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Familia cristiana varada en Brasil ayudan a los más necesitados

Un matrimonio argentino hace un año que no puede regresar al país por la pandemia. Decidieron ser solidarios en medio de su situación.

Christian Milatich de 35 años, su esposa Lidiane Da Silva de 31, Livia su hija de 11 y Luz Victoria, la menor de 2, quedaron atascados desde febrero de 2020 en el país vecino a causa del cierre de frontera para evitar la circulación del coronavirus en nuestras tierras

Uno de los impedimentos para su regreso es que tanto su mujer cómo su hija más grande posee la nacionalidad del país limítrofe y para poder volver necesitaban pagar una visa de más de $600 USD. Dinero que no poseían porque sólo estaban vacacionando por unos días en las playas de Brasil. Christian cuenta “luego de un año logramos sacar los pasajes para regresar, pero resulta que cancelaron los vuelos por qué se cerraron las fronteras de nuevo y nos postergaron el viaje para julio de 2021”.

Christian Milatich ayudó a más de 2500 personas durante la pandemia.

“Gracias a Dios hubo personas que nos ayudaron con ofrendas y donaciones para que podamos sobrevivir”

Christian Milatich

Fue una osadía sobrevivir para la familia argentina en Brasil, durante más de 365 días lejos de su familia, amigos y cercanos. Luego de enterarse de que no iban a poder viajar Christian narra; “tuve que salir a trabajar de cosas que no sabía hacer, porque en mi país había perdido el trabajo a causa de no poder volver» y añade «además vendimos un montón de cosas en Argentina para poder subsistir acá, pero lo más complicado fue que a pesar de que nos enviaban del dinero recaudado no nos alcanzaba porque hay una diferencia muy grande entre el peso y el real.»

En medio de toda esa situación la familia pastoral decidió no quedarse de brazos cruzados y salir a ayudar a los más necesitados, Christian recuerda; «desde chico veía a mi mamá que a pesar de las dificultades tuvo un corazón dispuesto a ayudar». Entonces fue que habló con su esposa Lidi y acordaron asistir a las personas que se estaban quedando sin trabajos producto de la pandemia.

A pesar de estar varados en otro país, Christian y familia no pierden el gozo de predicar el evangelio.

“En lugar de preocuparme, simplemente me ocupé, no podía quedarme de brazos cruzados ante tanta necesidad”.

Christian Milatich

Pernambuco tiene varias ciudades industriales y textiles donde muchas fábricas cerraron producto de la pandemia. En medio de tanta escasez y pobreza, la familia comenzó a compartir de lo poco que tenía. Si sobraba un paquete de arroz lo regalaban, si tenían papas de más, las donaban. Hasta que de a poco fueron armando pequeños bolsones de comida y salían a repartir por las casas.

La gente del lugar empezó a observar que esta familia a pesar de la situación que estaban atravesando, salieron a asistir a personas en situación de vulnerabilidad. Los mismos vecinos comenzaron a sacarles fotos para compartir su historia por redes sociales y medios locales. Entonces ocurrió el milagro, muchos empresarios, dueños de supermercados se acercaron a ellos para traer mercadería, otros donaban dinero para que puedan hacer las compras y armar los bolsones.

«Con tres panes y dos peces, Dios hizo una obra extraordinaria, tanto así que muchas veces nos sobró mercadería para repartir».

Christian Milatich

De ayudar a un barrio pasaron a ayudar 11 en tres ciudades diferentes; Toritama, Santa Cruz y Caruaru do, todas en la provincia de Pernambuco. Este hecho generó un fuerte impacto en los medios de comunicaciones de Brasil y las personas se solidarizaron con la familia pastoral. Pero a pesar de la repercusión que están teniendo, no solo localmente sino en nuestro país, los recursos están cesando por la fuerte crisis económica que se vive en ambos países.

Actualmente han ayudado a más de dos mil quinientas personas con bolsas de mercadería que contienen productos de higiene, carnes, verduras y lácteos. Christian explica que «una bolsa dura para aproximadamente 15 días”. Y agrega “sin contar la ropa que donamos, o las ollas populares de sopas que preparamos para alimentar familias enteras».

Creo como dice la Palabra de Dios que » Todas las cosas nos ayudan para bien»

Christian Milatich

La familia argentina no solo ha tenido que acostumbrarse a vivir en otro país que no es el suyo, sino que además atravesaron la enfermedad del COVID-19, problemas económicos entre otras dificultades. A eso se le sumó la titánica tarea de empezar un proyecto de solidaridad guiados por Dios, pero sin saber cómo hacerlo. Sin embargo, el joven pastor expresa «detrás de cada circunstancia que nos toque vivir, sean duras o no, hay un propósito divino y debemos estar atentos a eso».

Todavía viven en Toritama, continúan trabajando para auto sustentarse, siguen siendo solidarios con los que menos tienen y predicando del amor de Jesucristo. Mientras esperan que se cumpla la reprogramación del vuelo que tienen para el 2 de julio de este año y regresar al fin a su amada Argentina.

Fundaron Ministerio Aviva a mediados de 2017 y en 2019 abrieron una sede en Brasil. Christian es pastor desde 2010 ordenado en la Iglesia Evangélica Pentecostal y Misionera de Buenos Aires Argentina.

Christian Milatich de 35 años, su esposa Lidiane Da Silva de 31, Livia su hija de 11 y Luz Victoria, la menor de 2.

Redacción
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