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Samaritan’s feet Argentina evangelizó a más de 5.000 personas con la entrega de zapatillas

Un grupo de personas cristianas que desde hace nueve años recorren el país y otras naciones entregando el calzado a los que más necesitan.

Daniel Domínguez, director nacional de la actividad en Argentina, cuenta que este proyecto nació hace más de 30 años con un joven nigeriano, Manny Ohonme, quien recibió su primer par de zapatos a la edad de nueve años y a partir de allí empezó a jugar al básquet, consiguió una beca en Estados Unidos, se afianzó en Cristo, pudo estudiar y llegó a ser CEO de una compañía electrónica. “Pero luego de 20 años vuelve a Nigeria porque su papá estaba dedicado de salud y encontró la misma miseria que antes, fue en ese momento que Dios le dio este propósito», cuenta Daniel.

Samaritan’s feet Argentina nace hace 9 años, Domínguez afirma “me impactó la forma en la que se evangeliza; se desafía a los chicos a vivir el simbolismo del lavado de pies y del un uno a uno”. Él explica “mientras se realiza la actividad se le pregunta a la persona ¿qué fue lo peor que le pasó en la vida? y ¿cuál es su sueño?, los escuchamos y luego les presentamos a Jesús como el único que cura el pasado y tiene la llave para el futuro”.

“MIENTRAS LE LAVAMOS LOS PIES LE VAMOS PREDICANDO Y LA MAYORÍA DE LA GENTE ACEPTA AL SEÑOR”

Daniel Domínguez, director nacional de Samaritan’s feet Argentina

“Nosotros hace 6 años que lo hacemos en Argentina. Entregamos más de 5.000 pares junto a invitaciones de iglesias y escuelas que trabajan en lugares alejados”, detalla Domínguez. Además, él aclara “nunca lo hacemos solos, siempre tratamos de que haya un grupo de jóvenes de la iglesia que nos ayuden para que después puedan seguir el discipulado y dar los contenidos, somos un ministerio que trabajamos ayudando a las iglesias a evangelizar”.

La evangelización en Argentina mediante esta actividad logró llegar a varias provincias del país; ellos organizan entre 6 y 8 campañas por año. “Las zapatillas las recibimos por ofrendas de hermanos y amigos, o las compramos en fábricas, también donamos medias, todo es nuevo porque queremos transmitir que el Señor hace nuevas todas las cosas”, expresa.

Samaritan’s feet surgió con el deseo de poder brindar calzado a 10 millones de personas, el encargado en Argentina afirma que ya lograron a nivel global 8 millones y afirma “estamos cerca y felices de colaborar con esta meta”. La organización se encuentra en ocho países y cada uno de ellos viaja a lugares limítrofes, por ejemplo, el argentino logró ir a Venezuela y Bolivia, y por primera vez entregar calzado en Cuba e Israel.

Una de las experiencias que recuerda Domínguez fue en conjunto con el barco Logos Hope, “es la primera vez que se realiza esta actividad en cubierta, allí llevamos chicos de una iglesia que trabaja con chicos que viven en casas abandonadas en Constitución, Buenos Aires”, describe. A su vez, él plantea “era la primera vez que estas personas se subían a un barco”.

El encargado de Argentina dijo que estos actos de humildad y la igualdad hacia la otra persona que le limpian los pies y le dan un calzado nuevo son una muestra de amor y esperanza para cada persona que le entregan zapatillas y la Palabra de Cristo. Él explica que en muchas oportunidades también llegaron a lugares a los que parecía complicado ir, ya sea por ser lugares alejados con un camino difícil o por temas de clima, pero gracias a Dios pudieron entregar el recurso material y espiritual.

Domínguez revela que “al ser un ministerio de contacto con los demás, durante la pandemia tuvimos que cancelar toda la actividad, pero mutamos, estuvimos trabajando con gente de la calle y continuamos evangelizando”. Él cuenta que en estos momentos se encuentran planeando nuevas acciones ya que se volvieron a permitir ciertas actividades.

Samaritan’s feet Argentina la mayoría de veces atiende a los niños, pero así también ve la necesidad y se acerca a jóvenes y adultos. Domínguez alienta que “las donaciones pueden ser en zapatillas nuevas del 23 al 44 o en recursos, nosotros compramos los calzados a precio especial en la fabrica que aun no es cristiana pero que ayuda con la acción”.

“El voluntariado tiene que tener un amor por la eternidad de las personas, ver esto como un campo misionero y estar dispuesto a evangelizar, cualquiera que tenga en el corazón misericordia puede hacerlo”, explica el encargado de la organización. Él convoca a contactarlos, ya sea por ser voluntarios por una actividad o para realizar donaciones para que por medio de esta actividad más personas conozcan de Cristo.

Lucía García
Lucía García
Lic. Comunicadora Social y Periodista (UNLaM). Redactora y Prensa. Locución y producción de Vibra Podcast. Comunicación empresarial.

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