Iremos viendo por qué decimos que es necesario un productor creativo. Las nuevas tecnologías van creando un mundo de posibilidades de conectividad antes impensados, y las iglesias pueden llegar a personas de todo el mundo, sin importar distancia, tiempo y cultura. Esto las ha llevado a plantearse o mejor dicho adaptarse a los cambios para ser más efectivas.
Hoy no se trata solo de “qué dice”, que cabe destacar que es fundamental, sino también “cómo lo dice”, cómo se proyecta ese mensaje. Es así como la formación de un equipo profesional en medios digitales, audiovisuales y creativos que trabaje cohesionado con la visión para generar una real influencia en las nuevas generaciones es una necesidad.
Todos estos cambios acelerados han permitido el surgimiento de nuevos roles dentro de la iglesia. Tal es el caso en los últimos años de la figura de un productor creativo o del rol producción creativa. Puede tener muchos nombres dependiendo del país y de cada iglesia en particular.
En líneas generales, un productor creativo es aquella persona que se encarga de planificar, coordinar y liderar todo lo que pasa en una reunión de iglesia cada semana. Esto va desde la creación del programa del servicio, la coordinación de quienes sirven en cada reunión en las diversas áreas del equipo creativo, hasta cuidar todos los aspectos técnicos para garantizar que la experiencia dentro de esa reunión sea memorable.
Una figura que llegó para quedarse
Ya el pastor no debe pensar en el volumen o la iluminación, sino en si ¿se tildó una pantalla o se está transmitiendo la reunión? Es allí cuando hay un productor, junto con un equipo detrás, cuidando estos detalles. Este rol surgió por necesidad de manera espontánea. Al principio lo cumplía un ujier, un líder o incluso hasta el mismo pastor. Pero, a medida que comenzaron a crecer los desafíos de tecnología y la forma de hacer iglesia, fue resultando casi obligatorio que dichas tareas estén en manos profesionales.
El productor no solo coordina lo que sucede en la plataforma, escenario o púlpito, sino que sus labores se extienden hacia la producción de otros momentos previos y posteriores que forman parte de la iglesia. Ejemplo de estos son: la previa, el montaje, la recepción de las personas, el momento de conexión y el desmontaje de equipos después de la reunión.
Sus labores permiten optimizar los tiempos de la reunión, tener orden y crear atmósferas propicias a cada espacio dentro de la iglesia.
Les aconsejamos desde nuestra experiencia a los pastores invertir tiempo en encontrar una o varias personas con las cualidades necesarias para ocupar este rol, que conozca la visión, sea responsable y muy organizado. Los cambios que producen trabajar de esta manera se perciben de inmediato y generan excelencia dentro de la congregación.
El equipo creativo debe mantenerse actualizado, con entrenamiento constante y el productor debe ser eje central que mantenga al equipo enfocado en cada una de sus tareas diarias. Solo podemos soñar en los desafíos que enfrentará la Iglesia en los próximos años, en las formas en las que podremos transmitir el mensaje y alcanzar personas. Pero lo que sabemos es que la figura del productor es cada vez más indispensable y llegó para quedarse. ¿Tienes un productor en tu iglesia?