Simone Biles es una gimnasta artística estadounidense, nació en Ohio, Estados Unidos, hace 25 años. La multi-campeona nacional y medallista olímpica deja bien en claro todo, “Dios es quien dirige mi vida”
La infancia de la campeona no fue la mejor, ya que siendo solo una niña fue dada a un hogar de crianza infantil. Su madre no podía cuidar de ella ni de sus tres hermanos pequeños. “Mi madre biológica sufría de drogas y alcohol, así que nos llevaron a un orfanato y pasamos un tiempo ahí hasta que nuestros abuelos decidieron acogernos. Fue entonces cuando nuestra vida cambió”, dijo Biles en una entrevista para el medio Gospel Mais.
Años más tarde, el abuelo de Simone la adoptó cuando tan solo tenía tres años y fue criada por él y su esposa Nellie, en un hogar cristiano. Su madre adoptiva creía que Dios la había llamado para proteger a esa niña: “Se suponía que así debía ser, sin la menor duda, nada debería ser diferente. Es la mejor decisión que hemos tomado”, expresó Nellie sobre la decisión de adopción.
Ron y Nellie, ambos, introdujeron a Simone en la gimnasia. Después de un año de entrenamiento en un gimnasio de Texas, la entrenadora y ex gimnasta competitiva, Aimee Boorman notó algo especial en la niña. Desde ese momento, Boorman ha guiado el ascenso meteórico de Simone.
Los mismos abuelos también la introdujeron a la fe cristiana. La fe y la familia han sido los pilares en el largo viaje de Biles para convertirse en la «mejor atleta del mundo».
Finalmente en el 2011 y durante dos años, Biles comenzó a competir en la categoría “Junior”, donde aún no es profesional. Tuvo grandes rendimientos y calificaciones, hasta que finalmente recaló en el 2013 y su debut como gimnasta “Senior” con tan solo 16 años.
Llegó a competir con los mejores y a llamar la atención de todos, cada vez más. Tal fue el impacto de Simone en el deporte, que en ese mismo año se coronó como campeona del mundo en gimnasia artística, repitiendo esta hazaña, y consiguiendo el logro de salir campeona del mundo por tres veces consecutivas, algo que al día de hoy, es récord mundial.
Sus logros fueron tanto nacional, como internacionalmente. Ya que además de sus tres, ya mencionado campeonatos mundiales, más adelante en el tiempo ganaría dos veces más el logro máximo del deportista (2013, al 2015, 2018 y 2019), en el ámbito nacional, Biles es siete veces campeona en Estados Unidos (2013 al 2016, 2018, 2019 y 2021).
También, en la categoría de gimnasia por aparatos, ha sido cinco veces campeona mundial en suelo (2013 al 2015, 2018 y 2019), tres veces en viga de equilibrio (2014, 2015 y 2019) y dos veces en salto de caballo (2018 y 2019). Desde el año 2013 es miembro del equipo nacional de Estados Unidos.
El viaje para alcanzar el estatus de atleta de alto rendimiento fue largo y requirió que Simone dejara la escuela regular para ser educada en el sistema de educación en el hogar. Un movimiento que le permitió aumentar de 20 horas de entrenamiento a la semana a 32 horas. Pero su mayor repercusión y uno de los momentos más importantes en la carrera de la gimnasta fueron los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Fue un momento único que quedó grabado en la retina de todos los espectadores y algo inédito en la gimnasia femenina. Simone Biles había logrado un aterrizaje perfecto después de un salto “triple-doble” en su rutina de ejercicios de suelo en el campeonato de gimnasia femenina de los Estados Unidos.
Un entrenador dijo que ninguna mujer lo ha hecho antes con éxito y que Biles lo hizo mucho mejor de lo que la mayoría de los hombres lo han hecho. Esta es la sexta victoria de Biles en el campeonato. La fe siempre ha sido expresada públicamente por Simone Biles, quien dice que considera su talento para la gimnasia como un regalo divino que se le ha dado.
“Creo que Dios le da a cada individuo algo especial y mi talento fue dado por Él”
Simone Biles
Además, añadió que, “Mi papá siempre me decía: no desperdicies el regalo de Dios que te dio. Porque es una oportunidad única en la vida. Un día seré demasiado mayor para hacer gimnasia. Por ahora, tengo que usarlo lo mejor que pueda”.
A lo largo de toda su carrera, Biles ha reconocido a Dios por su éxito, dándole toda la gloria.
Ella ve las manos de Dios en sus triunfos y también en sus desilusiones, recordando la vez que no logró entrar a la selección nacional de gimnasia en 2011, cuando solo tenía 14 años. “No entré a la selección nacional, así que eso me disgustó mucho”, dijo. “Pero sabía que era la forma en que Dios me decía que tenía que ir a casa, entrenar más duro, para que el año siguiente pudiera lograrlo. Así que creo que algunos de los obstáculos que tenemos siempre funcionan para mejor, porque Dios sabe que sin ellos no serías tan fuerte como lo eres”.
El mismo año de los juegos de Río, escribió la autobiografía “Valor para volar: Un cuerpo en movimiento, una vida en equilibrio”. Simone comparte cómo su fe y su familia influyeron en su éxito. donde expresó, “Los jóvenes de hoy hablan sobre la fe, y creo que está bien que yo comparta mi fe para que los jóvenes puedan ver cómo les ayuda durante todo el proceso”.
Durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Biles tomó la decisión de cuidar su salud mental. Por tal razón no compitió en todas las pruebas. Pero ella puso su fe en Dios y tras no participar tampoco en las finales de concurso completo ni las de los tres primeros aparatos, sí disputó la de la barra de equilibrios, donde ganó el bronce.
Finalmente, en medio de su retiro momentáneo, Biles afirmó “Me enseñaron que puedes acudir a Él por cualquier cosa y Él es quien dirige tu vida. Mi mamá siempre decía que si no lo sabes, déjalo en manos de Dios. Orarle al respecto, mientras continuaré dando todo con el talento que Dios me dió”.