Esta propuesta, impulsada por la iglesia PuntoVida, tiene el objetivo de llevar el amor de Jesús a la comunidad, mostrando que la fe se traduce en acciones concretas.
González Catán se ha convertido en el escenario de una hermosa iniciativa evangelística: Sirvamos. La iglesia ha adoptado un enfoque de servicio comunitario, en el que los voluntarios se visten con un distintivo rojo, símbolo de esperanza y ayuda. “No solo compartimos palabras, sino también hechos”, explica Emanuel Ivaldi, pastor de PuntoVida. A través de acciones como cortar el pasto, pintar cordones y ayudar en supermercados, muchos han podido conocer el mensaje de Jesús.
La visión de Sirvamos es clara: cambiar la mentalidad de la comunidad. Ivaldi menciona que se busca inspirar a las personas a entender que siempre hay algo que dar, incluso en tiempos difíciles. “La generosidad es parte del servicio,” dice, subrayando que estos actos de bondad generan conexiones auténticas y permiten que la comunidad experimente el amor de Dios.
Ivaldi también comparte su experiencia en esta labor, destacando que “hemos estado trabajando en esta zona, que es marginal y carenciada, pero estamos viendo cambios muy positivos.” La iniciativa ha permitido que muchos de los vecinos, que anteriormente no tenían contacto con la iglesia, comiencen a involucrarse y abrirse al mensaje de esperanza.
Ivaldi destaca que “no se puede meter a toda la ciudad en la iglesia, pero la Iglesia sí se puede meter en la ciudad.” Esta frase encapsula el espíritu de Sirvamos, donde el servicio es visto como un acto de señores, no de sirvientes, sino que pertenece a un acto digno de la nobleza que invita a todos a participar del Reino.
Cada dos o tres meses, cientos de personas se movilizan para llevar a cabo estas actividades. Este esfuerzo no solo proporciona ayuda material, sino que también siembra la semilla de la fe en cada acción, demostrando que el amor de Cristo se vive en la práctica. Ivaldi enfatiza que la iglesia tiene la responsabilidad de ser un agente de cambio, utilizando cada oportunidad para mostrar el amor de Jesús en acción.
A través de estas acciones, Sirvamos se está convirtiendo en un faro de esperanza en la comunidad, mostrando que el verdadero amor se manifiesta en el servicio desinteresado. La iglesia no espera que las personas vengan a buscar ayuda; en cambio, va hacia ellas, creando un vínculo genuino que transforma vidas.
En nuestro medio, nos encanta documentar a miles de ministerios en todo el mundo que llevan el Mensaje de Cristo de millones de maneras distintas. Esta iniciativa va más allá de decir a las personas que Dios los ama, sino que demuestran ese amor en la práctica, en el día a día, en lo que nadie ve, fuera de un libreto de evangelización y técnicas en las que nos enroscamos como iglesia comúnmente. Es entender el servicio como un lugar de honra dentro del Reino en el que fuimos incluidos.