra absolutamente cristocéntrica. ¿Anticuado? Ni en lo más mínimo. Podremos tener muchos mentores a lo largo de nuestra vida, pero solo un modelo a seguir. ¿Qué reflejo nos devuelve el espejo de La Palabra? ¿Qué tan dispuestos estamos a hacer del Hijo el verdadero Señor en nuestras vidas?

“Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu” (2 Corintios 3:18 LBLA).

Joy Dawson

Desde 1970 Joy Dawson ha recorrido el mundo enseñando la Palabra de Dios a multitudes a través de sus conferencias. Referente espiritual y consejera de líderes, autora de célebres éxitos literarios en el ámbito cristiano. Su ministerio también ha transformado vidas mediante radio y televisión. Junto con su esposo Jim forman parte de la organización misionera Youth With A Mission que alcanza a más de 170 países.

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TÍTULO: Jesús el modelo

AÑO: 2008

PÁGINAS: 192

AUTORA: Joy Dawson