Todos los viernes, sin importar el clima ni el bullicio de la ciudad, una organización de valientes predicadores y adoradores se instalan en las calles para alumbrar con la Palabra de Dios.
En nuestro medio, amamos registrar distintos movimientos, organizaciones y ministerios que deciden salir a las calles. Este equipo integrado por jóvenes es también uno de ellos.
Steiger es una organización que surgió de una pasión por llegar a jóvenes que difícilmente entrarían a una iglesia. Lo que comenzó como un ministerio dinámico que llegaba a los jóvenes de Ámsterdam se ha convertido hoy en una organización misionera mundial llamada a alcanzar y discipular la Cultura Juvenil Global para Jesús.
Hoy en día, este ministerio está activo en más de 100 ciudades de todo el mundo y busca cerrar la brecha entre la Iglesia y la cultura juvenil mundial mediante el establecimiento de Steiger City Teams, un equipo local que busca transmitir el Evangelio con la misma misión.
En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de conversar con Jonathan Arango, líder de Steiger en Buenos Aires, quien nos compartió acerca de la organización.
“La idea de la adoración pública no es nuestra; es algo que ya venía de Steiger Latinoamérica en Bogotá, Colombia. Fuimos enviados a Argentina hace 3 años, más o menos, para levantar un equipo de ciudad; así que una de las actividades que hacíamos era “Adoración pública”, algo que quisimos hacer, aunque no impuesto por Staiger, porque habíamos visto los frutos y los resultados que había tenido esto en Colombia”, nos dice Jonathan.
Ellos entienden que “primero fuimos creados para adorar; tal es el propósito del Señor para el cual fuimos creados cada uno de nosotros”; y consideran que poder adorar en espacios donde pasan cosas importantes en las ciudades es una forma de manifestarlo a Él en ese lugar y generar cambios.
“No es el objetivo decir que vamos a salir de las iglesias; tampoco es decir. ‘Vamos a hacer esto para evangelizar gente como una estrategia’, sino que, simplemente, queremos levantar un altar de adoración en las calles, donde el Señor se ha entrenado y glorificado, y que Él se pueda mover como quiera, haya o no haya gente”, comparte el líder del grupo.
A lo largo de todo este tiempo realizando estos encuentros, han habido momentos donde los acompañaron 40 o 60 personas, y otros en los que solamente una persona está ahí adorando, y no hay nadie más alrededor. Sin importar los momentos de lluvias, de mucho calor, y frío, el equipo integrado por jóvenes apasionados por Cristo sigue sin parar.
“Hay muchos movimientos que empiezan como una moda: se sale dos, tres, cuatro veces, y si la cosa no funciona, entonces no vuelven a salir; pero realmente queremos estar ahí hasta que el Señor vuelva, que se puedan levantar nuevos lugares de adoración pública en toda la nación, y que se manifieste el poder de la presencia de Dios en esos lugares”.
Steiger está integrado por muchos jóvenes artistas que, mediante música, pintura y contenido audiovisual, comparten a Jesús en los distintos ámbitos de la cultura; aun así, Jonathan entiende que esa no es la principal fuente de atracción:
“Lo que atrae a las personas no es la música; hay muchos artistas haciendo música en las calles, y eso también llama la atención de la gente muchas veces; pero creo que lo que en verdad atrae a las personas es la presencia de Dios”.
El equipo de Steiger nos compartió que en medio de esos encuentros de adoración, han podido ver milagros, liberaciones, mucha gente quebrantada, personas reconciliándose con el Señor. No obstante, relataron que también han recibido a personas que con enojos generaron un ambiente a veces pesado. Con todo, no bajaron sus brazos en su pasión por adorar al Señor.
“Nuestro objetivo es adorar en ese lugar, exaltar el nombre del Señor, orar por la nación, entregarle nuestras vidas, rendirnos”, dice Jonathan. “Creo que el hecho de que las personas puedan experimentar de alguna forma la adoración afuera conduce a que la presencia del Señor se manifieste y puedan vivirlo”, agrega.
“Hay personas que nos han dicho: ‘Estaba caminando y sentí que tenía que acercarme; percibí algo especial desde tres calles antes, y simplemente supe que tenía que pasar por acá, y así llegué’. Tambièn hay días en donde simplemente hizo frío, llovió, y pudimos alabar al Señor, y eso es suficiente”, agrega Jonathan.
Hace unos años, los amigos Felo España y Jonathan Arango viajaron desde Colombia hasta la Argentina, y vivieron a seis cuadras del Congreso de la Nación durante ocho meses. En ese tiempo, salían con sus instrumentos a adorar a la plaza, simplemente porque era lo que tenían más cerca. Y es hasta el día de hoy que ese lugar continúa siendo el punto de encuentro. “El Señor se ha movido de una manera muy, muy poderosa en ese lugar”, dice Jonathan.
Siendo que la plaza del Congreso de la Nación es el epicentro de todo tipo de manifestaciones, el equipo de Steiger no ha tenido cancelaciones de ningún tipo; de hecho, no paran, siguen ahí, y muchas personas fueron alcanzadas en medio de manifestaciones. “Mucha gente se acerca a ver qué es lo que estamos haciendo y allí, encontramos la oportunidad para compartirles el Evangelio y acercarnos a ellos”.
“Adoramos en la calle y adoramos en la iglesia también, pero no es una especie de ‘protesta’ lo que hacemos. A veces, suele confundirse un poco eso, y se ve como otra cosa. Con frecuencia, les decimos a los chicos que así como adoran ahí, deben hacerlo en sus iglesias, en sus casas, en la intimidad, pues somos parte de un mismo Cuerpo”, comparte su líder Jonathan Arango.
El grupo de adoradores de Steiger son impulsados por lo que dice Ezequiel 22:30: “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé”.
“Estar ahí después de algunos años nos ha permitido interceder por Argentina; ha habido ocasiones donde solamente hay una persona o, a veces, somos dos. Se trata, entonces, de no emocionarnos por las masas, por la cantidad de gente, sino entender que estamos adorando a una Persona, y ese es nuestro enfoque. Haya mucha gente o no, nuestro enfoque es adorarlo y clamar por esta nación, por las personas, y no cesar, no desfallecer. A veces da pereza salir porque está haciendo mucho frío, y uno piensa: ‘Mejor me quedo en casa’. O llueve. Es algo que bastantes veces nos preguntaron. Y siempre respondimos que haya o no haya lluvia, ahí vamos a estar, y es algo que los chicos dejaron de preguntar, porque ya saben que pase lo que pase, ahí vamos a estar”.
“Creo que esto de la adoración pública no es algo netamente nuestro, ni algo que se nos haya ocurrido a nosotros. Hay muchos movimientos como estos en el nivel global que tal vez desconocemos, pero, básicamente, pienso que esta idea es del Señor, no, de los líderes en Colombia ni de nadie más. Es mi pensar que el Señor lo ha puesto en el corazón de muchos. Quizás, nosotros, por estar en un lugar público y visible y, de alguna manera, en conexión con las iglesias, hemos sido reconocidos por algunas personas, pero es algo del Señor, porque Él quiere glorificarse también en medio de la adoración, pues en medio de nuestras alabanzas a Él, Él muestra su poder, y esto es algo muy lindo”.
Steiger entiende que esto no es una forma ni una estrategia para comunicar el Evangelio, porque hacerlo puede hacernos perder el enfoque: adorar al Señor. El hecho de hacerlo en un espacio público, de alguna manera, es poder llevar la presencia del Señor a lugares, ver cambios en la zona.
“Creemos que la adoración tiene un impacto en el nivel territorial. Podemos impactar lugares que en principio estaban pensados para cosas oscuras, rituales de brujerías, hechicerías, rompiendo con esas cosas a través de la adoración; expresar el Reino de los cielos y atraer la presencia del Señor a ese lugar”, expresan ellos.
Steiger está integrado por hermanos de distintas congregaciones. Esto llevó a que muchas de las personas que se acercan a ellos queden impactados con la unidad que representaban, al proceder de iglesias diferentes. “La gente suele preguntarnos al llegar: ‘¿De qué iglesia son ustedes?’. Y se sorprenden al saber que somos de diferentes congregaciones; no pueden creerlo, se maravillan”, dice Jonathan
El joven líder del equipo Steiger relacionó esto con lo que expresa Juan 13:34-35. “Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros”.
“Creo que la gente no cree en la Iglesia dividida, sino en una Iglesia unida; y nosotros, como Iglesia, necesitamos acercarnos a las personas, perdonar, crear lazos y que vean que realmente nos amamos los unos a los otros».
Jonathan Arango, líder de Steiger en Buenos Aires.
«Esa es una buena forma para que las personas puedan ver el amor de Dios, su presencia: experimentar la gracia del Padre en medio de la calle, cuando podrían estar haciendo otras mil cosas para entretenerse, o estar en un lugar cómodo en su casa”, comparte Jonathan.
Mucha gente se ha encontrado con Cristo en esa plaza de la ciudad de Buenos Aires al toparse con estos chicos locos que, junto a sus instrumentos, abrazos y risas, adoran a Dios, sin importar las noches frías, lluviosas o calurosas. Siempre permanecen para exaltar el nombre del Señor, felices por poder decirles a las personas que Dios los ama.