Consejos para animarte a desarrollar tus talentos y convertirlos en proyectos sanos que ayuden a tu entorno.
Hay cuatro aspectos que, mirando en retrospectiva, me impulsaron a dar el gran paso de publicar el primer libro en 2019, Dormancia. Hacer una transición de la idea que parece utópica y lejana, al proyecto concreto y real, es un proceso difícil que requiere de valentía, tiempo, consejos y el impulso divino que nos hace correr el enfoque de nosotras mismas hacia el otro.
Muchas estamos acostumbradas a vincular nuestro valor con el hacer y me alegra ver que cada vez se concientiza más del valor que tenemos por el simple hecho de ser. Como Dios dijo de Jesús: “Este es mi hijo amado; estoy muy complacido con él” (Mateo 3:17), en vez de decir: “Esto hizo mi hijo y estoy muy complacido con él por eso”.
Estar más alertas a que nuestro valor no se vincula con una función, sino que es dado por el simple hecho de existir, nos libera de presiones y perfeccionismos que conducen a frustraciones.
Constanza Martínez, escritora.
Y una vez que entendemos profundamente quiénes somos y fundamos nuestra identidad en quién nos creó, empezamos a descubrir que inherente a nuestro ser hay cualidades y particularidades creativas en nosotras que nos llevan a hacer cosas originales y únicas.
Por eso, si quieres desarrollar lo que apasiona tu corazón, en primer lugar, examina tus motivaciones para asegurarte de que sean las correctas y, de ese modo, cuidarte en caso de que algo de lo que hagas reciba críticas o no le guste a alguien. Si tú sabes que lo que haces no define quién eres, y que es por una causa más grande que tú y para beneficio de alguien más (aunque sea una sola persona).
entonces la adversidad que pueda levantarse no correrá los fundamentos sólidos en los que estás construyendo el proyecto.
Constanza Martínez, escritora.
En mi caso, tímidamente me animé a pasar mis reflexiones de recortes y servilletas a un blog, del que solo sabían mis más allegados, con el anhelo de que alguna de esas líneas que escribí, pudiese ser de ayuda o inspiración para alguien más. Mi deseo nunca fue que el blog se hiciera viral ni auto promoverme, sino extender la mirada más allá de mis dudas y temor, para ver a aquellos posibles lectores que quizás necesitaban leer algo de eso.
En segundo lugar, es tan importante rodearse de personas correctas que se enfoquen en el oro de hoy y no que esperen solamente un producto final perfeccionado. Es responsabilidad de todos convertirnos en “buscadores de potencial” en otros porque todos tenemos algo para dar que nace de lo más profundo de nuestro ser, de quiénes somos, de cuáles son nuestros intereses y pasiones, y esas voces correctas te animarán, guiarán y acompañarán en el proceso sin presionarte a ser o hacer cosas fuera de tiempo.
Una vez alguien me dijo que no era una persona creativa porque no tocaba un instrumento, no cantaba, no pintaba, no sacaba fotos, no le gustaba decorar, no escribía, no componía… Si en este momento te sientes así, déjame decirte que aprender a encontrar el oro y el potencial en las personas es ser una persona creativa y eso es para todos.
Si eres consciente de que tienes un talento, una habilidad para desarrollar, eres buena en algo o disfrutas mucho de hacerlo, sabe que eso se multiplica exponencialmente cuando lo pones al servicio de otros.
Y este fue uno de los momentos que marcó una diferencia en mi camino hacia la publicación de Dormancia. Si no hubiese sido por estas personas que descubrieron algo de potencial, me insistieron a que me animara a recopilar textos hasta llegar a un libro, me acompañaron a averiguar imprentas, diseñadores, etc., no creo que hubiera podido avanzar en el proceso de su publicación.
En tercer lugar, es importante investigar, estudiar y planificar con tiempo y objetivos concretos así como formar equipo. Hay un dicho muy cierto que dice que si quieres llegar rápido, ve solo, pero si quieres llegar lejos, arma equipo para que, planificando organizadamente con los dones diversos que cada uno aporta, descubran qué es lo mejor que se puede hacer, cuál es el mejor tiempo para hacerlo, qué metas quisieran lograr, qué visión quisieran transmitir y qué misión llevarán a cabo.
El aporte diverso de cada miembro de Dormancia hizo que fuera una construcción colaborativa con matices distintos que le agregaron mucho más valor al proyecto. En este caso, el grupo de diseño, edición y corrección fue clave, así como todas las personas que leyeron los escritos y fueron aportando mejoras, cosas a pulir, frases a expandir y hasta cosas a destacar.
En cuarto lugar (en esta lista, pero no en orden de prioridad), siempre entregarle tu idea, proyecto y motivación a Dios, para que Él guíe tus pasos. Es aprender a encontrar el balance entre nuestro accionar determinado a que las cosas sucedan y el escuchar la voz del Señor, es decir, agudizar nuestros sentidos espirituales y físicos para entender los tiempos de Él y el “qué” de Dios para nosotras.
Si tu corazón está puesto en el lugar correcto, si tus motivaciones aspiran a cosas sanas y si tu identidad está bien fundada en quién te creó, comienza a dar pasos confiada. Pon tu proyecto en manos de Dios para que Él te guíe al tiempo y al objetivo adecuados, ya que “sus planes son siempre mejores y más grandes que los nuestros” (Isaías 55:8-9).
El fruto se suma adicionalmente cuando el tiempo y la motivación son correctas. Si nos obsesionamos con el éxito, los números y el crecimiento, probablemente perdamos el foco que nos motivó a comenzar ese plan, pero si siempre volvemos al origen, escuchamos consejos, creamos y somos constantes, veremos el impacto y el alcance del proyecto impulsado por Dios y también trabajado por nosotras, por supuesto.
Te aseguro que te sorprenderás, seguirás desafiada por lo que el Señor ponga en tu camino y animarás a otras a descubrir talentos adormecidos.