Parecen simples valijas, que uno siempre tiene que llenar con ropa, zapatos sin embargo es mucho más que un sencillo equipaje yo veo algo más profundo, emociones, sentimientos, memorias, aromas e imágenes.
Cada vez que me detengo y veo el carrito en un aeropuerto lleno de valijas, recuerdo la cantidad de veces que ahí dentro quise poner amigos, familias, iglesia, escuela y tantas otras cosas más. No pude, nunca, eso fue imposible. Hace un tiempo que vivimos esta aventura de armar y desarmar valijas. Somos misioneros, y como hijo me incluyo en esta tarea.
A veces no me doy cuenta pero, un misionero constantemente vive entregando familia, amigos y país, todos los días, por la causa de Cristo. Y aunque es imposible meter a todo eso que amamos dentro de una valija, Dios hace que todos esos recuerdos, momentos, personas, lugares vivan dentro de nuestro corazón.
En estos días tuve que, una vez más, despedirme de mi familia, ellos vinieron por una ocasión especial, mi casamiento. Nueva etapa de mi vida, disfrutando momentos con nuevas expectativas. Fueron tres meses los cuales disfrutamos, lloramos, y nos pegamos abrazos en todo momento, entendiendo que siempre hay una despedida. Pero esta vez fui a mirar cómo ellos hicieron sus propias valijas.Ya perdí la cuenta de las tantas veces que tuve que decir adiós a mi familia.
“Pero hoy con seguridad entiendo que hay gozo por hacer su voluntad, porque tanto como el que va y se queda cumple con la tarea de las misiones”.
No hay nada más lindo que servir a Dios, qué mejor que hacerlo en familia, con los que amas. Dios me permitió vivir y experimentar nuevas culturas, nuevos amigos, nuevos sueños, seguir amando África, aquí la cultura es musulmana pero el amor y la necesidad que Dios pone en el corazón es lo que nos permite seguir trabajando en favor, para que el evangelio llegue hasta lo último de la tierra.
Quisiera llenar las valijas de todas esas personas que amo, pero que mejor que estén dentro del corazón.
Más que una valija yo veo un corazón pleno en Dios. Palabras del corazón del hijo de un misionero. Conociendo lo que pasa en el corazón de aquellos que dejan ir a su familia al cumplimiento del llamado de Dios en otro lugar.