¡Que hermosos son los momentos en que compartimos algo dulce! Me gustan porque reúne a las personas a la mesa, generan conversaciones, nos permiten tomar un mate, un té, un café juntos. Se dice que el sabor dulce se asocia a sensaciones agradables y placenteras, y que produce bienestar. ¿A cuántos nos gusta ser generadores de momentos como estos? 

Les propongo para hoy una tarta bien dulce, muy sorprendente, pero por sobre todo y como siempre, muy fácil de hacer.

INGREDIENTES

  • 300 gramos de galletitas procesadas. Te recomiendo que sean sequitas y de vainilla, yo suelo usar Lincoln o Maná.
  • 150 gramos de manteca derretida.
  • 500 gramos de dulce de leche repostero.
  • ½ taza de whisky, ron u oporto. También existen esencias de estos sabores que puedes conseguir en cualquier casa de repostería.
  • 250 gramos de chocolate semi amargo picado.
  • 250 gramos de crema de leche.

PROCEDIMIENTO

  1. Mezclamos las galletitas procesadas con la manteca derretida, y cubrimos la base de un molde para tarta, de unos 20 cm. de diámetro aproximadamente. 

Con una cuchara aplastamos bien las galletitas, para que la base quede bien unida y tome la forma de la tartera. No nos olvidemos de cubrir bien los bordes tambien. Horneamos unos minutos a 180° hasta que se dore y reservamos.

  1. Mezclamos el dulce de leche con el whisky o las demás opciones detalladas anteriormente. En caso de no preferir la incorporación de alcohol, podemos evitarlo sin problemas. Ahora sí, rellenamos nuestra tarta.
  2. Por último, calentamos la crema de leche hasta que hierva y la volcamos sobre el chocolate picado. Dejamos reposar un minuto y mezclamos con batidor de mano hasta integrar, logrando que quede toda negra nuestra preparación y sin grumos de chocolate. 

Vertemos la mezcla sobre el dulce de leche y llevamos a la heladera por lo menos una hora. De esta manera logramos que el chocolate tome forma consistente para poder cortar y servir, y, por otro lado, el resto de las texturas se van uniendo, logrando un sabor más uniforme.

Como verán, es muy práctica de hacer ya que la base es de galletitas. Por esta razón, asegurémonos de que esté bien fría para poder desmoldar, cuidando de que nuestra base quede bien firme. Si quisiéramos, podríamos reemplazar las galletitas de vainilla por unas de chocolate, y quedaría muy tentadora también.

Los animo a preparar esta delicia en estos dias, para que puedan sorprender a alguna persona que quizás hace mucho tiempo que no ven, y que se pueda sentir mimada y agasajada compartiendo esta tarta generadora de bienestar. 

Tomarse un tiempo para dedicarle a otros, pensando en otros, y bendiciendo a otros suele ser la más linda muestra de amor. Estoy convencida de que siempre es mejor dar que recibir. No se pierdan de esta sensación tan agradable y placentera, así que ¡manos a la obra!

¡Buena semana para todos!

Marilina Caiaro
Soy mamá de Alma, ella es la luz de mis ojos. También soy esposa de Ezequiel, a quien volvería a elegir una y mil veces para pasar el resto de mi vida. Trabajo apasionadamente en mi casa, haciendo repostería, o como más me gusta decir, haciendo cosas dulces. Sueño con tener un espacio propio donde pueda explotar aún más este talento que Dios me dio.