Tener redes sociales está bien, pero busquemos el equilibrio para que lo superficial no sobrepase nuestro amor por el Señor.

Como sabemos, el dinero, la fama y el poder son cosas que a los humanos nos llaman la atención. Cosas por las cuales se inician guerras, se separan personas, se pierde el verdadero amor.

Humíllense delante del Señor, y él los exaltará”, dice Santiago 4:10. Y me parece algo increíble la forma en la que Dios nos trata. Porque sí, el Señor nos lleva alto y lejos, pero primero quiere que pasemos por Él. 

Y pasar por el filtro de Cristo no es nada más ni nada menos que pasar por la cruz, donde “… siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y, al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!” (Filipenses 2:6-8).

Dios me lleva cada día un poco más alto 

El Señor me lleva alto, pero no porque tenga los propósitos terrenales que muchas veces anhelamos tener.

Él me lleva alto cuando estoy a sus pies. 

Y en tiempos donde las redes sociales son lo primero que miramos al abrir nuestros ojos, donde la comunicación es a través de ellas, cuando nos hace creer que una persona vale más por los seguidores o likes que tiene en su cuenta de Instagram, necesitamos más que nunca cada día ir alto, yendo a los pies de Jesús. 

No planteo el tema con una mirada negativa a las redes sociales. Pues, trabajo en ellas y sin su uso quizás no podríamos llegar a tanta gente, o compartir tanto de Cristo como, al menos en mi caso, intento hacerlo.  Tenerlas está bien, subir fotos también. Crear contenido está bien. Pero siempre tenemos que buscar el equilibrio para que todo lo superficial no sobrepase nuestro amor y conocimiento por Dios.

¿Te has llegado a definir por los likes que tienen tus fotos? ¿Te sentiste mal porque en algún momento tu número de seguidores bajó? ¿Olvidaste que tu verdadera identidad no está en los números ni en un perfil a través de una pantalla? 

Porque si en el Señor están todas las cosas, ¿para qué buscar las cosas si lo puedo buscar a Él? Que tu valor no sea definido por lo que ves en tu celular.

Tu valor lo definió el Creador del universo hace aproximadamente 2000 años atrás, en una cruz.

No se trata de la cantidad de números que haya en mis redes, se trata de la intención. Puedo tener millones de personas detrás de mí, pero si no tengo a Jesús delante, de nada me sirve.