La historia de la humanidad es una crónica de enormes desafíos para todos los seres humanos, y actualmente, de manera particular para aquellos que han sido llamados a tomar el timón en medio de los últimos tormentosos años, que incluyen la reciente pandemia que nos tiene desconcertados de un modo muy singular.
No cabe duda que el mundo ya no es el mismo que solía ser, no cabe duda que la dirigencia mundial, en todos los sectores de la sociedad, no ha respondido a la altura de lo que se esperaba de ellos, porque no han sabido, o no han podido hacerlo. La cultura ha cambiado de manera inimaginable. En la mayoría de los países como el nuestro, vivimos una cultura herida, y de dolor, hambre y muerte; con una clase política que no encuentra la respuesta para salir de esta crisis agobiante.
Hemos vivido crisis tras crisis a lo largo de nuestra historia, y con aciertos y desaciertos hemos salido de ellas, pero hoy la desesperanza y el dolor nos han llevado a lo que parece ser un túnel sin salida. Los mas jóvenes huyen a otros países en búsqueda de trabajo y mejores condiciones de vida y muchos de los que se quedan encuentran una salida en la delincuencia y las drogas. En muchos casos, el respeto por la vida y los valores morales ha quedado en el olvido.
No todo está perdido
La historia registra cómo la iglesia ha cumplido un rol inigualable y ha encontrado en estas profundas crisis las mejores oportunidades para desarrollar un liderazgo espiritual, profundamente bíblico y apasionado para llevar adelante la agenda de Dios. Hombres y mujeres, esclavos de Jesucristo, que fueron claves en el progreso humano, tanto dentro como fuera de los límites de la iglesia.
Hoy tenemos necesidad de líderes que permanezcan firmes en una cultura cambiante y tormentosa y que le hagan frente a las tentaciones de una cultura hedonista.
Mario Bloise
- Líderes con madurez personal, crecientes en carácter y sabiduría.
- Lideres que sean creativos e innovadores para apoderarse de las oportunidades de alcanzar con el Evangelio a esta generación.
- Líderes con discernimiento, que estén en contacto con las necesidades de la audiencia que estamos tratando de alcanzar.
- Líderes con empatía, como Jesús con la mujer samaritana en el pozo de agua, o como cuando vio a las multitudes y tuvo compasión de ellas, como relata Mateo 9.
- Líderes culturalmente contextualizados, como Pablo con los atenienses en la Colina de Marte.
- Líderes auténticos que estén dispuestos a admitir su necesidad de crecer, y que hablen y enseñen a otros de los desafíos de su propio proceso de crecimiento personal.
- Líderes cuyas acciones respaldan sus palabras y con palabras congruentes con sus acciones. Gente íntegra y honesta, en la que se pueda confiar.
- Líderes con formación bíblica de calidad que pueden dar respuestas a cuestiones éticas como el aborto, feminismo, ideología de genero, etc.
- Líderes con educación para esta era del conocimiento, con valores sólidos, convicciones profundas, una visión clara y apasionada por un futuro deseado por Dios.
Estos líderes son los que harán la gran diferencia, y serán usados por Dios para hacer de este mundo un lugar del cual no deseemos huir.
Mario Bloise
En el contexto que estamos hablando no podemos dejar de mencionar un sector importantísimo que siempre ha hecho su aporte decisivo en los momentos confusos por los que ha pasado la humanidad, me refiero a la universidad. La universidad ha cumplido un rol relevante desde su nacimiento, ha provisto líderes en cada generación que han aportado a los más grandes cambios sociales y espirituales en medio de las peores crisis que registra la historia.
Los movimientos universitarios cristianos necesitan tomar conciencia de este momento tan crítico y tomar un mayor protagonismo, siendo conscientes del tremendo potencial que tienen si viven de acuerdo a sus valores y principios bíblicos.
Sin duda alguna la iglesia es la herramienta de Dios para llegar a cada sector de la sociedad y llevar la transformación socio-espiritual tan demandada en la actualidad. Pero también como iglesia somos actores en la era del conocimiento. Necesitamos despertar a la realidad de que el futuro pertenece a los que se eduquen. Dios está llamando a su iglesia toda, a un mayor involucramiento en este momento histórico.
Nos recuerda Henry Blackaby:
“Dios todavía usa a su pueblo para sus propósitos y su gloria. Dios no es menos capaz de transformar nuestras vidas como lo hizo con los hombres comunes de la Biblia y hacernos sus instrumentos. El asunto no es la capacidad de Dios, ¿estamos preparados para que Él haga los ajustes necesarios en nosotros para que su poder se manifieste?”.
El hoy, que muy poco se parece a un ayer tan cercano, es la gran oportunidad de aplicar la sabiduría de la Biblia acerca del liderazgo. Hoy es el día de Dios ¿cuál será nuestra respuesta?
Mario Bloise. Director ejecutivo de la Red de Sembradores. Cofundador, director ejecutivo y profesor de la Facultad de Teología Integral.