No fue España, ni Paraguay, tampoco Hawai. Dios nos guió a Rumania.
En el año 95 estábamos orando por una definición más específica, en ese momento teníamos tres invitaciones, una para ir a Paraguay , otra para España y otra para Hawai. Fue un tiempo de búsqueda intensa de oración para que el Señor nos guiará, teníamos que tomar una decisión. Dios nos habló de Rumania.
Yo estaba haciendo un curso intensivo de Estudio Bíblico a tres horas de casa, así que viajaba los lunes y regresaba los viernes. En ese lugar alguien me habló de la necesidad que había en Rumania, y le conté a mi esposa lo que me habían dicho.
Pasaron los días y no podía pensar en otra cosa que no fuera Rumania. Cuando volví a casa le dije a mi esposa: ”ya se a donde vamos a ir”. Ella me respondió ¿A Rumania? Le pregunté por qué me decía eso, y ella me contestó: “desde que hablé de Rumania no podía hacer otra cosa que pensar y orar por ese país”.
Les contamos a nuestros hijos lo que Dios nos estaba guiando y les dijimos que oraran y le preguntaran a Dios si ellos también tenían que ir; los tres luego regresaron diciendo que Dios les dijo que ellos también tenían que ir. Así es que salimos no como misioneros con sus hijos sino más bien como una familia misionera.
En Marzo del año 2000 viajamos a Rumanía como misioneros del DNM. Estuvimos allí 5 años, el primer año nos enfocamos a aprender el idioma y habituarnos a la cultura. Y allí ocurrió otro de los muchos milagros con los que Dios nos bendijo. A los 9 meses prediqué mi primer sermón en rumano.
Nos habían comentado que el español y el rumano eran muy parecidos, que nos llevaría seis meses en hablar la lengua sin dificultad. La verdad es que en ese tiempo todavía no entendía nada, estaba muy frustrado y me sentía un inútil por no haber logrado la meta propuesta. Por eso estuve orando y ayunando, rogando que Dios hiciera un milagro, porque yo no había logrado nada hasta ese momento.
Así fue que Dios me permitió predicar a los 9 meses. Después supimos que normalmente los misioneros tardaban alrededor de cuatro años en comenzar a predicar en rumano, y por lo menos dos años para comenzar a hablar la lengua; por esto digo que fue un milagro que Él hizo.
Entre las muchas necesidades de Rumania una de las más grandes era entrenar obreros. En ese tiempo había aproximadamente 2400 iglesias y solo 400 pastores. Así es que comenzamos un Instituto Bíblico por extensión donde llegamos a tener casi 1000 estudiantes dentro de Rumania y otros 60 entre los rumanos de España.
También trabajamos motivando al ministerio con los niños, pues la mayoría de las iglesias no tenían Escuela Bíblica, promovimos la obra misionera desde Rumania al mundo. En cada una de estas áreas Dios nos ha sorprendido con resultados que no esperábamos, y estamos agradecidos de ser parte de lo que Dios está haciendo con la iglesia rumana en estos tiempos.
En Septiembre del año 2005 nos trasladamos al Reino Unido donde estamos hasta el día de hoy, pero eso ya es otra historia que podremos contarles en otra ocasión.
Ministerio de niños en Rumania. Crédito DNM Argentina Instituto Bíblico en Rumania. Crédito DNM Argentina Evento para niños en Rumania. Crédito DNM Argentina
Autor
Jorge Santander, misionero junto a su esposa, Dámáris, y sus tres hijos. Desde muy jóvenes Dios nos habló de las misiones. Y aunque participamos en muchas actividades de corto plazo no teníamos un lugar específico donde ir. Tratamos de ir a África pero no fue posible. Los propósitos del Padre son más grandes que los nuestros.