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4 Fundamentos para la madurez espiritual

  1. La madurez es una decisión.

“Si tu estas esperando el día que sientas cambiar, ese día nunca va llegar”

Hace un tiempo una persona me envió un mensaje diciendo: “pastor algún día quiero dedicarme al Señor como usted lo hace”.  Yo respondí: “¡Qué esperas! Hazlo hoy.”

Desear madurar no alcanza. Simplemente desearlo es seguir siendo inmaduro. Quizás te preguntas por qué nunca logras madurar, y es porque quizás solo los has deseado.

Debemos tomar conciencia de que quien se tiene que poner de pie y caminar hacia la madurez soy yo. Sin embargo, puedo quedarme toda la vida sacando agua de mi casa sin revisar las goteras y esperar que se vuelva a inundar y así pasar el resto de mi vida. ¿Sabes cuánta gente he conocido así?

Hace algún tiempo conocí a un joven un poco inmaduro en su manera de caminar en el Señor, al que no vi por algunos años, y cuando lo volví a ver, noté que estaba exactamente igual. No había crecido, tenía la misma estatura, se tropezaba con las mismas piedras, daba los mismos pasitos de niño. Se acomodó a vivir de esa manera dentro de la comunidad cristiana, y por más que él declaraba “quiero estar más cerca de Dios” no decidía avanzar, sólo lo deseaba.

Para seguir ejemplificando, la Biblia nos cuenta que en una ocasión alguien se puso de pie durante en medio de la multitud y exclamó con gran deseo “Señor, te seguiré a donde vayas”. No obstante, este fue un deseo prematuro, ya que cuando Jesús le dijo: “Sígueme”, su respuesta fue “ok, pero déjame primero ocuparme de mis asuntos, pero si tengo deseo” a lo que Jesús respondió “Nadie será capaz de seguirme solo por desear seguirme” de hecho Jesús dijo “no es digno de mí quien solo tiene un buen deseo conmigo” (Mateo 10:38)

Por eso, a la madurez en el Señor no hay que desearla, sino que hay que buscarla. John Knox lo expresó de la siguiente forma: «El deseo de la reforma personal y espiritual debe traducirse en decisiones concretas de vivir según la verdad revelada en la Palabra de Dios.»

  1.  La madurez es personal 

“A ti cantaré yo, oh Jehová”. Salmos 101:1  (RV1960)

En este versículo, David dice “yo”, no se refiere a otras personas, no dice “nosotros”.

¿Y si los demás no cantan? Bueno, yo sí cantaré.

David hace las mismas declaraciones en los siguientes Salmos

“Mas yo andaré en mi integridad”. Salmos 26:11 (RVR1960)

“Mas yo en tu misericordia he confiado”. Salmos 13:5-6 (RVR1960)

“En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia”. Salmos 17:15 (RVR1960)

“Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré. Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida”. Salmos 27:4 (RVR1960)

Observamos a un David independiente en su relación con Dios, que no depende de lo que los demás hacen.

El segundo fundamento para avanzar hacia la madurez espiritual es verla como un proceso total y completamente personal. Es importante tener una independencia en nuestra comunión con Dios. Tu madurez no debería depender de la madurez del pastor, de la congregación o de tu propia casa. 

El pastor puede enseñarme a crecer, a leer la palabra de Dios, mostrarme el camino, pero no puede hacerlo por ti. Tú debes avanzar por él.

Las demás personas tienen su propio libro de Dios, pero tú debes tener el tuyo. De esta forma, si el pastor o la congregación no son responsables de mi madurez en el Señor, entonces el único responsable soy yo.

Ni el pastor, la iglesia, los padres ni el trabajo son responsables, ni siquiera el mismo diablo lo es. Perdóneme por lo que va a leer ahora, pero es la verdad: si yo soy un creyente inmaduro es porque así lo he decidido. ¡Si mi casa se inunda es porque no he tapado los agujeros! Pero es muy probable que intentemos hacer a otros responsables de nuestra inmadurez.

Hace un tiempo, una persona vino y dijo: “estuve en esa iglesia por 5 años y no he crecido”. Otro dijo: “tenemos 6 años de enemistad porque aún no me han pedido perdón”. Y alguien más: “estoy esperando las jornadas de oración para meterme de lleno a orar”. Otro dijo: “hace 4 meses que nos mudamos y no encuentro la Biblia, estoy con mucho deseo de leerla”

¡No esperes que otros hagan para hacer, no esperes que otros caminen para caminar, no espere que otros comiencen para comenzar! La madurez espiritual es personal. 

  1. La madurez es algo serio

“A ti cantaré yo, oh Jehová. Prestaré atención al camino de integridad”. Salmos 101:1-2 (RV1960).

George Whitefield lo dijo una vez:  “Tomar a Dios en serio transforma la forma en que vivimos.»

La madurez es algo serio. El crecimiento espiritual, conocer cada día más a Dios es algo serio.

Al recitar estos salmos, el Rey David estaba a punto de iniciar un nuevo tiempo en su vida y le puso seriedad al cambio. Esto lo podemos apreciar con más detalle cuando nos remontamos a diferentes traducciones:

“Lo haré con rectitud” (DHH)

“Tendré cuidado de llevar una vida intachable” (NTV)

“Me conduciré con integridad” (NVI)

Para muchas personas, su vida cristiana no es algo relevante. El crecimiento financiero está por encima del crecimiento espiritual, y la iglesia es una actividad semanal más, el consejo de su palabra es un consejo más, la relación con Dios es una relación y la oración se limita a un momento de auxilio es en un estado de conformidad con la vida que llevan.

Otros dicen “yo no soy ni muy inmaduro ni muy maduro. Asisto a la Iglesia, aporto mi parte, aplico a mi vida algunas cosas que me sirven del mensaje que predicó el pastor, me siento bien”. De esta forma, se convierten en un creyente conforme, sin prestar mucha atención, a una distancia considerable de Dios.

Jesús le hizo una pregunta a Felipe: 

“Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces?”. Juan 14:9 (DHH)

Y esta es una pregunta seria cuándo miramos atrás y contamos los días, meses y años que estamos en el evangelio. Para nosotros, Dios debe ser la persona más importante a la que debo conocer, su consejo es la guía más importante de cada día, el tiempo de oración es la conversación más influyente para mi, y madurar en el Señor es algo serio.

David dice algo así: “Prestaré atención al camino de integridad” para cuidarme de la inmadurez, para no hacer las cosas mal. En el salmo 39 dice algo parecido

“Yo dije: Atenderé a mis caminos, para no pecar con mi lengua”. Salmos 39:1

Uno de mis primeros sermones en el 2018 fue “Dios busca relaciones serias”. Ya estaba cansado de no haberlo tomado en serio. Y puede ser que ese intento fallido que nos hace regresar a la inmadurez se deba a que no hemos tomado en serio madurar.

  1.  La madurez es radical.

“A ti cantaré yo, oh Jehová. Prestaré atención al camino de integridad. No pondré cosa indigna delante de mis ojos”. Salmos 101:1- 3

David decide de manera personal, con toda seriedad, un cambio radical. 

Cuando afirma: “no pondré cosa indigna delante de mis ojos”, nos habla de ni 1% de tolerancia para lo que no es íntegro, porque un 1% será pronto un 20% y luego un 50%, y así continúa mientras la puerta permanezca abierta. 

Imagina que tu casa está intoxicada por miles de cucarachas, y te preparas para exterminarlas porque estás cansado de vivir así. Haces un esfuerzo eliminándolas casi por completo, y solo quedan dos pequeñas, casi nada. Ya no se ven, ya no molestan, por lo que te quedas tranquilo y te gozas en esa obra. Pero a mitad de año otra vez tienes una nueva invasión. Porque un 1% restante todavía es insuficiente.

Si te dicen que esta manzana tiene 1% de veneno ¿te la comerías? Definitivamente no,  porque seguro ese 1% me hará daño. De la misma manera, con nuestra vida espiritual debemos ser igual de intolerantes.

No puedo negociar con Dios, no puedo entregar solo un porcentaje de mi vida ni anhelar solo un porcentaje de madurez. El Señor demanda todo.

La palabra “todo” en la Biblia es imponente:

“Por lo cual, desechando toda inmundicia”. Santiago 1:21

“Sed santos en toda vuestra manera de vivir”. 1 Pedro 1:15

“Despojémonos de todo peso y de todo pecado”. Hebreos 12:1

“Mostrándose fieles en todo”. Tito 2:10

“Andad como es digno del Señor, agradándole en todo”. Colosenses 1:10

“Huyan del mundo, poniendo toda diligencia”. 2 Pedro 1:4,5

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”.  Mateo 22:37

Si quieres cortar la maleza de tu vida, arranca la raíz, porque te aseguro que para mitad de año la tendrás hasta el cuello.

Sebastian De Montreal
Sebastian De Montrealhttps://www.instagram.com/sebademontreal/
El Pastor Sebastian Giménez reside en Miami Florida junto a su esposa Jessica y sus hijos Leah y Valentín, actualmente pastorea y dirige el ministerio Montreal con actividades locales y en línea.

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