A una semana de que el Senado defina el futuro del proyecto de ley del aborto, La Corriente dialogó con Rubén Proietti, presidente de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina, la cual reúne a más de 15 mil ministerios de todo el país. El máximo representante del consejo directivo detalló las actividades a las cuales se está convocando a nivel nacional y analizó cómo se prevé la votación en la Cámara alta.
LC: En los próximos días ACIERA convocó a realizar acciones conjuntas con la iglesia católica ¿Cree que hay apertura suficiente entre los evangélicos para hacer algo junto a los católicos?
RP: No hay ningún problema en la unidad con los católicos. Por ejemplo, el lunes 28 se realiza un día de ayuno y oración que fue convocado por la Conferencia Episcopal Argentina (CEA). A esta propuesta ACIERA adhiere e invita al pueblo evangélico a participar. Porque entendemos que tenemos la apertura suficiente y somos quienes tienen que dar el ejemplo por la vida de Cristo en nosotros.
Además, desde ACIERA tratamos de ser muy cuidadosos y convocar solo cuando se respetan las formas de culto de cada credo. Pero nosotros luchamos por los principios y valores del reino, y siempre hemos aunado esfuerzos con los que tienen este mismo sentir.
Antes sí había más problemas para acercarnos a la iglesia católica porque, por historia, siempre tuvimos una distancia lógica en el culto y otras cuestiones. Además, los evangélicos hemos sido perseguidos y nos han puesto apodos ofensivos desde el catolicismo.
Pero el tiempo pasó y tuvimos varios puntos en común, hasta realizamos encuentros muy productivos con la CEA. El primero de ellos fue cuando elaboramos el documento para el proyecto de ley por la personería jurídica religiosa que, dicho sea de paso, veinte años después todavía no lo tenemos. En esa oportunidad, lo primero que hicimos fue pedir una entrevista en la conferencia episcopal para llevarles el proyecto y darles fe de que no era contra ellos, sino a favor nuestro, ya que todavía no tenemos este tipo de reconocimiento.
Desde entonces comenzamos a relacionarnos a otro nivel y, aunque al principio muchos líderes evangélicos se enojaron porque pensaban que hacíamos ecumenismo, ya se entendió que tenemos que unir esfuerzos. Además es algo que ya pasó, por ejemplo, cuando fue la lucha por el tema del matrimonio homosexual. En esa oportunidad la iglesia católica pensaba igual que nosotros y las organizaciones judías también.
Y ahora pasa lo mismo con el aborto, ya nos reunimos los representantes de diferentes credos: judío, musulmán, católico y evangélico. Y al juntarnos ninguno trata de hacer supremacía de su característica religiosa, porque todos creemos firmemente que la vida nace desde la concepción y defender esto es el objetivo de todos y cada uno. Así que firmamos un documento conjunto que salió en los medios de comunicación.
Por todo esto que menciono creo que tenemos apertura suficiente, y la hemos ganado a lo largo de nuestra historia como pueblo de Dios.
LC: ¿Y cómo es que se decide unirse voluntariamente a una propuesta que nace desde otros credos sin herir susceptibilidades en el pueblo evangélico?
RP: Por consenso. Lo que hicimos desde ACIERA fue realizar una asamblea por Zoom con 245 presidentes denominacionales, directores de consejos pastorales y referentes nacionales del pueblo evangélico. Y, entre todos, decidimos usar la misma fecha, la del 28 de diciembre, para que compartamos el ayuno y la oración con la iglesia católica.
Reitero, no es la primera vez que nos unimos. Lo del matrimonio homosexual es un ejemplo claro. En esa lucha, en el norte del país muchos pastores no querían saber nada con unirse a la iglesia católica. Pero después estaban encantados, porque los obispos católicos son muy éticos, tienen una muy buena preparación y saben muy bien dónde están los puntos en común. A veces, cuando algo es interreligioso, los que nos equivocamos somos nosotros. Y que vayamos de la mano en los puntos comunes no significa que estemos compartiendo el culto o la doctrina.
LC: La movilización del pasado 10 de diciembre, si bien fue numerosa, se notó menos concurrida que en otras ocasiones ¿A qué cree que se debió? ¿Fue un motivo de organización?
RP: La realidad es que la organización en la convocatoria es muy importante. Por ejemplo, la jornada histórica del 4 de agosto de 2018 estuvo a cargo de ACIERA. Y cuando digo ACIERA estoy hablando de muchas de organizaciones como JUCUM, CFC y UAD, entre otras. Todas estaban encolumnadas al programa que supervisaba nuestra alianza.
Y me apena que no se alcance estos resultados con otras movilizaciones como la que me pregunta, porque no hubo la promoción ni el compromiso suficientes. Igualmente, ACIERA estuvo presente en esas oportunidades, acompañando a los católicos.
Es el caso de lo que sucedió el 10 de diciembre. Nosotros decíamos que no valía la pena porque era auspiciar una derrota, y no teníamos que jugar a eso. Y propusimos que sí nos preparamos para la del Senado, que es lo que estamos haciendo. Pero ellos a toda costa quisieron estar, porque parece que tenían más fe que nosotros y creían que la cosa podía cambiar.
Así que fuimos y acompañamos. Pero la mayoría era totalmente católica, hablamos de un sesenta por ciento o más.
LC: Y ahora, pensando en el 26 y 29 de diciembre, que habrá movilizaciones en distintos puntos del país y frente al Congreso ¿Habrá organización suficiente como para ofrecer una respuesta masiva?
RP: Esperamos que sí. En el Zoom que realizamos con los 245 líderes y representantes evangélicos de todo el país decidimos una agenda de tres fechas que ya fueron difundidas a través de un comunicado de ACIERA.
La primera será el sábado 26, después de navidad, y estamos animando a que se hagan concentraciones en las plazas centrales de las capitales de cada provincia a las 17 horas. Esto no aplica para la provincia de en Buenos Aires. La segunda fecha será la del lunes 28, por el ayuno y oración nacional de católicos y evangélicos, que se hace cada uno en su lugar. Y por último, el martes 29 hicimos una convocatoria para estar frente al Congreso de la Nación con las iglesias de Capital y Gran Buenos Aires, además de todos los que quieran venir.
Por ejemplo, ya me escribieron de Santa Fe para decirme que tenían varios micros contratados y no sabían dónde los pueden poner cuando vengan. Pero no estamos invitando abiertamente a todo el país a que haga el esfuerzo que se hizo aquel histórico 4 de agosto, por dos razones. La primera es que los senadores son provinciales, y para eso nos vamos a manifestar en cada provincia, para dar una demostración de la voluntad popular y federal a los legisladores nacionales. Y la segunda es que, en esta ocasión, la votación se realizará por Zoom. Así que, aunque vamos a estar en el Congreso para hacer un acto de presencia, los senadores no estarán allí.
LC: Este proyecto de ley se promueve principalmente desde Buenos Aires, y todo pareciera indicar que no se trata de una iniciativa federal ¿Qué comentarios les llegan desde los consejos y las agrupaciones de pastores del interior del país?
RP: Creemos lo mismo y lo hemos expresado en varias oportunidades. De 24 provincias, 16 son celestes. Pero lo que pasa es que, en Buenos Aires, como toda metrópolis que concentra mucha gente, los principios y valores van quedando relegados por intereses personales y económicos. Se nota cuando se escuchan dichos y consignas que defienden con ahínco al aborto y no tienen sustento de ningún tipo. Dicen pelear por el derecho de uno y desconocen el de otro, que es el derecho supremo a la vida. O los escuchamos decir que el aborto es un asunto de salud pública, cuando realmente no lo es, porque lo que trabaja la salud pública no tiene nada que ver con algo tan natural como es un embarazo, que es un evento fisiológico y no patológico. Y tantas otras cosas que se dicen y no son justas.
El problema está cuando los senadores, que vienen a representar a sus provincias, no tienen lealtad al sentir popular de sus electores. Nosotros éramos favorables a hacer un plebiscito porque sabíamos que iba a ser muy difícil esta vuelta. Y no fuimos los únicos, hubo varios legisladores que lo dijeron también. Porque si el Congreso tiene que representar el sentir del pueblo al cual gobierna, hay instancias. Pero esto se dirime por un lado que no es el correcto, y los senadores eligen más por el partido que representan que por lo que les indica la gente que los eligió para ocupar sus cargos. Además de otros intereses como los económicos. Y, para todo esto, la Capital Federal es el escenario propicio.
LC: En la última entrevista que realizamos nos dijo que la iglesia podía llegar a influir en el Senado ¿Cómo se trabaja desde la iglesia y ACIERA para influir en los senadores?
RP: Nuestra prioridad ahora es el diálogo con los senadores. Y es algo que se está haciendo a rajatabla. Por eso, cuando nos hemos reunido con los líderes del país, les pedimos que estén en contacto permanente con todos los legisladores provinciales. Los que están a favor, los que están en contra y los que están indecisos.
Y esto no lo hacemos solo los evangélicos, vale aclararlo, lo hacen los obispos también. Es más, tenemos una coordinación con la iglesia católica para este tema en la que nos organizarnos, entre los obispos y pastores, para mantener varias charlas oficiales con los senadores.
Incluso, en ACIERA tenemos un área específica de relaciones gubernamentales con el poder ejecutivo, judicial y legislativo, en la que trabaja el pastor Jorge Sennewald. No es que todo depende de la multitud que se moviliza.
LC: Y según las averiguaciones que vienen realizando, ¿Cómo se prevé la votación en el Senado?
RP: Lo mismo que dice la prensa, está parejo y con final abierto. Y eso es peligroso porque nos recuerda a lo que pasó en 2018, cuando se votó en diputados.
En esa ocasión, recuerdo que teníamos videos de dos legisladores pampeanos de esa Cámara diciendo que eran celestes pero, cuando llegó la hora de votar, Néstor Kirchner habló con ellos y se dieron vuelta. Y lo que podría haber sido un empate técnico resultó ser una derrota por cuatro votos.
Así que el final abierto es preocupante para nosotros. Y en estos días veía una de las tantas publicaciones que decían que los votos estaban 35 a 33, a favor de los celestes. Pero también se habla de que hay entre 3 y 5 indecisos que, por su indefinición, son los que van a determinar el resultado. Lo mismo sucedió el 8 de agosto de 2018 que, hasta que no se votó, no pudimos respirar hondo de nuevo.
LC: Para el 29 que se realizará una movilización al Congreso ¿Ya tienen algún programa definido de cómo será la actividad de ese día?
RP: Convocamos a las 18 horas y va a haber plataforma y programa. Pero todavía no decidimos quiénes van a hablar, porque la participación principal es de la juventud y la juventud femenina. Acá no se trata de la influencia ni la oratoria de uno u otro, sino que es básicamente la mejor demostración de que la manifestación es del pueblo argentino que, con fe en Cristo, está a favor de la vida.